La alimentación ecológica echa sus raíces en Sevilla

Una ruta por tiendas y restaurantes ‘bio’ para quienes quieran acercarse a esta filosofía de vida

Menús vegetarianos de Gaia, en José de Velilla.
Menús vegetarianos de Gaia, en José de Velilla. / José Ángel García
María Ortega

17 de junio 2017 - 00:23

Sabor, calidad y respeto al medio ambiente son tres características que pueden reunir tanto un kilo de tomates como un filete de cerdo. Para muchos sevillanos comer bien ya no es suficiente. Ahora buscan llenar sus carros de la compra con alimentos ecológicos. Y lo hacen, según el último estudio de 2016 publicado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), por tres razones: concienciación ecológica, cuidado de la salud y búsqueda de un mejor sabor. Por eso, establecimientos como el centro ecológico Gaia o la cooperativa La Ortiga, que abrieron sus puertas hace casi 25 años, conviven hoy con una oferta creciente de locales bio en Sevilla.

A pesar de esa normalización del consumo ecológico, todavía sigue habiendo confusión en el término. La dieta bio, eco u orgánica no implica necesariamente que tenga que ser vegetariana. “En el supermercado de Gaia vendemos chacina y latas de conserva de carne y pescado”, explica Pepe Gómez, uno de los dueños del centro. Sin embargo, los platos de sus restaurantes, ubicados uno en la calle Luis de Vargas y el otro en José de Velilla, son vegetarianos. Este último abrió sus puertas hace un año y el precio de su menú –así como el salmorejo de remolacha –influye en que un miércoles a las tres de la tarde no haya ninguna mesa libre. Esto desmonta otro mito: se puede comer ecológico sin que se note en los bolsillos.

Cuanto mayor sea el número de socios de la cooperativa La Ortiga, más bajo es el precio de sus productos. La oferta de sus dos tiendas, en la calle Cristo del Buen Fin y en Sevilla Este respectivamente, no se limita a la alimentación. Cualquiera puede llenar su cesta de la compra con productos hortofrutícolas frescos y envasados, carne e incluso productos de limpieza y aseo personal.

La primera presidenta de este colectivo, Itziar Aguirre, orgullosa de que la cooperativa de la que es socia sea pionera de este tipo de consumo en Sevilla, defiende el compromiso de La Ortiga con la agricultura ecológica: “No se trata sólo de comer sano o de vender productos con menos pesticidas. Optamos por un modelo diferente en el que promovemos el comercio local y justo”.

En la cooperativa La Ortiga, la agricultura ecológica no sólo implica la ausencia de pesticidas, sino también el comercio local y justo

La misma tónica sigue el Mercado de Productores Ecológicos y Locales que se celebra el primer sábado de cada mes en La Alameda desde hace siete años. Por sus 25 puestos pasan cada vez más gente joven en busca de frutas y verduras, pero también de miel, aceite, legumbres o pan. Los usuarios compran productos locales y de temporada directamente a los productores, que suelen ser familias que regentan pequeñas explotaciones agrarias en la provincia de Sevilla. La secretaria de organización de COAG-Sevilla, Charo Guerrero, señala que este mercado tiene como objetivo fomentar el conocimiento del producto ecológico a través de la venta directa, lo que permite al consumidor conocer el origen de lo que come y abaratar el precio al desaparecer los intermediarios. Además, COAG también está comenzando a organizar otros en Gines, Sanlúcar La Mayor y Olivares.

COAG-Sevilla organiza el primer sábado de cada mes un mercado de productores ecológicos en la Alameda

A pocos metros de La Alameda, en la calle Relator, Conchi Ponti y Estefanía Aparicio no dejan de recibir clientela en su local Red Verde. A través de los cristales de las neveras de este pequeño rinconcito se observa una gran variedad de quesos, hamburguesas o salchichas con una particularidad: ningún producto es de origen animal. “Hasta tenemos chorizo de calabaza”, cuenta Ponti. Las dos socias son veganas y hace cinco años decidieron emprender un negocio en el que creyeran. La idea era atraer a clientes que no necesariamente tuvieran por qué ser veganos, así como hacer ver que este tipo de dieta es sana y completa. Y así lo han conseguido. Una de sus estanterías está llena de productos especiales para deportistas ricos en proteínas vegetales y bajo en azúcares; otra, de pastas, cereales y alimentos con un alto contenido en fibra.

Comer ecológico, por tanto, no es comer sólo verde. Los españoles se han subido al carro de sus vecinos europeos e incluso los hipermercados convencionales, conscientes del auge de esta filosofía de vida, han comenzado a incluir productos orgánicos en sus pasillos. Los alimentos eco, que poco a poco se han ido haciendo un lugar en la cesta de la compra de los sevillanos, han llegado para quedarse.

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