Las cofradías recurren cada vez con mayor asiduidad a las subvenciones de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento para sus programas de conservación del patrimonio. A pesar de las habituales polémicas sobre la idoneidad de que el dinero público vaya a parar sistemáticamente a entidades de la Iglesia Católica -alguna de ellas ha sido muy reciente y ha obligado al alcalde a corregir a su portavoz, Maribel Montaño-, la verdad es que en la Gerencia se muestran muy dadivosos en los últimos años a la hora de atender las peticiones de las cofradías. El poder político asegura que la iniciativa parte siempre de estas corporaciones, que en no pocos casos presentan sus proyectos debidamente avalados por mediadores de prestigio social en la ciudad que hacen de interlocutores válidos en nombre de las cofradías.

La generosidad municipal ha sido siempre importante aun con distintos responsables al frente de la Gerencia. En los últimos años se da la circunstancia de que todos ellos son conocedores directos del mundo de las cofradías. Tanto en el periodo de Emilio Carrillo (hermano del Silencio) como delegado, con Manuel Marchena (hermano de los Estudiantes) de gerente, así como en la actualidad, con Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (hermano de la Exaltación) como responsable político de este departamento con Miguel Ángel Millán de gerente (hermano del Baratillo).

Bajo la dirección de Carrillo y Marchena, diversas entidades religiosas recibieron subvenciones por valor de 2.298.288 euros. Entre las ayudas más destacas que libraron figuran la asignación de 140.000 euros al propio Consejo de Cofradías para la rehabilitación de la capilla de Santa María de Jesús, templo anexo a la sede de la institución cofradiera. La Vera-Cruz consiguió 95.000 euros para reparar la cubierta, la fachada y la espadaña de su capilla. El Cachorro logró una partida de 130.000 euros para obras en su templo, y la Esperanza de Triana 75.000 euros para reformas en la nave central de su capilla. Esta última hermandad volvió después a contar con otra subvención sustancial.

El actual delegado de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, ha concedido ayudas a dos de las hermandades con mayor eco mediático: la Macarena y la Esperanza de Triana. A la primera le ha concedido 300.000 euros para las obras de renovación de su museo, un proyecto para el que la cofradía ya contaba con una subvención privada de la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Se da la paradoja de que el Ayuntamiento socialista de Sevilla ha acudido en ayuda de la Macarena después de que el Gobierno de ZP le retirara la millonaria subvención -aprobada en el BOE- que asignó a la hermandad el Gobierno de Aznar con Javier Arenas (hermano de la cofradía) como vicepresidente.

Casi en las mismas fechas, Urbanismo anunció la concesión de una subvención de 200.000 euros a la Esperanza de Triana para las actuales obras de su capilla, cerrada al culto. Una vez más, y en todos los casos, son las cofradías las que recurren a la ayuda municipal para sacar adelante sus grandes proyectos de conservación del patrimonio. La lluvia de euros para las dos cofradías de la Madrugada siguió a la aprobación de una partida por valor de 705.059 euros para la restauración del templo de Santa Catalina. Y también se produjo el visto bueno al libramiento de 100.000 euros para una hermandad trianera de gloria, la de Madre de Dios del Rosario, patrona de capataces y costaleros. Este último hecho es inusual, pues la inmensa mayoría de las subvenciones se conceden a hermandades de penitencia, que son las que manejan mayores presupuestos (que se nutren de las subvenciones anuales del Consejo) y tienen más peso social en la ciudad.

De todas las ayudas concedidas por la Gerencia de Urbanismo en los últimos cuatro años, sólo figura una asignada a una confesión no católica. Se trata de una partida de 60.000 euros aprobada en mayo de 2007 para la Iglesia Evangélica Filadelfia. El Ayuntamiento contempla la concesión de nuevas subvenciones a más cofradías en los próximos meses, siempre justificadas por tratarse de programas de conservación del patrimonio: iglesias, casas de hermandad, altares, etcétera. El propio Gómez de Celis anunció sus planes el lunes, con motivo de la firma del convenio con la corporación de Madre de Dios del Rosario: "Estas ayudas seguirán porque que contribuyen a preservar el patrimonio de Sevilla y las esencias que las caracterizan".

La Hiniesta y el Gran Poder serán seguramente las próximas hermandades en recibir nuevas subvenciones. En el caso de la cofradía de la Madrugada, Urbanismo da por hecha la asignación de 90.000 euros como ayuda en concepto de la instalación de cámaras de seguridad y de habilitación de accesos para minusválidos en la basílica. La cofradía de San Julián, a la que pertenece el actual presidente del Consejo de Cofradías, Adolfo Arenas, necesitaría casi 500.000 euros para rematar las obras de su nueva casa de hermandad, donde se proyecta la construcción de un sótano arqueológico para poner en valor los frescos históricos de Almutamid.

Tan cierto es que son las hermandades las que toman la iniciativa de recurrir a las ayudas municipales como que la Gerencia de Urbanismo suele dar bombo y platillo a los actos de firma de los correspondientes convenios. Las ayudas en cascada que han ido recayendo en las cofradías en los últimos cinco años han coincidido también con una especial apuesta del único grupo de la oposición en el Ayuntamiento, el PP, por cuidar las relaciones con el mundo de las hermandades. En no pocas ocasiones se ve a Juan Ignacio Zoido en foros cofradieros o hasta en ensayos de costaleros, como recientemente ocurrió con el de la Carretería. Está por ver si las cofradías persisten a la hora de pedir subvenciones en los próximos años, pues el arzobispo coadjutor de Sevilla, monseñor Asenjo, defiende la tesis de que las cofradías deben ser "pobres, pero libres" y preservar su independencia del poder político.