Monteseirín hizo de Zoido

Más que de Marchena, Manuel, su amigo maratoniano, hijo de Brenes, flamante académico de Ciencias Regionales, Carlos Navarro Antolín es de la estirpe del otro Marchena, Juan, el catedrático de la Olavide, americanista bolivariano. Carlos Navarro es un latinoamericano al pie de la letra. Su madre, María del Pópulo, extremeña de Almendralejo, es profesora de Latín; Luis Navarro, su padre, es catedrático emérito de Historia de América. Carlos nació en un país de reyes, es de 1974, un año antes de la muerte de Franco, en una casa con un experto en virreyes. Es el benjamín de una saga en la que le precedieron Luis, María del Pópulo, Fernando y Javier.

Como hace seis años, los padres de Carlos Navarro ocupaban la primera fila en la presentación del último libro de su hijo. Como entonces, estaba en lugar preferente Carlos Herrera, que es uno de los protagonistas de La Sastrería, retratos con dibujos de Dani Rosell de personajes que se abren con la juez Mercedes Alaya y se cierran con el juez Juan Ignacio Zoido. Por estricto orden cronológico. Herrera presentó el libro el día 27, el 28-F hizo el programa de la Cope desde el mercado del Barranco y el Miércoles de Ceniza se marchó a La Habana.

Cambió el escenario, entonces fue el hotel NH Convención, en la calle Diego Martínez Barrio, y ahora el Real Círculo de Labradores. El lleno de entonces, cuando los Carlos, el autor y el prologista, anunciaron la biografía de Zoido, el viaje equinoccial de Montellano a Sevilla pasando por Fregenal de la Sierra, fue un preludio de la apoteosis municipal de las elecciones de 2011, la segunda mayoría absoluta después de la lograda por Manuel del Valle en 1983, casi tres décadas antes. Como entonces, el lleno fue absoluto, un éxito para Páginas del Sur, la editora del libro, con Juan Antonio Romero al frente. Si entonces el lleno presagiaba el triunfo de Zoido, ¿qué triunfo presagia el lleno del 27-F? ¿Quién barrerá en las urnas? Pues tendrá que ser Lipasam. Carmen Diz, ex munícipe, dice que no ve ningún líder; y los posibles delfines ya acumulan trienios, como Beltrán Pérez, que ya suma 14 años de concejal en el Ayuntamiento.

En la otra presentación la estrella fue Rajoy. Y por supuesto Zoido, que ahora no estuvo pese a que el acto tenía lugar en Sevilla, la sede oficiosa de su Ministerio del Interior. El que sí estuvo fue Alfredo Sánchez Monteseirín, con ese juego del pasado y el presente que él conjuga con una cita de Hannah Arendt. Dice que han terminado gustándole las setas. Monteseirín se rodeó de políticos del PP en el acto, como si quisiera tapar la ausencia de Zoido.

En la foto que ilustra esta crónica, le acompañan Alberto Díaz, el nuevo portavoz del PP en el Ayuntamiento, que tuvo que tirar de cantera después de que Zoido se llevara a Madrid a Curro Pérez y Gregorio Serrano; Jaime Raynaud, diputado autonómico, que fue uno de los tres rivales de Monteseirín por el PP en los comicios de 2003; José Luis Sanz, el alcalde de Tomares, una autoridad moral y política en el partido; y Ricardo Tarno, con escaño en la Carrera de San Jerónimo, que hizo el camino a la inversa de Monteseirín: si éste fue primero concejal de Mairena del Aljarafe (también de La Rinconada y Burguillos) y después alcalde de Sevilla, Tarno fue primero concejal del Ayuntamiento de Sevilla y después alcalde de Mairena del Aljarafe.

En La Sastrería, en puertas de la cuaresma, coincidieron Borbolla, defensor de la Semana Santa de Ciudad Real, y Alfredo Flores, pregonero de la de Sevilla (1981) y defensor de la de Salamanca. La Sastrería tuvo zapatos de Nuria Cobo y trajes de Cañete; estuvo un periodista, Antonio Burgos, que es hijo de sastre y hermano de una zapatera prodigiosa. Sastrería con vestuario, el que improvisaban en la calle General Polavieja Miguel Ángel Morenatti, Manolo Aguilar y Víctor Fernández esperando a Manuel Ruiz de Lopera, que llegó con Alejandro Delmás, nieto de Blas Infante. Lástima que no coincidiera Lopera con la juez Alaya.