Viernes 26 de marzo. Once de la mañana. Si 2020 fuera un año normal en el que no hubiera existido una pandemia que azota el mundo, la Policía Local de Sevilla se estaría organizando para afrontar la Semana Santa, para la que apenas faltarían diez días. En la Jefatura se estarían ajustando los cuadrantes, qué policía iría a organizar los cruces de la Carrera Oficial, qué agente de la unidad de Motoristas iría cada día con las hermandades que vienen desde más lejos, cómo se organizarían los cortes de tráfico en las grandes avenidas por las que pasa La Paz, Santa Genoveva, el Polígono de San Pablo, el Cerro o la Sed, por citar sólo algunas de las cofradías que más kilómetros recorren. Se estarían también apuntando a las productividades y al plan especial de Semana Santa, porque la plantilla es escasa y las fiestas de primavera suponen para los policías locales un buen ingreso económico en forma de pluses.

Coronavirus: De patrulla con la Policía Local por Sevilla

Pero 2020 no es un año normal y ningún policía local acompañará a ninguna cofradía dentro de dos semanas. Los agentes más capillitas tendrán que conformarse con el rato que estuvieron llevando al Señor de la Salud durante el Vía Crucis de las hermandades, que se celebró el 2 de marzo aunque hoy parezca que hace siglos de aquello. Hoy, la Policía Local de Sevilla centra sus esfuerzos en garantizar el cumplimiento de la cuarentena impuesta por el Gobierno central para frenar la expansión del coronavirus. Es decir, en velar porque nadie salga a la calle si no tiene una justificación.

Coronavirus: De patrulla con la Policía Local por Sevilla

Este periódico acompaña a una patrulla de la fuerza municipal en estas labores, que se están centrando estos días en los barrios. La mañana del viernes toca la zona Norte de la ciudad. Polígono Norte, Pino Montano, San Jerónimo, Los Carteros... Una dotación compuesta por seis policías locales recorre estas zonas. Son dos motoristas, otros dos agentes en un furgón y dos más en un coche. Identifican a todas las personas que pasan por la calle. Los agentes comprueban que quien sale lo hace por alguno de los supuestos permitidos en el decreto del estado de alarma: ir a la farmacia, a hacer la compra, a pasear al perro, a trabajar si no puede hacerlo desde casa o a cuidar a algún familiar dependiente. Algunos no encajan en ninguna de estas opciones. Hay, por ejemplo, una mujer que ha ido a visitar a su marido al trabajo. O una pareja que pasea al perro. Se puede sacar a la mascota, pero en solitario.

Coronavirus: De patrulla con la Policía Local por Sevilla

Los policías van protegidos con mascarillas y guantes. Tratan de evitar los contagios a toda costa. Hay cinco positivos ya en el cuerpo y se han cambiado los turnos de trabajo para que no todos los policías estén en primera línea de fuego. Tiene que haber gente en la reserva por si los que están más expuestos se infectan, ya que la plantilla es bastante limitada. La patrulla entra en la calle Hermano Pablo, en el Polígono Norte, donde hace unos días sus compañeros del turno de noche hicieron una de las intervenciones más destacadas de lo que va de año:liberaron a una persona que llevaba cuatro días secuestrada en un piso por una deuda de drogas. Fueron detenidos cuatro delincuentes.

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Toman datos, controlan vehículos, identifican a personas, se produce también algún cacheo. En uno de los controles se multa a dos personas que iban a bordo de una misma moto. También se inspeccionan establecimientos comerciales. Si puede estar abierto o no, y cuánta gente puede haber dentro. En la frutería se pide al responsable del negocio que introduzca al género dentro. En la calle Rey Melchor, los agentes interceptan a un joven que ha recorrido dos kilómetros con su perro y se dirige a ver a su novia. La visita le sale cara.

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El superintendente jefe de la Policía Local de Sevilla, José Medina Arteaga, lleva apenas tres meses en el cargo. Iba a afrontar de su primera Semana Santa como jefe y se preparaba para ello como su prueba de fuego. Pero lo que le ha tocado parece mucho más que eso. Lleva 35 años como policía, los últimos catorce en el Campo de Gibraltar. Doce como jefe de la Policía Local de Algeciras y dos como delegado de la administración del Estado en la zona. Su trabajo en uno de los lugares más complicados de España le dio una amplia experiencia, pero nunca había tenido que afrontar la lucha contra un virus. “Para esto ningún policía tiene experiencia, por muchos años que lleve”.

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Medina explica que el dispositivo ha pasado de una primera fase de concienciación, en la que la Policía tuvo que ir cerrando tiendas y bares y pidiendo a la gente que se fuera a sus casas, a otra de implantación, en la que ya se actúa de forma algo más contundente. Destaca las patrullas conjuntas con la Policía Nacionl, y también con la Guardia Civil. Este viernes, unas horas después de los controles en la zona Norte de la ciudad, se establecieron varios dispositivos en las salidas de la ciudad para impedir que los sevillanos se marcharan a sus segundas residencias en las playas, en el campo o en la sierra. En líneas generales, el superintendente está satisfecho. Y además agradece el cariño de la gente. “Nos están aplaudiendo desde los balcones. Y no sólo eso, nos llaman cuando han visto algo raro. Y también para cualquier consulta. Creo que la gente está sintiendo a su policía muy cerca”.

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El concejal Juan Carlos Cabrera también se preparaba para una nueva Semana Santa, la primera sin su mano derecha, Rafael Pérez, quien fuera director el Cecop durante años. “El otro día vi pasar por la calle un camión militar y pensé: si hace un mes me dicen que en vez de ver pasos, esta Semana Santa yo iba a ver camiones del Ejército, hubiera tomado por loco al que me lo hubiera dicho”, dice el responsable de las delegaciones de Gobernación y Fiestas Mayores. El edil empieza su día en la Jefatura de la Policía y a la una de la tarde preside el comité de seguimiento del coronavirus en el Ayuntamiento. Por la tarde suele estar recluido en casa. Salvo este viernes, que le toca oficiar una boda en el Consistorio. “Con los novios y los testigos, sin nadie más”. Son las bodas del coronavirus, que lo ha alterado todo.