Regreso de los héroes del Plus Ultra

SEVILLA fue testigo de la proeza. El día 10 de febrero de 1926, a las 12:14, alcanzó la vertical de Buenos Aires el hidroavión Plus Ultra, tripulado por Ramón Franco, piloto y jefe de la expedición; Julio Ruiz de Alda, copiloto y navegante; Juan Manuel Durán, observador, y Pablo Rada, mecánico. Veinte días antes, el 22 de enero de 1926, a las siete horas y cincuenta y cinco minutos, el Plus Ultra inició el vuelo desde las aguas de Palos de la Frontera, lugar escogido para rememorar la salida de las naves colombinas hacia el Nuevo Mundo en 1492.

El raid duró 59 horas y 40 minutos de vuelo, realizado en siete etapas que sumaron 10.270 kilómetros, a una media de 171 kilómetros por hora. Y durante el trayecto se lograron varias marcas mundiales de distancia y velocidad para la clase de hidroavión. Las etapas fueron desde Palos de la Frontera, entonces aún llamado de Moguer, hasta las Islas Canarias, concretamente a Las Palmas. De allí a Puerto Praia, y luego hasta Noronha con el recorrido más largo, de 2.305 kilómetros sobre el océano. Pero Noronha no estaba previsto y allí tuvieron que amarar y pasar la noche en el avión en condiciones atmosféricas muy adversas.

La cuarta etapa fue la más corta sobre el Atlántico, de 540 kilómetros, entre Noronha y Recife, en Pernambuco, pero también la más accidentada, pues el segundo motor perdió una pala de la hélice y tuvieron que pararlo. A partir de ahí fueron costeando en las tres últimas etapas, finalizadas en Río de Janeiro, Montevideo y Buenos Aires.

Esta travesía supuso la más importante hazaña de la aviación española y tuvo excepcional trascendencia en España y los países iberoamericanos, así como en Estados Unidos y Europa. El Gobierno español premió a los aviadores, varios Ayuntamientos les concedieron calles y el de Sevilla rotuló con el nombre de Plus Ultra la rotonda hasta entonces llamada de la Palmera, a la entrada de Sevilla por la avenida de Jerez. El Gobierno español concedió a Pablo Rada la primera Medalla al Mérito en el Trabajo.

Para corresponder a la excelente acogida que la República Argentina dispensó a los tripulantes del Plus Ultra, el Gobierno español presidido por el general Primo de Rivera regaló el hidroavión al Museo de la Aeronáutica de Buenos Aires, donde ha estado expuesto hasta hace unos pocos años en que ha sido devuelto a España e incorporado a los fondos históricos del Museo Aeronáutico de Madrid.

A cambio de la cesión del aparato, el presidente de la República Argentina dispuso que el crucero Buenos Aires, buque escuela de la Armada, hiciera un viaje de buena voluntad a España para trasladar a los tripulantes. Y así fue como Sevilla tuvo un protagonismo estelar como colofón del histórico vuelo de Franco, Ruiz de Alda, Durán y Rada. En efecto, el crucero Buenos Aires navegó desde la capital argentina hasta Palos de la Frontera, lugar de donde partieron los aviadores. Allí les esperaba el rey Alfonso XIII, a bordo del crucero Cataluña. Al mismo tiempo, la llegada del crucero argentino fue saludada por una demostración aeronáutica en la que tomaron parte ciento cuarenta aviones, de ellos doce hidroaviones. Fue la mayor concentración aérea organizada en España, pues cuando regresó el Jesús del Gran Poder, en 1929, fueron ciento veinte aviones los que recibieron en Cádiz a los pilotos Jiménez e Iglesias.

El día 6 de abril de 1926 llegaron a Sevilla los tripulantes del hidroavión, acompañados del Rey Alfonso XIII. Durante la travesía por el Guadalquivir, dieron escolta al navío argentino los ciento cuarenta aviones que fueron a recibirle a Palos de la Frontera. El rey Alfonso XIII y el general Miguel Primo de Rivera quisieron que la llegada a España de los aviadores en el crucero Buenos Aires se convirtiera en un homenaje al aeródromo de Tablada y Sevilla. De manera que el citado crucero argentino fue el primer navío en navegar por la Corta de Alfonso XIII -vulgo de Tablada- y en cruzar el puente también de Alfonso XIII.