La contundente victoria de José Antonio Viera en el congreso del PSOE de Sevilla celebrado el pasado mes de julio no ha servido para poner punto final a un enfrentamiento interno que de no remediarse puede pasar una factura electoral. El cese de los responsables de la agrupación Macarena por supuestas irregularidades en el censo de militantes y un expediente abierto por los mismos hechos en la de Este-Alcosa componen los penúltimos episodios de un pulso en el que el premio es hacerse con el control de la futura Comisión Ejecutiva Municipal que, previo informe de la provincial o regional, propondrá al candidato a la Alcaldía de la capital.

Ese nuevo órgano, presente en los Estatutos aprobados en el último congreso federal del PSOE, deberá ser elegido por las ahora llamadas agrupaciones de distrito y de ahí la necesidad de poner orden en los censos, especialmente en algunas agrupaciones -como parece ocurrir en las dos citadas- en las que se habría producido el desembarco de una tropa de afiliados advenedizos cuyas nóminas son abonadas en algunos casos por una empresa pública controlada por dirigentes críticos.

En el caso de Macarena, según fuentes del partido, el censo de la agrupación se habría incrementado sorpresivamente entre un 25 y 30% con personas ajenas al distrito, puesto que "ni viven ni trabajan en él".

El proceso de renovación de la dirección de las agrupaciones socialistas debe ser culminado antes del 15 de diciembre, pero en Macarena se aplazará hasta el año que viene. Los cinco miembros de la gestora, todos afines a Viera, han mostrado su intención de tomarse el trabajo con calma, lo que es interpretado por el sector crítico como una estratagema para ganar tiempo y recomponer la agrupación a la medida del sector mayoritario.

No es el único varapalo que han recibido los críticos en las últimas jornadas. En Mairena del Aljarafe, los seguidores de Demetrio Pérez -defenestrado delegado del Gobierno andaluz en Sevilla y frustrado aspirante a competir con Viera en la cita de julio por no reunir los avales necesarios- han visto cómo su pérdida de influencia se ha traducido en un apoyo masivo de la militancia en favor del alcalde de la localidad, Antonio Conde, que con unos 230 votos en la asamblea local ha duplicado de largo los en torno a 110 sufragios logrados por sus adversarios.

El paisaje en el PSOE sevillano se mantiene tal cual quedó dibujado tras los comicios municipales de hace año y medio. Los vieristas se mantienen en su objetivo de desplazar a Sánchez Monteseirín del sillón de regidor antes de que concluya su mandato y de colocar en el trampolín de saltos a un nuevo aspirante que sea conocido y reconocido por los electores en la cita con las urnas de 2011. Emilio Carrillo se mantiene como el "presunto elegido", aunque los oficialistas se reservan su nombre para no quemarlo antes de tiempo.

Nada, sin embargo, está escrito ni es definitivo. En esta indisimulada pelea por el poder en la que no se habla de diferencias ideológicas se juega con varias barajas simultáneamente: en el PSOE de Sevilla se suele cambiar de bando con facilidad,especialmente cuando lo que está en juego son los intereses personales.