Calle Rioja

Noche de recuerdos, pregones y silencios

Noche de recuerdos, pregones y silencios

Noche de recuerdos, pregones y silencios

Los dos discursos más hermosos de la noche. El mutismo de María Esperanza Sánchez y la traducción que hizo su amigo Iñaki Gabilondo. Lo demás es silencio, como el libro de Augusto Monterroso. Fue el momento más emotivo de la gala de los Premios de la Comunicación en su trigésimo primera edición. Una salmantina y un donostiarra que se enamoraron de Sevilla. Ella se quedó para siempre; él convirtió el Guadalquivir en una mezcla del Guadiana y el Bidasoa y se llevó una parte de la ciudad llamada Lola Carretero.

Las galas de la Asociación de la Prensa ya son las galas de José Luis Losa. “Si yo sigo en Canal Sur, te doy un programa diario”, le diría al final Joaquín Durán, uno de los pioneros de Carrusel Deportivo. Hubo muchos cameos y silleos en la noche. Muchos cruces de caminos. Toda la noche esperando a la trianera Paz Vega, que estaba con el tiempo entre costuras. La actriz formó parte con Losa de la misma escuela de actores del padre Isaac García en los Padres Blancos. Y compartió aula en los dos primeros cursos de Periodismo con otro de los premiados, Jesús Gutiérrez, trotamundos de cuna extremeña, criado en Gerena, la patria chica de Manuel Alonso Vicedo, cuya muerte en accidente de tráfico precipitó la llegada de Iñaki Gabilondo para dirigir Radio Sevilla.

Iñaki Gabilondo ‘tradujo’ con el vértigo de la emoción la voz de María Esperanza Sánchez

En la catedral, el Vía Crucis del Beso de Judas. En Cajasol, el autor de Pilatos conduciendo la gala. Con encuentros muy llamativos. El de Amparo Rubiales, única gobernadora civil de la provincia, con Soledad Becerril, única alcaldesa de la ciudad de Sevilla, que le entregó uno de los galardones a una de las premiadas, Belén Martínez, su jefa de prensa entre 1995 y 1999. Acuerdo profesional que certificó Alberto Jiménez-Becerril, edil de confianza de la alcaldesa asesinado junto a su esposa por ETA el 30 de enero de 1998. Jerezana de cuna, periodista de vocación, lleva 17 años haciendo periodismo institucional en la Cámara de Comercio. En la gala estaba su presidente, Francisco Herrero.

La antigua Audiencia fue una de las primeras sedes del Parlamento de Andalucía constituido en una tórrida tarde de junio de 1982. Ya ha cumplido los noventa años, pero su voz sigue sonando igual de poderosa, telúrica. José Luis Garrido Bustamante fue el periodista que retransmitió aquella primera sesión tras las elecciones andaluzas, primer triunfo de un socialista desde los tiempos de la República. Garrido fue pregonero de la Semana Santa de 1990, el año de la transición de Borbolla a Chaves en la Presidencia de la Junta. El segundo estuvo en la gala. No fue el único pregonero. Al final, se rindió tributo a Antonio Burgos, juglar cofrade de 2008, cuyas Habaneras de Cádiz, de otro pregón, el del Carnaval gaditano con Carlos Cano, sonaron al piano. El Parlamento que tuvo sede en este edificio, que fue pregonado por Garrido Bustamante, tuvo durante casi tres décadas como jefe de prensa a José Carlos Pipo Picchi, adiós al piano con el himno del Betis e Imagine de los Beatles.

6.753. No es un dorsal del maratón ni el número de la primitiva. Son los programas que el día de la gala llevaba emitidos Andalucía Directo. Modesto Barragán, gloria de Ubrique (cadalso fortuito de Jesús Quintero), pregonero del Verdeo de Arahal, llegó a la gala desde el plató del programa, esa Andalucía que lleva sus cámaras desde Pulpí hasta Ayamonte, a parajes tan ignotos como Santiago de la Espada, un pueblo de la provincia de Jaén donde vivió su destierro el líder sindicalista Eduardo Saborido. Modesto subió con parte de su equipo mientras Losa seguía esperando a Paz Vega. El presentador departía en una taberna con los de El Palermasso, Núñez de Herrera pasado por Buster Keaton con la sabia batuta de Antonio Garrido, hijo del nuevo socio de honor de la Asociación de la Prensa. También se transformaba en Losarrap con la complicidad de Manu Sánchez y su Tierra de Talento. O en superviviente de un remake de La sociedad de la nieve.

