Calle Rioja

Perdidos en la urdimbre del tiempo

  • Expectación. Cristina Martín Jiménez, periodista de El Viso del Alcor, presenta en el Ateneo el cuarto de sus libros dedicados a desentrañar los hilos del Club Bilderberg.

EL Ateneo parecía este jueves el camarote de los hermanos Marx. Salían de la presentación de un libro y entraban para asistir a la presentación del siguiente. Y los dos libros se cruzaron. Cruce en el título. El primero, La urdimbre del tiempo, con el que José María Antón Morla, leonés de Gordoncillo, ha ganado el premio Ciudad de Cieza de Poesía, es una hermosa metáfora de la prometeica empresa del segundo, Perdidos, cuarto título que a lo largo de nueve años ha dedicado su autora, Cristina Martín Jiménez, nacida El Viso del Alcor, a desvelar las entrañas del Club Bilderberg. Cruce en los protagonistas. Javier Compás, presentador del libro de poesía, reconoció a la autora del de ensayo: habían coincidido en un acto del 15-M.

 

Perdidos (MR), con el sugestivo subtítulo de ¿Quién maneja los hilos? tiene un trasfondo poético muy en consonancia con los versos que precedieron su presentación. La estudiante de Salamanca. Con esta analogía del libro de Espronceda se pueden conocer los cimientos de esta aventura. Cristina Martín Jiménez estudiaba en la Universidad de Salamanca y fue en ese ágora del conocimiento de la que fuera rector Unamuno donde empezó a trenzar los hilos de su investigación.

 

Bilderberg es el nombre del hotel holandés donde se reunieron por primera vez los miembros de un club que ahora ya es todo un imperio. Los Amos del Mundo, los llama Cristina Martín parafraseando una fórmula de la Biblia para referirse al diablo que también sirvió de reclamo de un conocido grupo musical de la Sevilla de los ochenta. Esos amos de quienes el resto seríamos su voz -la Voz de su Amo- podrían ser un grupo "no superior a una docena" que procuran un anonimato profético. Este anónimo nada veneciano lo profetizó Juan el Templario en el siglo XII o Juan el Ermitaño en el XVII, y la duda la dejó en el aire Emilio Carrillo en la presentación de Perdidos.

 

¿Hay escapatoria?, preguntó al final alguien del público. "Hay que leer el libro", respondió la autora. Le preguntaron por la masonería y por Satanás. De la primera dijo que ya no es lo que era, la sociedad benefactora que impregnó tantos escaños de la República, sino una organización de aspiraciones "mundialistas y satanistas".

 

La investigación sobre el Club Bilderberg la inició esta periodista visueña en 2005, "en tiempos de bonanza y negocios florecientes". La crisis, el resultado en su opinión "de despachos y reuniones secretas", puede servir para abrir los ojos, para comprobar que "el ataque económico es el más visible, pero hay otro ataque emocional". En esa estrategia, los Amos del Mundo contarían con una batería interdisciplinaria de banqueros, compañías farmacéuticas, sociólogos y antropólogos "a sueldo" y hasta premios Nobel. 

 

Alberto Máximo Pérez Calero, presidente del Ateneo, celebró la expectación que despertó el libro de Cristina Martín. En este arcano de tradiciones, la urdimbre del tiempo había conseguido superar las dos condiciones que impuso Manuel Sales y Ferré, primer presidente del Ateneo en 1887: que no entraran mujeres y que no se hablara de política.

 

Una mujer habló de política. De políticos marionetas de un señor de los títeres, amos del mundo que antes "iban a por las regiones, a por las empresas. Ahora aspiran a dominar los países, el mundo entero". Incluida Cieza.  

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