La más agradable velada

ESSENCIA CAFÉ

Las noches, es sabido, pueden ser complicadas. No tienen por qué. Pueden ser agradables, relajadas, cómodas. Basta con irse a Essencia, así, con dos eses, avanzadilla del ocio en Condequinto. Y, desde hace un par de semanas, a un paso de la parada del Metro.

Essencia tiene un aforo que ronda las 200 personas y a menudo está animado, nunca atestado. No es casualidad, sino un estilo buscado desde su concepción por el padre de la criatura, Sergio, y el encargado, Pepe López, también presente desde el inicio en el proyecto: "No buscamos mucha cantidad, y sí mucha calidad". Porque lo que de diferente tiene Essencia es, cuenta Pepe, "su público". Un público que se acerca en su mayoría a la treintena y que encuentra en el bar un trato agradable, con camareros simpáticos, que hablan con unos clientes que a menudo se convierten en habituales de la casa.

Todo es un poco especial. Desde la decoración de estilo colonial con muebles traídos de la India, la barra de cuero, los óleos que lo adornan hasta la exclusividad en determinadas bebidas, como el café Montecelio, todo en Essencia está ideado para atraer a una clientela con ganas de salir, pero poco dispuesta a apreturas o griteríos. Remata su oferta Essencia con la terraza con césped, que igual sirve para refrescarse una noche de verano que para dejar un poquito de libertad a los niños.

Condequinto queda, no es un secreto, lejos de los tradicionales lugares de ocio nocturno. Lo sabían Sergio y Pepe cuando abrieron hace dos años escasos, y empiezan a tener claro que acertaron con su apuesta. "Cuando llegamos sólo estábamos nosotros y el restaurante El Candil. Ahora han montado una cervecería en la esquina, un bar de tapas, otro va a abrir en un local de la misma calle... La zona ha cogido mucha vida, y cuando abran la Avenida de Montequinto habrá mucho más tránsito", cuenta Pepe.

Y esta relativa lejanía ha podido tener su lado positivo. "Estamos un poco más apartados, y cobramos seis euros por copa, 50 céntimos más que los bares más próximos. Y ese puntito hace que la gente que viene lo haga porque le gusta el sitio y le resulta agradable, y no le importa desplazarse e incluso pagar un poquito más". Pagar, por ejemplo, por la música en directo, que huye del flamenquito, y que se oye uno o dos miércoles al mes. El resto del tiempo, suena música actual alternada con otra más clásica, adaptada siempre al público.

Conviene aclarar que si las noches serán desde muy pronto el momento fuerte del bar, su horario es, como poco, amplio: de 15:00 a 3:00 entre semana, algo más los fines de semana. Por las mañanas funcionan muy bien los desayunos, en buena parte por quienes trabajan en las oficinas situadas justo encima del local. Las tardes son muy buenas en invierno: además del exclusivo café Montecelio, ofrecen infusiones a granel y una amplia carta de cócteles, incluida la original caipirihna brasileña, con su cachaça, su lima...