Marta, Mercedes, Mamen, Lola, Inés… María Esperanza Sánchez tenía a su lado a una red de amigas. Las portavoces de quien recibió un Ondas en 1977 con su Tertulia Literaria, que acompañó a Manolo Barrios por la senda de las letras y a Antonio Mairena por la de los cantes. Unos premios muy bien repartidos: radio, prensa, televisión, y Edere Comunicación, equipo dirigido por Nuria Lupiáñez con Sara Arguijo en el área del flamenco. Puentes necesarios para acercar la literatura a los periódicos, esos dos universos tan esquivos, tan próximos, siempre unidos y separados por un beso de Judas o una caricia de Gutenberg.

Aforo completo. Mucha gente se quedó fuera. La cola crecía en la calle Chicarreros. Algunos optarían por irse a ver el Vía Crucis. Antonio Pulido hizo las veces de anfitrión y convidó después a un refrigerio en los dominios del belén y los encuentros de Vigorra y Pérez-Reverte. En los pasillos coincidían Javier Pérez Royo y Carlos Rosado, ponentes del Estatuto de Carmona. Javier Gutiérrez, que tuvo un recuerdo para los periodistas asesinados en la franja de Gaza, agradeció el empujón que le dio Rafael Rodríguez, actual presidente de la APS, cuando le llamó para cubrir un 28-F en Diario 16 y recordó a su primera editora, Nina Salvatierra. Falta una semana para un nuevo aniversario del referéndum de 1980. Año bisiesto y olímpico, como el actual. Falta una semana para que cumpla 25 años el Diario de Sevilla. Antonio Rodrigo Torrijos se reencontraba con Santiago Sánchez Traver, que compartían pupitre de PREU en el instituto San Isidoro. Uno optó por el sindicalismo, el otro por el periodismo.

Garrido Bustamante es el asociado número 18. Tiene una calle con su nombre en Salteras, uno de los personajes fundamentales de este pueblo junto a dos filósofos, el académico Emilio Lledó y Ruperto de Salteras, tío del torero Manuel Jesús El Cid. Noche de reencuentros y Paz Vega sin aparecer. Estaba Juan Holgado Mejías, autor de la primera entrevista a Felipe González (en La Ponderosa), compañeros de celda en la Gavidia; Lola Cintado, jefa de prensa de Plácido Fernández Viagas, primer presidente de la Junta de Andalucía, artífice del Pacto de Antequera; Enrique García, jefe de prensa de Rafael Escuredo, segundo presidente de la Junta de Andalucía. En la gala estuvo el cuarto, el más longevo, Manuel Chaves. El séptimo, Juanma Moreno, estuvo representado por una terna de consejeros. Estuvieron el delegado del Gobierno y el presidente de la Diputación (este año con una caseta de Feria menos). El alcalde estaba en el Vía Crucis. Era el primer lunes de cuaresma. Hoy es el segundo miércoles. Ya queda menos para la rosa roja de Santa Marta que une a Iñaki Gabilondo con la Semana Santa de esta ciudad. Que en 1981, la primavera posterior al 23-F, pregonó un salmantino, el fiscal Alfredo Flores, que fue hermano mayor de San Gonzalo. Esa ruta de la Plata que recorrió María Esperanza Sánchez para recoger el lunes la medalla de oro de sus compañeros. Lo demás es silencio. El presente lo portaba Joaquín Petit, compañero en esta prodigiosa andadura de las ondas de la periodista salmantina, que hasta hizo un programa de boleros con Enrique Valdivieso.

Gracias a la brevedad de los discursos de Iñaki y María Esperanza, se cumplieron los tiempos y Pulido tuvo que pagar la convidá.

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