Patrimonio

La Universidad de Sevilla atesora más de 200.000 imágenes históricas

  • La Fototeca-Laboratorio de Arte custodia documentos que muestra la Historia reciente de la provincia

La Universidad de Sevilla atesora más de 200.000 imágenes históricas

La Universidad de Sevilla atesora más de 200.000 imágenes históricas / R. D.

Un equipo dirigido por el catedrático Francisco Murillo Herrera recorrió la provincia de Sevilla a principios del siglo XX para fotografiar enclaves emblemáticos, con el objetivo de dotar a la enseñanza de Historia del Arte de material gráfico. Se empeñaron además en registrar la evolución del patrimonio artístico. Este trabajo es el germen del actual SGI Fototeca-Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla, pionero de su género en España.

Se trata de un fondo documental único que custodia más de 200.000 imágenes fotográficas en distintos soportes y formatos, accesibles para investigadores y para la población general, explica la Junta de Andalucía a través de su página web.

La Fototeca es uno de los 15 Servicios Generales de Investigación (SGI) con los que cuenta el Centro de Investigación, Tecnología e Innovación (Citius) de la Universidad de Sevilla. Su colección integra en la actualidad imágenes de edificaciones, obras y escenas de toda Andalucía, pero también de distintos lugares de España, Europa, América, África y Oriente.

El sueño de Murillo Herrera, catedrático de Teoría de la Literatura y de las Artes de la Universidad de Sevilla, tomó forma en 1907, cuando constituyó el Gabinete Fotográfico Artístico con el objetivo de dotar a los estudios de Arte de un corpus gráfico. Era una idea muy novedosa en España, ya que, hasta entonces, esta enseñanza se apoyaba habitualmente en dibujos o estampas. El profesor pretendía también que el fondo fotográfico nacido de esta iniciativa plasmara el estado de conservación de los bienes patrimoniales.

Aunque al principio Murillo Herrera desarrolló la actividad de forma autodidacta y en solitario, a partir de 1913 comenzó a contar con un grupo de compañeros que se sumaron a la iniciativa, profesores y discípulos en algunos casos y, en otros, personalidades destacadas de la fotografía de la época sin vinculación académica. Los hermanos José María y Antonio González Nadín, José Sancho Corbacho, Alberto Palau, Diego Angulo, Miguel Bago y Quintanilla o Luis Jiménez-Plácer fueron solo algunos de estos nombres que, portando cámaras de gran formato, placas de vidrio emulsionadas, portaplacas y trípodes, salieron al exterior para captar el estado de las iglesias, conventos, palacios o calles.

Estampas de época

Los fotógrafos incluían en ocasiones figuras humanas que proporcionaban una escala de referencia para las edificaciones y hoy representan, además, un testimonio de costumbres, indumentaria y modos de vida de aquellos años.

"Los fundadores de este archivo no perdían la oportunidad de captar el detalle de lo cotidiano, la instantaneidad, y, en consecuencia, en muchas ocasiones encontramos fotografías donde el patrimonio ocupa un rol secundario para dar protagonismo a una escena social", narra Alfonso Ojeda, técnico de la Fototeca, en un artículo publicado en la revista Cabás sobre patrimonio histórico educativo. 

De aquellas imágenes tomadas en los primeros años en su entorno más cercano, se elaboró el Catálogo Arqueológico y Artístico de la Provincia de Sevilla, cuyos dos primeros tomos -publicados entre 1939 y 1943- permitieron dar a conocer un gran número de obras de arte que se estaban reproduciendo por primera vez.

Donativos "más valiosos que el dinero"

De este modo, más allá de los límites de Sevilla, la Fototeca se enriqueció también gracias a los viajes de estos fotógrafos por otras provincias e incluso traspasando las fronteras nacionales -Diego Angulo, por ejemplo, viajó hasta América para la preparación de su Historia del Arte Hispanoamericano-.

No obstante, el catedrático Murillo Herrera consideró que era necesario dar un paso más y, a través de anuncios en prensa, animó a la sociedad sevillana a realizar donaciones particulares que pasaran a engrosar los fondos gráficos. "Para el Laboratorio de Arte, cualquier donativo de esta naturaleza vale mucho más que el dinero", defendió el profesor, según recoge Alfonso Ojeda en su artículo.

El sueño de Murillo Herrera, catedrático de Teoría de la Literatura y de las Artes de la Universidad de Sevilla, tomó forma en 1907, cuando constituyó el Gabinete Fotográfico Artístico con el objetivo de dotar a los estudios de Arte de un corpus gráfico. Era una idea muy novedosa en España, ya que, hasta entonces, esta enseñanza se apoyaba habitualmente en dibujos o estampas. El profesor pretendía también que el fondo fotográfico nacido de esta iniciativa plasmara el estado de conservación de los bienes patrimoniales.

Testigo de la historia

Con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 de Sevilla, se encargó de la organización de la Exposición de Arte Antiguo, lo que le valió el acceso a importantes ingresos económicos que hicieron posible el desarrollo del catálogo de bienes de la provincia. Así se recoge precisamente en una publicación editada por la Universidad de Sevilla sobre la Fototeca y las novedades en la catalogación patrimonial, obra de Ángel Justo, Luis Méndez -anterior director del servicio- y el técnico Alfonso Ojeda.

Gran importancia tiene la sucesión de fotografías en placas de vidrio de gran formato (30x40) tomadas a partir de 1928 con motivo de la restauración de las vidrieras de la Catedral de Sevilla o las instantáneas realizadas antes y después de la Guerra Civil en varios templos, que hicieron posible constatar los estragos de los años 1931-32 y la contienda en la arquitectura religiosa.

Hay que subrayar igualmente las instantáneas sobre la escultura en Andalucía o el conjunto de diapositivas de los años 60 del siglo pasado sobre fiestas populares, principalmente centrado en la Semana Santa andaluza.

De la arqueología a la aeronáutica

Pero la Fototeca-Laboratorio de Arte es más que un archivo fotográfico. Su equipamiento científico ofrece también a investigadores, empresas y a la ciudadanía avanzados medios para la digitalización, limpieza y tratamiento de fotografías.

"Los Servicios Generales de Investigación tienen una tecnología puntera que ponen al servicio de toda la sociedad, no solo de la comunidad científica", subraya el director de la Fototeca, que precisa que el equipamiento suele utilizarse mayoritariamente por equipos de investigación de la propia Universidad de Sevilla y de otras instituciones académicas, además de empresas privadas dedicadas la conservación del patrimonio, organización de exposiciones, etc. De hecho, recientemente, han facilitado el alquiler de objetivos a una empresa aeronáutica y han efectuado la digitalización de las ánforas del tesoro arqueológico de Tomares (Sevilla).

Hacia el exterior, la Fototeca desarrolla también una amplia actividad divulgativa, a través de la organización de seminarios y visitas guiadas y su participación en la Noche de los Investigadores, Cafés con Ciencia, Semana de la Ciencia de la Universidad de Sevilla y la impartición de clases a alumnos de Grado y Máster de Historia del Arte y de Arquitectura.

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