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Nuera de árabe, mujer de cristiano

  • Misterio. Junto al museo de Bellas Artes hay un hotel que lleva el nombre de una princesa que se casó con un hijo de Al-Mutamid y le dio un descendiente a Alfonso VI de León

Nasr Salti, gerente del hotel Zaida, junto a Munia, su esposa, y la estatua de la princesa que vivió en el siglo XI.

Nasr Salti, gerente del hotel Zaida, junto a Munia, su esposa, y la estatua de la princesa que vivió en el siglo XI. / belén vargas

Es como un acertijo. ¿Cómo se puede ser nuera del rey árabe de Sevilla y esposa del rey cristiano de León? Detrás del misterio de la princesa Zaida (1063-1101) hay dos historias de amor y de guerra separadas en el tiempo por casi un milenio, unidas por la relevancia de sus protagonistas.

Zaida, efectivamente, contrajo matrimonio con Abu Nasr Al-Fath al-Mamun, rey de la taifa de Córdoba e hijo de Al-Mutamid, rey de Sevilla que murió en el exilio de Marrakech. Da nombre a un hotel de la calle San Roque, con 35 habitaciones, a dos pasos del Museo de Bellas Artes.

La historia de Zaida la documentó el gerente del hotel, sevillano de padres de Damasco

El nombre original, ajeno a la leyenda y a la historia de la princesa. Desde el 28 de febrero de 2015, el hotel lo regentan cuatro socios, dos sirios y dos kuwaitíes, y al frente, como gerente, está Nasr Salti, sevillano de cuna, hijo de sirios. Sus padres nacieron en Damasco. Él llegó a España en enero de 1969 para estudiar Medicina, "empezó en Madrid y a los dos meses estaba en Sevilla". Ella llegó en julio de 1973 tras la pista de su amor dejando los estudios de Filología Inglesa en segundo curso. "Mi padre se crió en un barrio de Damasco muy parecido al barrio de Santa Cruz".

Nasr viajó al país de sus antepasados por última vez en 2010 "antes de que empezara la guerra". Munia, su esposa, es siria de nacimiento y llegó a Sevilla con 18 años. El gerente del hotel Zaida fue el primer niño que nació en el hospital Macarena. "Lo inauguraban el 7 de diciembre de 1974 y yo vine dos días antes. En el parto intervino el doctor Carlos Bedoya. No habían llegado las mantas y tapó a mi madre con la ropa de abrigo, porque era una noche muy fría en Sevilla".

Sus hermanos ya nacieron con todos los medios a disposición de los profesionales en el mismo hospital Macarena. "El mismo doctor que me dio a luz fue el que participó en el nacimiento de mi hijo". Nasr Salti es filólogo y traductor del árabe. Alumno en la Universidad de Sevilla de Rafael Valencia y Emilio González Ferrín, la estela de Zaida le remite a El siglo XI en primera persona, esa maravilla que publicó Emilio García Gómez, el arabista amigo de los poetas del 27. "Lo he estudiado, igual que a Pedro Martínez Montávez, María Jesús Viguera o Federico Corriente, que en 1977 publicó el primer diccionario español-arabe y a continuación el árabe-español".

La historia de Zaida daría para una película extraordinaria. Un paradigma de una época en la que las culturas y religiones guerreaban y convivían. Alfonso VI, su futuro esposo, conquistó Toledo en 1085 y su objetivo era hacerlo también con las taifas de Córdoba, Sevilla, Granada y Málaga. El hijo de Al-Mutamid envió a su esposa con la escolta de setenta caballeros al castillo de Almodóvar del Río mientras que pedía ayuda a los almorávides. La taifa de Córdoba cayó en 1091 y al rey le cortaron la cabeza. Alvar Fáñez derrotó a los defensores del castillo e hizo prisionera a Zaida. Hay crónicas que la relacionan con Alfonso VI primero como concubina y después como esposa. En la corte castellana hubo mucha resistencia para aceptar a una princesa musulmana, linaje árabe reforzado por su condición de sobrina de los caudillos musulmanes de Lérida y Denia, dato que corroboró Menéndez Pidal en La España del Cid. Zaida se convirtió al cristianismo y se bautizó como Isabel.

Zaida le dio a Alfonso VI un hijo, Sancho Alfónsez, al que designó heredero y que murió muy joven en la batalla de Uclés. El enterramiento de la princesa Zaida, que murió con 38 años, es otro misterio. Unas fuentes sitúan sus restos en el monasterio de San Benito de Sahagún (León) y otras en el monasterio de San Isidoro de la capital leonesa, donde descansarían junto a los del rey y sus anteriores esposas.

Los años en los que transcurrió la azarosa vida de Zaida, la nuera del rey moro, la esposa y madre de los reyes cristianos, aparecen junto a una estatua que preside el zaguán del hotel que lleva su nombre, un antiguo palacete que perteneció al propietario del anexo corral de las Flores, justo a la espalda del actual hotel. En la misma calle San Roque hay un restaurante marroquí, Al-Medina, que este sevillano hijo de sirios visitó algunas veces. "La comida marroquí es muy diferente de la siria, que es mucho más parecida a la griega, turca, italiana o española, más mediterránea".

Le gusta viajar, leer, profundizar en la cultura del aceite de oliva. Con el periodista juega al intercambio de libros de temática siria. Recomienda la lectura del que escribió Rosa Regás, Viaje a la luz del Cham -la escritora que acompañó a Benet a Estambul- y apunta las bellísimas crónicas que el corresponsal Tomás Alcoberro recopiló en el libro ¿Por qué Damasco? La ciudad en la que sus padres empezaron a escribir una historia de amor que cultivan lejos de la guerra.

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