El verano se va a estrenar a lo grande en Sevilla. Lo hará con una ola de calor que recordará a la vividas el pasado año por estas fechas, cuando los termómetros se dispararon por encima de los 40 grados durante varias jornadas, con mínimas muy altas que hacían imposible conciliar el sueño si no se usaba la refrigeración mecánica.

Alerta amarilla, naranja y roja. Todos los colores posibles se activarán los próximos días en la provincia de Sevilla. Consultar la predicción de la Agencia Estatal Meteorología (Aemet) para lo que resta de semana da auténtico pavor. No en vano, se esperan máximas de 45 grados y mínimas nocturnas de 26.

Y esto es sólo el comienzo de un verano que se espera extremadamente cálido, en consonancia con el de 2022. Por lo que, entre otras consecuencias, también se disparará el gasto eléctrico al hacerse uso del aire acondicionado durante casi todo el día.

El lunes, los 45

El gráfico con las máximas y mínimas de los próximos días.

La peor parte comenzará el próximo viernes. Este miércoles es aún un periodo de transición. El termómetro no superará los 35 grados, cuatro más que el martes. El jueves esta marca subirá levemente, hasta 36. Pero desde el viernes el mercurio alcanzará los 40 e irá en aumento. Sin tregua.

De esta forma, el sábado se pasará a los 42, el domingo a los 43 y, atención, porque el lunes se alcanzarán los 45, por lo que podría tratarse de la máxima más elevada registrada, hasta ahora, en 2023 y puede que hasta se contabilice un valor histórico para el mes de junio, que en su primera quincena ha resultado más fresco de lo habitual.

Las mínimas tampoco se quedan atrás. A días de muchísimo calor seguirán noches tropicales, con mínimas que rondarán los 25 grados. Prácticamente insufribles. Así, desde la madrugada del sábado a la del lunes, las mínimas oscilarán entre los 24 y 26 grados. El aire acondicionado se convertirá en la herramienta esencial para conciliar el sueño, pues según los expertos, a más de 23 grados no se puede descansar con tal temperatura.

¿Como en 2022?

Esta situación recuerda bastante a la que se repitió varias veces el verano pasado, con continuas olas de calor que se sucedieron desde finales de junio hasta principios de agosto. Con máximas también por encima de los 42 grados, cuya sensación térmica en la calle alcanzaba los 50 grados. Un auténtico suplicio que no se calmaba ni llegada la noche.

Muchos expertos advirtieron entonces que estos episodios serían más frecuentes los siguientes veranos. Un calor excesivo que consideraron fruto del cambio climático del que tanto se ha alertado los últimos años. Los más escépticos, sin embargo, recordaban que estas situaciones meteorológicas ya se habían producido en Sevilla en décadas anteriores, por lo que no resultaba nada extraño.

Las consecuencias

Las olas de calor ponen de nuevo en evidencia la pobreza energética que se sufre en determinados hogares, que no pueden hacer frente al coste eléctrico que supone tener casi todo el día encendido el aire acondicionado. Una carencia similar a la que se vive en invierno durante las olas de frío, como la que también padeció Sevilla a finales de enero y principios de febrero.

Las autoridades sanitarias aconsejan evitar ejercicios físicos en las horas de sol. Una recomendación que ha de extremarse en niños y personas mayores.