Cuando se habla de monumentos es habitual pensar primero en edificios, estatuas y otros elementos artístico-arquitectónicos por los que ya ha pasado el tiempo y que se han asentado durante décadas o siglos (y en algunos casos, incluso milenios) en la urbe. Sin embargo, eso no quiere decir que los monumentos modernos sean menos y en Sevilla hay un ejemplo perfecto: sus 'Setas'.

La historia de las setas

En 2022 Metropol Parasol se convirtió en el monumento sevillano con la entrada más cara de la ciudad (costando unos 15 euros), superando a otras como la del Alcázar Real o el conjunto de la Catedral, la Giralda y la iglesia del Salvador. 

Esta estructura, popularmente conocida como las 'Setas' por su forma, se encuentra en la Plaza de la Encarnación desde 2011, cuando se terminaron las obras de su construcción. Toma el lugar que en su día ocupó el primer mercado de abastos de la ciudad, en el siglo XIX y que fue demolido en 1973.

Tras la demolición del mercado, la plaza terminó con parte de su terreno vallado y perdiendo el brillo del que gozó en otros momentos de su historia. Por ello, en 2004, el Ayuntamiento de Sevilla convocó un concurso público para revitalizar la plaza y acabar con la precaria situación que tenía el Mercado.

La propuesta ganadora fue la diseñada por el arquitecto alemán Jürgen Mayer: el proyecto Metropol Parasol. Una propuesta inspirada por los ficus centenarios de la Plaza de San Pedro, así como por las bóvedas de la Catedral de Sevilla y que terminaría siendo las 'Setas' de la ciudad. 

Un monumento monumental

Las Setas cuentan con una superficie de 150 x 70 metros, a lo que se une una altura de 28,5 metros. Su estructura está formada por unas 3.500 piezas de madera unidas por casi tres millares de nudos y 16 millones de tornillos y tuercas. Es además la estructura de madera más grande del planeta.

Más que un mercado

Desde su propuesta, el proyecto de las 'Setas', no solo buscaba darle un nuevo espacio al mercado de la Plaza de la Encarnación, sino también otro tipo de servicios. A día de hoy, el mercado se encuentra en su base y en la parte superior de la estructura se puede disfrutar de un mirador que permite ver la ciudad.

No solo eso, sino que en su interior ofrecen experiencias, ocio y restauración e incluso arqueología: en el Antiquarium. Este surge a raíz de la aparición de ruinas de una casa en principio romana y que acogió posteriormente un hogar almohade de los siglos XII y XIII e información de épocas posteriores. Estos restos fueron descubiertos durante las obras de construcción del edificio Metropol Parasol. Esta sala no solo permite visitar lo que se encontró, sino que también acoge actividades culturales.