GRAMMY LATINOS

Muchas luces y alguna sombra de los Grammy Latinos en Sevilla

Shakira posa con los tres gramófonos que ganó en Sevilla.

Shakira posa con los tres gramófonos que ganó en Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

Sevilla ha estado a la altura de celebración de los Grammy Latinos. La capital hispalense ha dejado claro que sabe llevar a cabo un evento de este calibre, recibir a más de 10.000 personas y hacer que se sientan como en casa para organizar un espectáculo único. La gala del jueves fue la prueba de que la marca de la ciudad ha traspasado las fronteras, en este caso de la industria musical y del entretenimiento. Muchos de los artistas que pisaron la alfombra roja agradecieron el haber salido de Estados Unidos, por primera vez, para recalar en una ciudad llena de patrimonio e historia. Alejándose de la frialdad de los grandes estadios de Las Vegas o Miami. En estos enclaves, no habría sido lo mismo ser partícipes de la telenovela entre Rosalía y Rauw Alejandro o ser testigos del triunfo de Shakira sobre el escenario. 

La seguridad del propio evento también fue clave. La Policía Nacional desplegó más de 500 agentes de diferentes unidades durante toda la Semana de eventos de la Academia Latina de Grabación. Si que es cierto hubo ciertos momentos de descoordinación entre los organizadores y las fuerzas de seguridad -que sufrieron el miércoles los propios invitados y los medios de comunicación durante más de una hora- para acceder al Palacio de Congresos y Exposiciones (Fibes).

Todas los empeños y los fallos de esta jornada se salvaron el jueves, día de la entrega de premios. Desde el interior del recinto no se escucharon los ruidos de la manifestación contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una avenida -la de Alcalde Luis Uruñuela- totalmente acordonada para el paso peatonal. La Jefatura Superior de Policía en Andalucía Occidental estableció un Centro de Mando en las instalaciones de Fibes. Este centro se encargó de dirigir y coordinar todas las unidades policiales involucradas en el dispositivo, además de funcionar como punto central para el control y recepción de información relevante sobre la seguridad del evento.

Este despliegue policial también ha atendido los eventos de la agenda oficial de la Academia Latina de Grabación en enclaves como la Casa Pilatos, el Real Alcázar o el Teatro Capitanía. Además, no ha sido difícil encontrar patrullas a caballo en sitios clave como la Plaza Nueva o la Plaza de la Magdalena por su cercanía a los hoteles en los que han pernoctado las estrellas internacionales.

Los más jóvenes se han volcado en la búsqueda de famosos para inmortalizar el momento con un selfie, que prueba que los autógrafos han dejado de llevarse oficialmente. El hotel Alfonso XIII, el Colón, el Querencia o el Radisson Collection Magdalena Plaza han tenido a centinelas en sus puertas que han aguardado pacientemente durante horas para ver a sus ídolos. La mayoría con mala suerte, otros tantos se conformaron con un pequeño vídeo -prueba de la hazaña- de los artistas entrando en sus coches blindados y una minoría ha compartido en sus redes unos segundos de recuerdo que perdurarán en su memoria. Es el caso de la pequeña actuación improvisada entre Manuel Carrasco y Camilo para interpretar su dueto Salitre. Inicialmente querían subirse sobre el techo de su transporte para ofrecer este regalo a sus seguidores, pero el conductor les quitó la idea de la cabeza.

La mayoría de los intérpretes que han visitado la ciudad, aunque desconocidos en España, cosechan millones de reproducciones en sus países de origen y también han compartido momentos de fusión con la ciudad. Es el caso de la cantante brasileña Giulia Be que, en el entorno de Santa Catalina, se arrancó por Alejandro Sanz junto a un artista callejero. Puede que muchos sevillanos hayan paseado al lado de superestrellas que rompen las listas de éxitos en sus países y no se han dado cuenta. 

Pero no solo ha venido una lista extensísima de cantantes, influencers o actores. Durante esta semana también han estado las grandes estrellas de la televisión latinoamericana, o de habla hispana en Estados Unidos, para hacer despliegues informativos en los diferentes programas que cubren la parrilla de sus países. No ha importado el cambio de horario, ni que la Academia haya tratado de adaptar el formato de eventos a un estilo más europeo. También han mostrado su generosidad con la ciudad y han tratado de visitarla durante los huecos libres entre toma y toma. Curiosamente, aunque estos premios lleven el apellido de Latinos -y el gruesos de sus artistas sean puertorriqueños, colombianos, mexicanos o chilenos- nunca se han celebrado en Latinoamérica. 

La sombra de los eventos privados

Pero también ha habido algunas sombras, como en todos espectáculo llenos de luces. La principal: que los sevillanos no han sido partícipes de ninguno de los eventos, mas allá de estar apostados durante horas en las puertas de hoteles para recibir una efímera sonrisa. El único evento que se ha celebrado para el gran público han sido los conciertos en la Plaza de España, organizados por la compañía discográfica Universal. Muchos ciudadanos tienen la impresión de que se ha utilizado su casa como una suerte de plató o decorado.

Todos los sevillanos pudieron disfrutar de la Expo 92, incluso participaron en varios conciertos que organizó la MTV en su paso por la capital en 2019 o tuvieron la oportunidad de formar parte de varios coloquios con directores, actores o realizadores de la última edición de los Goya el pasado febrero.

Hasta la misma semana de la ceremonia de entrega de los Grammy Latinos, muchos sevillanos se preguntaban si se podrían comprar entradas. Una cuestión que por temas de aforo -en Fibes cupieron 4.000 personas- fue imposible. La privatización de los actos ha marcado la agenda oficial de la Academia Latina de Grabación. Pero también la de las casas musicales, que han alquilado espacios como Villa Luisa o la Casa Guardiola para sus propios eventos.

Solo el tiempo dirá si los sevillanos recuerdan -y de qué forma- el paso de una gala memorable por la capital. El alcalde de la ciudad, José Luis Sanz, volvió a pedir disculpas ayer por los cortes de tráfico sufridos -que no han sido pocos- y por los inconvenientes que han roto la rutina de esta ciudad, que vuelve a la calma, después de una semana en la que la música y Sevilla han sido las protagonistas indiscutibles.

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