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  • Referencia. Los libros sobre Franco, el personaje y su época, son un clásico en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión en el primer 20-N con el dictador fuera del Valle de los Caídos

Tres biografías de Franco en una de las librerías de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión.

Tres biografías de Franco en una de las librerías de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. / Belén Vargas

LA Feria del Libro Antiguo y de Ocasión ha heredado del Festival de las Naciones la compañía de la lluvia. 44 años después, primer 20-N con Franco fuera del Valle de los Caídos. ¿Qué queda de él en las librerías protegidas por un rey santo sin paraguas?

Parece el monedero de un francés. Ni uno, ni dos. Tres Francos en la librería El Cárabo, valenciana. La fundó el padre de Miguel Sanz en 1979. Un año antes nació este librero que este 20-N ha iniciado la jornada vendiendo una novela negra. Ahí están el Franco de Paul Preston, el de Joan Llarch y el de Joaquín Arrarás, editado en Valladolid. “Tiene el interés de que es de 1939”, dice el librero. El Cárabo es “un tipo de búho, un ave que siempre se ha asociado con la sabiduría y los libros”. La Marcha Verde de Antonio Hernández no pasa por el Sáhara sino por el Villamarín. Puente entre el Cárabo y el Alcaraván, un pájaro que dio nombre a poetas de Arcos, el pueblo natal del autor de la Anábasis bética.

Cristina ha tenido que pedir “otra caja de A sangre y fuego” porque en la librería Renacimiento sólo le quedan dos ejemplares de esa visión de la guerra civil a cargo de Chaves Nogales. Abelardo Linares está en Argentina buscando rarezas. No se ve Franco entre los libros expuestos. Están las memorias de guerra de Bobby Deglané y Un año con Queipo de Llano de Antonio Bahamonde. Miguel Florián se lleva las poesías completas de Manuel Machado y alguien pregunta por la Vuelta al Mundo, pero no la de Magallanes, sino la de Vicente Blasco Ibáñez.

Franco ante la Historia. El libro de H.G. Dahms se ve en la librería Sur, entre una novela de James Ellroy, uno de los genios de la intriga policiaca, y los latidos urbanos de Barbara Probst Solomon, la escritora neoyorquina que en 1948 participó con su amiga Barbara Mailer, hermana del escritor, en la fuga del Valle de los Caídos de los reclusos Nicolás Sánchez Albornoz y Miguel Lamana.

Isabel la Católica departe con Asterix en la librería Antonio Bosch. Pablo Yáñez, que atiende al público, nació quince días después de la muerte de Franco. El lector se encuentra allí con el verdadero efecto 2000 en el libro de José María Carrascal Franco, 25 años después (Espasa). También hay un libro de Rafael Torres titulado Los esclavos de Franco.

Libros de Herodes y Pedro el Cruel ¿Y Franco? Ignacio Sánchez Meléndez, el librero, remite a su librería en Los Terceros para encontrar algo. La sombra del Caudillo no es por el dictador ferrolano. “Es lo mejor que se ha publicado sobre la Revolución mexicana”. Si se escudriña, se encuentra: La dictadura de Franco, de Javier Tusell, o el libro Roosevelt y Franco. De la guerra civil española a Pearl Harbour.

Antonio Castro fue socio de Padilla en la librería que hace medio siglo abrieron en Los Azahares. Señala títulos de Ángel Viñas o Hugh Thomas, más de la época que del personaje. Un libro sobre Dionisio Ridruejo de Francisco Morante lleva el subtítulo Del fascismo al antifranquismo, o sea, de la División Azul a la tinta roja (de Carabanchel).

A Messi le chocaría. El Franco de Luis Suárez tiene 1092 páginas. Lo tiene en su estantería el librero de la calle Boteros. Cuando se acercaba la exhumación de los restos de Franco, puso en su escaparate A tumba abierta, una “fantasía” de Alfonso Domingo sobre las sobras completas. Una ficción de este segoviano de Turégano que trabajó en Sevilla, formó parte del equipo de Manu Leguineche y cruzó el Atlántico conMiguel de la Quadra Salcedo.

Manuel del Pino es un sevillano que lleva cuatro décadas con su librería en Barcelona y cada otoño vuelve a su patria chica. Siempre tiene algo diferente. Su Francisco Franco es obra de Fernando de Valdesoto. El último capítulo se titula Genio y figura. “... a España y a Franco siempre deberá el mundo la meridiana delimitación de la civilización cristiana y el bolchevismo infrahumano”. Puente ruso con La bolchevique enamorada, relato de Chaves Nogales, el sevillano que huyó de las dos Españas del poema del hermano de Manuel Machado al que se refería Borges.

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