Óscar Riquelme: "Tengo mi conciencia muy tranquila, no he matado a nadie"
Crimen de la botellona
El presunto autor de los hechos insiste en culpar a otro joven, vecino suyo de San Juan de Aznalfarache. El acusado explica que no lo culpó antes por temor a que le hicieran daño a su familia.
El presunto autor del crimen de la botellona de la Fiesta de la Primera, Óscar Riquelme Rodríguez, ha insistido hoy en culpar a otro joven, vecino suyo de San Juan de Aznalfarache, de la muerte de Francisco José Guerrero, que falleció el 25 de marzo de 2011 tras recibir una puñalada en el corazón. "Yo tengo mi conciencia muy tranquila, no he matado a nadie", ha asegurado ante el jurado popular Óscar Riquelme, quien sostiene que fue su vecino José Antonio M. S. el que asestó la puñalada a la víctima, en una versión exculpatoria que descartan rotundamente la Fiscalía y la acusación particular, que señalan que no hay ni un testigo que corrobore esta versión.
El acusado ha explicado que no culpó a José Antonio M. S. hasta junio del año pasado, cuando llevaba más de dos meses en prisión, porque estaba protegiendo a su familia, ya que según dijo tiene "miedo" a la familia de su vecino y no lo inculpó antes por temor a que le hicieran daño a su familia.
La fiscal del caso puso en entredicho su versión al preguntarle cómo se explicaba entonces el testimonio de la testigo protegido que le identifica a él como el autor de la puñalada y los otros testimonios que descartan la presencia de José Antonio M. S. en el momento en que se produjo el crimen. El acusado respondió en varias ocasiones que "no se lo explica" y reiteró que él se acercó al grupo de jóvenes de La Puebla de Cazalla entre los que se encontraba la víctima para "remediar y poner paz" a causa de un incidente en el que se había rajado una rueda del coche del primo del fallecido. Tampoco comprende el procesado que haya testigos que declaren que le vieron manipulando la navaja, abriéndola y cerrándola, aunque dijo que "por sus manos" nunca pasó esa navaja, de la que sí especificó que era de grandes dimensiones, del tamaño de un bolígrafo cuando está cerrada.
El acusado, que durante su interrogatorio mostró una actitud contestataria con la fiscal, dijo que cuando se ofreció a buscar una rueda vio cómo su vecino asestaba la puñalada y negó que haya cambiado versión, ya que en un primer momento culpó del crimen a un menor de edad cuya causa fue archivada. "No he cambiado la declaración, la he aumentado y certificar quién es la persona que mata, porque llevaba dos meses de prisión por un delito que no había hecho", precisó. Óscar Riquelme dijo que incluso trató de colaborar para subir a la víctima a un vehículo tras el apuñalamiento, una vez que le vio en el suelo acompañado de una joven que pedía ayuda, según su relato ante el jurado.
El acusado, que admitió que había bebido diez o quince copas en aquella fiesta, dijo que sobre la diez de la noche volvió a preguntar a los amigos de la víctima para interesarse sobre cómo estaba, ya que "sabía que había sido uno de San Juan y mi conciencia no me dejaba tranquilo". Esta mañana también declara la testigo protegido que tumba la versión del acusado.
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