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el espacio peatonal | falta una ordenanza que regule la pavimentación

Pavimentos: La ciudad de los suelos caóticos

  • Sevilla carece de una norma y de un criterio sobre la urbanización del espacio público.

  • Cada alcalde elige una losa diferente sin analizar la necesidad de la ciudad.

La gestión del espacio público relativa al suelo que pisamos los peatones, los pavimentos, es un cajón de sastre en la capital andaluza. Cinco destacados arquitectos de la ciudad lo corroboran y coinciden en que este hecho se debe a la falta de un criterio unificado sobre esta cuestión por parte del Ayuntamiento de Sevilla, que carece de una norma al respecto. Históricamente ha sido así y cada gobierno que entra en la Casa Grande pone un pavimento diferente sin orden ni concierto, a diferencia de otras ciudades, como Barcelona, Amsterdam, Copenhague o Lisboa, que se toman muy en serio el diseño de los espacios peatonales.

En el casco histórico sevillano este caos se nota especialmente. Hay losetas cuadradas de hormigón con dibujo de aspa en la calle Lumbreras; amarillas de granito en la avenida Torneo; losetas de pizarra en Laraña, en un lateral del Duque y al final de Amor de Dios (esta calle es un collage con varios tipos de losas); adoquín albero en la Alameda y adoquín gris plano en calles más recientemente urbanizadas; granito rojo en Sierpes; granito gris en varias zonas del centro, entre ellas el eje de Plaza Nueva a San Fernando, la Alfalfa y Tetuán; empedrado en decenas de plazas del casco antiguo (Santa Isabel, Gavidia, Magdalena...) y en buena parte de las aceras encontramos losetas de hormigón de forma hexagonal, la más abundante en los barrios. Eso por citar algunos ejemplos.

"Hay disparidad de pavimentos en Sevilla. Es un caos y una forma muy poco lógica de hacer nada, cuando lo bonito es la uniformidad. Hay que unificar un material en Sevilla. Un buen pavimento debe tener continuidad, no que cada plaza sea de una manera, y reponerse con facilidad", se queja Enrique Abascal, arquitecto y profesor de proyectos en la Escuela Superior de Arquitectos de Sevilla. Lo mismo opina José Carlos Mariñas, arquitecto especializado en la construcción del espacio público y autor de la Piel Sensible. "La ciudad cuenta con un enorme y descoordinado muestrario de soluciones que convierten el espacio público en un gran collage donde conviven pavimentos que se muestran adecuados y envejecen de una forma tolerable, con otros cuyas patologías a los pocos años de su colocación son más que evidentes".

Mariñas recalca que Sevilla debería contar con "una estrategia general específica o libro blanco sobre cuáles deben ser las prioridades en las decisiones a tomar sobre el diseño y mantenimiento del espacio público" para "no seguir utilizando los mismos criterios, diseños inadecuados y soluciones erróneas de hace varias décadas". Lamenta que a la falta de esta estrategia se suma "la aparente desidia de los técnicos municipales responsables del mantenimiento y control sobre dicho espacio".

Carlos Díaz-Recasens, arquitecto e investigador del grupo de la Ciudad Peatonal, señala que hacen falta proyectos urbanos específicos que analicen bien lo que necesita cada zona de la ciudad donde se intervenga (los problemas que tiene de accesibilidad, de falta de sombra, de veladores....) "porque un técnico de la Gerencia de Urbanismo no se para a pensar" en estos aspectos.

Abascal añade que Sevilla tradicionalmente ha prestado muy poca atención al suelo que pisamos con poca calidad en los materiales, en el diseño y en el mantenimiento. "El pavimento es como el mantel sobre el que se ponen los platos. Puede dar orden a todo y debe ser una superficie nítida, amable y despejada, pero está descuidada. Las calles son un lugar de estancia también, no sólo de paso. No todo es un problema de movilidad. Deben existir zonas para caminar y sentarse", insiste.

Abascal pone el acento en que no hay orden en los elementos que integran el espacio público."Esta ciudad tendría una gran transformación con una ligera inversión si se ordenan los pavimentos y el espacio público, sobre todo quitar, despejar y ordenar". Reitera que sobran la mitad de elementos que restan espacio a la capacidad de caminar. Le gusta el orden del entorno del Cid y apuesta por transformar Reina Mercedes en un bulevar. Falta orden en las infraestructuras (canalizaciones y cableados) del subsusuelo. "No se puede pavimentar sin acondicionar y ordenar las infraestructuras bajo tierra, ordenar todo de arriba abajo", insiste Abascal.

Si hablamos de maestros en diseñar el espacio público, los arquitectos consultados coinciden en citar a Holanda, Dinamarca, Portugal, los países nórdicos y Japón. Barcelona también sigue esta tradición y su Ayuntamiento desde siempre ha contado con arquitectos que piensan en el diseño de los espacios públicos de la ciudad condal. En Holanda las calles son de adoquín cerámico, montadas sobre arena y con bordillos metálicos a presión donde se comprime el pavimento. París o Berlín gustan por sus aceras de gran tamaño y los árboles que dan continuidad al paseo. En Manhattan las aceras son de hormigón, muy uniformes, y se pueden abrir y reponer con facilidad. En Inglaterra son de pavimento asfáltico, "algo no viable en Sevilla".

Gonzalo Díaz-Recasens, doctor arquitecto especializado en urbanismo e investigador del grupo de la Ciudad Peatonal, explica que Copenhague diseña sus espacios urbanos para que el peatón sepa con antelación cómo es la calle por donde va a coger. Y añade que el gran gurú en diseño de ciudades adaptadas a la movilidad peatonal es Jan Gehl, arquitecto urbanista danés.

Carlos Díaz-Recasens, arquitecto e investigador del grupo de la Ciudad Peatonal, señala que ya toca pensar en el espacio público, que es lo que más incide en el ciudadano, sobre todo en Sevilla que hace un uso intensivo del espacio público. Destaca el buen ejemplo de Barcelona, cuyo Ayuntamiento encarga proyectos urbanos para todas sus actuaciones. El Instituto del Paisaje Urbano de Barcelona lleva más de dos décadas diseñando espacios amables con las personas con el respaldo de una Ordenanza Municipal del Paisaje Urbano, norma que coordina las actuaciones de todas las instancias que intervienen en la mejora de la ordenación del espacio público. Sevilla podría seguir este ejemplo.

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