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Los estudiantes de la US rechazan las enmiendas a la ley de convivencia

  • Acusan al PSOE, Podemos y ERC de mantener en las universidades el régimen “sancionador” de 1954

Estudiantes entrando al Rectorado de la Universidad de Sevilla.

Estudiantes entrando al Rectorado de la Universidad de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

La nueva ley de convivencia universitaria encalla. Tras lograrse un acuerdo a nivel nacional entre rectores y estudiantado para sacar adelante una normativa que incide de pleno en el día a día de las instituciones académicas, las enmiendas presentadas por varios partidos de izquierda han roto el consenso establecido y amenazan con abrir otro frente en la enseñanza superior.

Tal ha sido el descontento con las últimas aportaciones, que el Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (Cadus) se ha sumado al comunicado firmado por las tres entidades que habían pactado las principales líneas de la mencionada ley. “Ante tal atropello de nuestros derechos, el estudiantado no va a quedarse de brazos cruzados”, advierte el Cadus en su perfil de las redes sociales.

El escrito recuerda que el proyecto de ley de convivencia universitaria que el consejo de ministros envió al Congreso de los Diputados para su tramitación parlamentaria es “fruto del acuerdo alcanzado entre Crue Universidades Españolas [que aglutina a todos los rectores], las organizaciones representativas del estudiantado [Creup y Ceune] y el propio Ministerio de Universidades, tras casi un año de negociaciones conjuntas”.

Según las entidades firmantes, “el éxito del consenso residía en la apuesta por la mediación como método de resolución de los conflictos que se produjeran en el seno de la comunidad universitaria”. Dicha medida se “reforzó” con la creación de una comisión de convivencia, que se encargaría de coordinar la mediación.

Sin embargo, las enmiendas presentadas por los grupos parlamentarios del PSOE, Unidas Podemos y ERC –según siempre los firmantes– “eliminan el espíritu de convivencia del proyecto y trasladan a las universidades, en el marco de su autonomía, la regulación de los mecanismos y resolución de conflictos”. Y lo que es peor:“Esto impide el establecimiento de un marco común para todo el sistema universitario español”.

Las enmiendas recogidas priorizan las sanciones disciplinarias, por lo que los estudiantes consideran que la convivencia universitaria se convierte “en un mero procedimiento punitivo”. “Estas enmiendas deben ser modificadas o retiradas para que la ley se distancie verdaderamente del régimen sancionador de 1954, al que está todavía sujeto el sistema universitario español”, concluyen.