La férrea escolta con la que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, acudió ayer a recibir el premio de la Fundación Sevilla Nodo Entre Culturas por su contribución a la paz y al diálogo entre Oriente y Occidente no bastó para evitar un incidente a la salida del Ayuntamiento hispalense. Ya en la calle, el mandatario fue agredido por un joven que, al grito de "Kurdistán libre", le lanzó un zapato de grandes dimensiones justo cuando se disponía a entrar en su coche oficial, junto a su esposa Emine Erdogan, para abandonar la Plaza Nueva. Diez ministros turcos y sus consortes acompañaban al dirigente en una comitiva integrada por más de una decena de vehículos.

El incidente del zapato se produjo en una jornada especialmente delicada para el primer ministro turco debido a la detención en su país, horas antes, de más de 40 militares por una supuesta trama golpista contra su Gobierno. Los militares han aprovechado la visita de Erdogan a España (Madrid y Sevilla), que apoya sin reservas la entrada del país turco en la Unión Europea.

Todo sucedió en segundos, pasadas las diez y cuarto de la noche y ante testigos de la televisión turca. Los más de 300 asistentes al acto en el salón Colón se habían dispersado para dirigirse a la cena oficial organizada. La Policía Nacional, que acordonaba el edificio consistorial, logró detener y llevarse al agresor esposado, según fuentes municipales que presenciaron los hechos. La Policía decidió anoche mantener detenido al joven, puesto que ahora tiene que investigar si el zapato se dirigió contra el coche o si llegó a tocar al mandatario. Sólo en este último caso constituiría un delito de atentado contra la autoridad.

La entrega del galardón, el quinto desde la instauración de estos premios en 2005, fue retransmitida en directo nada menos que por siete televisiones turcas con periodistas acreditados para la ocasión en el salón Colón del Ayuntamiento. Los diez ministros turcos y sus acompañantes ocupaban la primera fila del público. Entre las personalidades destacadas también estaban invitados los cónsules de Filipinas y Turquía. Los patronos de la Fundación Sevilla Nodo (Francisco Herrero, de la Cámara de Comercio; Antonio Peláez de Isla Mágica; Manuel Fernández, del Puerto de Sevilla y Felipe Luis Maestro, de Fibes, entre otros) se sentaban en los bancos que usan los concejales en el Pleno.

El primer ministro turco se declaró honrado de recibir un premio con un significado "espiritual" para él por considerarlo resultado de la política de su país en la lucha por la paz. "Es la coronación de la colaboración entre Turquía y España", afirmó antes de resaltar que servirá para profundizar la amistad hispano-turca. Erdogan tuvo elogios para la ciudad de Sevilla con tópicos como el flamenco y los toros, y puso hincapié en la tolerancia construida por el rey Alfonso X el Sabio. "Esa convivencia es lo que necesita el mundo: la tolerancia de las tres religiones", sentenció antes de insistir en que precisamente el papel de Turquía es ser "puente entre religiones y culturas". Erdogan está convencido de que tendrán eco los llamamientos de ambos países a la tolerancia, la paz y el diálogo.

Minutos antes, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, tomó la palabra para destacar el honor de Sevilla, una ciudad que combina el acervo de las tres culturas que convivieron en paz, de conceder este premio. Jacinto León, secretario de la Fundación, resaltó el esfuerzo de Turquía por entrar en sintonía con Europa.