Un trabajador de 28 años ha muerto en el derrumbe de una nave del polígono Aeropuerto de Sevilla, en un accidente ocurrido unos minutos antes de las dos y media de la tarde. El siniestro se ha registrado en la calle Artesa, donde varios operarios se encontraban trabajando en una reforma del edificio.

Hasta el lugar de los hechos se han desplazado los Bomberos, la Policía Local, la Policía Nacional y los servicios de emergencias sanitarias del 061. La víctima se encontraba manipulando una carretilla elevadora, cuando se le vino encima el techo de la nave. Algunos de sus compañeros intentaron rescatarlo sin éxito. El operario, de nombre Jesús, murió en el acto y los médicos sólo pudieron certificar su defunción.

El trabajador que ha fallecido tenía 28 años.

Una portavoz de la Policía Nacional explicó que recibieron la llamada a las 14:23. Los Bomberos estuvieron trabajando en la nave. Los perros de la unidad canina de rescate comprobaron que no había ninguna persona más bajo los escombros. No hubo más heridos, a pesar de que en ese momento había varios trabajadores en la nave.

La comisión judicial se desplazó al lugar de los hechos para el levantamiento del cadáver, que se practicó sobre las cinco de la tarde. El cuerpo del joven fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Sevilla, donde se le practicará la correspondiente autopsia. 

Un compañero de la víctima explica lo ocurrido a la Policía.

La Policía Nacional ha abierto una investigación sobre este accidente laboral y estuvo recabando datos y testimonios sobre lo ocurrido. Por el momento se desconocen las causas del derrumbe Uno de los compañeros del fallecido, Raúl, explicó a la prensa que el derrumbe se produjo de manera repentina y que ninguno de los operarios oyó antes ningún crujido ni vio ningún indicio de que la estructura pudiera caerse. "Cayó del tirón", dijo.

Policías y miembros de la comisión judicial salen de la nave siniestrada.

Este trabajador indicó que llamó a Jesús tras el derrumbe pero que su compañero no respondía. Añadió que estaba manipulando una carretilla elevadora mientras él trabajaba en otra zona de la nave, en la parte trasera, donde el techo no se cayó. Había tres personas realizando distintos trabajos dentro del inmueble, aunque estaban separados.

La Policía Nacional y la Policía Local cortaron la calle Artesa para facilitar los trabajos de los bomberos y de la comisión judicial. La nave estaba actualmente en alquiler, como rezaba en un cartel en su puerta. En las inmediaciones del edificio se repetían las muestras de dolor y consternación entre los compañeros de la víctima. Los familiares llegaron poco después.

La nave quedó cerrada y desde fuera podía verse la estructura caída, con el armazón metálico completamente doblado y una montaña de escombros en el suelo.