No es una medida contemplada en el plan de ahorro energético, pero sí es consecuencia de él. La Universidad Pablo de Olavide (UPO), en Sevilla, pone a disposición de sus trabajadores mil mantas para combatir las bajas temperaturas que se registrarán los próximos días. Se intenta responder, de esta forma, a la falta de confort que puede sufrirse en algunas estancias al limitarse el uso de la calefacción y los grados a los que ha de activarse. 

Ha sido, sin duda, una de las noticias más llamativas en la vuelta a las aulas tras las vacaciones navideñas. La UPO reparte mantas para combatir el frío. Nunca se había hecho nada igual en la segunda universidad pública de Sevilla, de ahí que haya resultado sorprendente. 

La iniciativa ha partido del área de Campus, al mando del delegado del rector para el Campus Sostenible, Antonio Gallardo. Desde este departamento se envió la semana pasada un correo para que se tuviera constancia de la disponibilidad de estas mantas. Los destinatarios son el profesorado, el personal de administración y servicios (PAS) y cualquier colaborador. "Todo el que ocupe un puesto de trabajo en la universidad", aclara Gallardo. Quedan, por ahora, exlcuidos los estudiantes. 

Fecha de devolución

En el correo se indica que los interesados en hacerse con este material habrán de solicitarlo al Área de Administración de Campus, donde se ha configurado "una cola de reserva". Los responsables de este departamento precisarán el punto de recogida. Con tal fin, se han confeccionado unas mil mantas que deberán devolverse antes del 30 de abril, cuando acabe el préstamo. La intención es que las prendas, una vez usadas, se "higienicen" y se guarden para ser utilizadas de nuevo el próximo curso. 

Gallardo explica que, aunque al conocerse la iniciativa muchos han considerado que forma parte del plan de ahorro energético de la UPO, "no es así exactamente". En todo caso, se trata de una consecuencia. "La idea parte de la propia comunidad universitaria, que nos propuso que, con motivo del 25 aniversario de la Olavide, se tuviera algún detalle con ellos", explica el delegado del rector para el Campus Sostenible. Y así fue como se le dio forma a este servicio. 

"En realidad, forma parte de la campaña de 'merchandising' que se ha puesto en marcha con motivo de esta efeméride", subraya Gallardo, que destaca que las mantas -confeccionadas con "materiales naturales"- incorporan el logotipo de las bodas de plata. Aunque la medida también responde a las consecuencias del plan de ahorro energético. "El reparto no está incluido en dicho plan, pero sí está relacionado", insiste el representante de la Olavide. 

Uso restringido de la calefacción

Debe recordarse que entre los principios establecidos en dicho plan se encuentra que la calefacción no funcionará en las horas centrales de los días lectivos. Se encenderá de 7:00 a 12:00 y de 16:00 a 20:00. Quedará condicionada al uso de las intalaciones. Así, en las aulas que dispongan de un sistema de conteo de personas se apagará automáticamente 10 minutos después de no detectar presencia. En las que cuenten con sensores de movimiento, la desconexión se producirá a la media hora de inactividad. 

El encendido de la calefacción también queda condicionado a las temperaturas. Se conectará cuando la mínima prevista por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) sea inferior a los ocho grados. O bien cuando se cumplan "simultáneamente" dos condiciones: la mínima exterior prevista por el ente estatal no supere los 12 grados y la máxima exterior se sitúe por debajo de los 20. 

La semana más fría

Durante el funcionamiento de la calefacción, las puertas y ventanas exteriores de los edificios habrán de permanecer cerradas, siempre que las condiciones sanitarias -como en la pandemia del Covid- no aconsejen lo contrario. Ha de recordarse que la mayoría de las estancias de la UPO poseen ventilación mecánica. En las que no exista, se ventilará entre 5 y 10 minutos, preferentemente al mediodía. Con estas medidas se pretende evitar que la factura eléctrica de la universidad se dispare a dos millones de euros anuales, debido al encarecimiento energético. 

Gallardo afirma que tales limitaciones pueden provocar "una falta de confort térmico" en ciertas instalaciones, que hagan propicio el uso de las mantas que este lunes han empezado a repartirse como "detalle" por el cuarto siglo de existencia de la Olavide. Los primeros que se hicieron con ellas la semana pasada fueron los conserjes de los distintos edificios. A partir de ahora podrán solicitarlas el resto de trabajadores. Se espera que la iniciativa tenga "una buena acogida", especialmente esta semana, cuando la Aemet prevé en Sevilla mínimas de cuatro grados y máximas de 15. La primera semana de auténtico frío en el invierno de 2023.