DERBI En directo, el Betis-Sevilla

Francisco García Tortosa

Viaje en Ryanair a la calle Carlos Cañal

  • Se conmemora el Bloom'sday, una fiesta literaria que este filólogo murciano implantó cuando vino en 1976 con sus muebles desde Santiago a Sevilla.

EL 16 de junio de 1904 era jueves. Lo dice Francisco García Tortosa (La Ñora, Murcia, 1937) en la introducción de su edición del Ulises de James Joyce que publicó Cátedra en 1999. Se la dedica a su hijo Elías, que ese año tenía 8 años. Hoy tiene 22, trabaja de azafato en Ryanair y el año pasado voló con su padre a Dublín. "Me encantó enseñarle Irlanda. Lo llevé al Trinity Collège, la primera Universidad irlandesa. El jefe del departamento de Inglés, Sam Slote, es amigo mío".

García Tortosa no elige para iniciar este paseo The Trinity, el pub irlandés del hotel Inglaterra, por ninguna mitomanía, aunque dentro hay un pequeño busto de Joyce y otro con escritores irlandeses: Behan, O'Casey y Singe. "No está Yeats", protesta. Ni Patrick O'Connell, apunta el periodista, el irlandés que entrenaba al Betis que ganó la Liga la tempoada 34-35. Como el director del hotel Inglaterra es sevillista... Cuando nace el profesor, con España en guerra, O'Connell entrenaba al Barcelona.

A dos pasos del hotel, en el número 5 de la calle Carlos Cañal, estaba la primera vivienda sevillana del paseante. "No dormí ni una noche aquí. Metí los muebles de mi casa de Santiago de Compostela y yo me fui al hotel Montecarmelo". El primer catedrático de Filología Inglesa de Galicia, "la Irlanda de España", se convertía en primer catedrático de la especialidad en la Hispalense. Vuelve a Carlos Cañal. Junto a su casa fantasma, en el Sur Bar Café, dos mujeres desayunan y las alerta el ajetreo fotográfico. Inma y Magdalena son psicólogas. "Ese hombre estaba un poquito tocado", dice Inma, "es un libro complejo". "Me lo vas a contar a mí, que me costó siete años".

Un libro en el que "los personajes pasan el día sin apenas hacer nada", dice la introducción. El profesor cogió su coche en Tomares, lo dejó en el parking de la estación de Metro San Juan Alto. Se bajó en Puerta Jerez, cerca del palacio donde nació el poeta Vicente Aleixandre, que logró el Nobel en 1977. De su generación, Dámaso Alonso tradujo Retrato del artista adolescente. "Escribió a Joyce, que le sugirió que en el título y en la traducción siguiera la versión francesa. Muy inteligentemente, no le hizo caso".

No sabía el alboroto que su paisano Arturo Pérez-Reverte provocó en Sevilla con su antipregón universitario, la catilinaria contra cofrades y feriantes. "Con Arturo más que del Ulises hablamos del panocho, el dialecto murciano que no conoce nadie, como si sólo existiera el bable".

El sol cae a pedazos en la Plaza Nueva. Se acerca a la recepción de la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales y pregunta por un director general. "Cuando supe que eras tú, me he salido del coche, que lo sepas". Cuando García Tortosa era decano de Filología, Antonio Maíllo, el sucesor de Diego Valderas al frente de Izquierda Unida, era delegado de los estudiantes. Se dan un abrazo en la calle Zaragoza, versión sevillana del mayo francés. "¿Te acuerdas", le dice Maíllo, "cuando te pedí en 1986 que moderases una mesa redonda sobre la OTAN?". "Claro. El PSOE mandó a Griñán". Cordobés de Lucena, Maíllo enseñó Latín en institutos de Sanlúcar de Barrameda y Aracena. "¿No se celebra este año?", pregunta por el Bloomsday. Rodrigo Caro escribe en Flaherty la nueva epístola moral a Fabio. "¿El rincón más joyceano de Sevilla? Triana, pero sin pasarse. El olor, el río que la atraviesa".

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