Puentes de Los Remedios, Juan Carlos I y Reina Sofía
Episodios sevillanos del siglo XX
ENTREGAS PUBLICADAS 24 y 31de mayo; 7, 14, 21 y 28 de junio; 5, 12, 19 y 26 de julio; 2, 9, 16, 23 y 30 de agosto; 6,13 y 20 de septiembre de 2009.Desde 1931, cuando se inauguró el puente de San Telmo, no hubo nuevo acceso entre las orillas sevillana y trianera hasta 1968, con la apertura del puente del Generalísimo, retitulado de Los Remedios en 2000
LA explosión demográfica de las décadas segunda y tercera del siglo marcaron un tiempo nuevo. Entre 1911 y 1920, la provincia sevillana registró un saldo migratorio positivo de 71.232 personas, en su inmensa mayoría gravitando sobre la capital y su comarca. En cifras absolutas, el censo provincial creció en 112.676 personas entre 1911 y 1920. Luego, en la siguiente década, el censo provincial aumentó en 93.545 habitantes entre 1921-1930.
El fenómeno demográfico antes citado tuvo su origen en la enorme expectación despertada por el Renacimiento sevillano con motivo de iniciarse grandes obras de infraestructuras, principalmente la corta de Tablada (1906-1926); la dársena de la Vega de Triana para liberar el antiguo cauce de Los Gordales; los cinco puentes antes citados; los pasos elevados de San Bernardo (1924), Luis Montoto (1931) y de la Enramadilla (1944-1946); los numerosos pabellones para la Exposición Iberoamericana; las plazas y ensanches urbanos proyectados desde el pasado siglo, más el auge de la construcción protagonizada por las arquitecturas del modernismo (1900-1915) y del regionalismo sevillano (1900-1935), seguida por la del Racionalismo desde mediado los años veinte del pasado siglo.
Dentro del período de relanzamiento de la ciudad, debemos fijar una etapa clave, protagonizada por la Dictadura de Primo de Rivera, que para Sevilla comenzó en 1925 y terminó en 1929.
El proyecto de Exposición Hispano-Americana (Iberoamericana desde 1922) tuvo una larga gestación, iniciada en 1908 con la Exposición España en Sevilla, aprobada en 1909 y afectada a continuación por una compleja serie de contratiempos hasta 1925, con varios aplazamientos del calendario de apertura. El tribunal del tiempo nos permite afirmar, que sin el apoyo decisivo del rey Alfonso XIII y la actuación administrativa y política de Miguel Primo de Rivera, hubiera sido imposible llevar a feliz término la Exposición Iberoamericana.
Desde 1925 en adelante, la ciudad comenzó a ver hechas realidades obras de infraestructuras hasta entonces paralizadas o aún en proyectos. A las obras de ensanches de los años diez y primeros veinte, en la Campana, Martín Villa, Mateos Gago, Cánovas del Castillo y Fernández y González, se unieron las obras que crearon la actual avenida de la Constitución. Lo que desde mediado el siglo XIX y aprobado definitivamente en 1906, parecía un sueño, fue realizado en los años 1927 y 1928.
En efecto, los ensanches de Santo Tomás, Maese Rodrigo y Puerta de Jerez, configuraron una nueva ciudad y terminaron con la imagen urbana del siglo XVIII. Los derribos del antiguo convento de Santo Tomás y manzanas de casas anexas, prolongaron la calle Gran Capitán hasta enlazar con la nueva calle Reina Mercedes, dando lugar a la gran explanada delantera del Archivo General de Indias. Y los derribos de las varias manzanas de edificios que taponaban el acceso hasta la Puerta de Jerez, incluido gran parte del Colegio de Santa María de Jesús (primera Universidad, 1505-1771), dieron forma a la actual avenida. Luego, nuevos derribos de manzanas de casas que formaban la calle Maese Rodrigo hasta enlazar con las calles San Fernando, Jerez y Almirante Lobo, configuraron la actual plaza de Puerta de Jerez. Es decir, en dos años, con la ayuda de la Dictadura de Primo de Rivera, Sevilla logró hacer realidad sueños ancestrales.
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