En Almonte los Molinos eran Gigantes

Calle Rioja

María del Pópulo Antolín pasa a formar parte de la galería de almonteños ilustres entre los que figuran un espía de Fernando VII o un varilarguero al que pintó Goya, que hizo 33 cuadros en Doñana

Una ilustre mujer

Un ejemplo de arraigo en Matalascañas

El último número de Cuadernos de Almonte está dedicado a María del Pópulo Antolín.
El último número de Cuadernos de Almonte está dedicado a María del Pópulo Antolín. / M. G.

Cuando le notificaron a Albert Camus que había sido galardonado con el Nobel de Literatura de 1957, cogió la pluma y le escribió una carta a su profesor Louis Germain. “Cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de todo esto”.

Simpatizo con Camus por su inmensa obra y porque le dieron el Nobel el año que vine al mundo, y pensé en esta carta, reproducida por Nuccio Ordine en su emocionante libro Los hombres no son islas, cuando con otros amigos fuimos convocados para participar en la Casa de la Villa de Almonte en la presentación del último de los Cuadernos de Almonte, dedicado a María del Pópulo Antolín.

El Ayuntamiento de la localidad la ha reconocido “por su incansable labor social y su compromiso con la educación que no entiende de calendarios”. Pensé en la carta de Camus a su profesor en Argel porque en el libro se reconoce el doble magisterio de María del Pópulo Antolín (Almendralejo, 1935-Sevilla, 2023) como madre y como maestra. Entre los colaboradores, figuran tres de sus alumnas: Helena Morales-Padrón Ruiz, Margarita de Cossío y Salud Moreno Alonso; su hijo Fernando, choquero adoptivo por su vinculación académica a la Universidad de Huelva, y sus nietos Miguel, María del Mar y Luis. Tres generaciones en un libro de una extremeña que en 1953 llegó a Sevilla para estudiar Filosofía y Letras y diez años después contrajo matrimonio con el americanista Luis Navarro García, presente en la presentación con su hijo Carlos, subdirector del Diario de Sevilla.

Los Cuadernos de Almonte ya superan el centenar de números. Una encomiable iniciativa que comenzó con el titulado Almonte en los diccionarios geográficos de finales del siglo XVIII y XIX. María del Pópulo, maestra de Latín y Griego y de Lengua Española de tantas promociones de estudiantes, fue entre 1998 y 2022, un año antes de su muerte, presidenta de la comunidad de propietarios de El Delfín, el bloque de viviendas de Matalascañas donde empezaron a veranear en 1971 y donde nunca abandonó su vocación de docente. Cernuda cuenta en ‘Ocnos’, en su texto El maestro, que fue su profesor de Retórica, al que recordaba “bajo, rechoncho, con gafas idénticas a las que lleva Scubert en sus retratos”, el que le invitó a escribir sus primeros versos. La semilla de La realidad y el deseo. Es posible que a Helena, Margarita y Salud, por citar a las tres alumnas que ponen su rúbrica en el libro, les encendiera el fuego de sus respectivas vocaciones.

El libro está lleno de imágenes familiares. Madre de cinco hijos (Luis, María del Pópulo, Fernando, Javier y Carlos) ejerció una maternidad simbólica sobre buena parte de su alumnado y, hay que reconocerlo, sobre muchos de los compañeros de su hijo periodista. El libro cuenta con las bendiciones de Pablo Noguera, secretario de Monseñor Amigo recién ordenado. A la Universidad la representa el ex vicerrector de la Hispalense Adolfo González. Estos Cuadernos de Almonte tiene alma de periódico con las colaboraciones de Carlos Colón, cuatro décadas de vivencias en el edificio de La Prensa de Matalascañas, Luis Carlos Peris, Charo Padilla, Diego J. Geniz, Víctor García Rayo y quien firma esta crónica. Almendralejo ha tenido dos hijos ilustres en Matalascañas: María del Pópulo Antolín, que en el futuro tendrá una calle con su nombre, y Rafael Gordillo. En el hotel Flamero acompañé hace cuadro décadas a mi amigo Guti cuando dio la exclusiva de que el vendaval del Polígono había fichado por el Real Madrid.

Francisco Bella es alcalde de Almonte con algunas intermitencias desde 1991. Un primer mandato de dos décadas y un segundo periodo ya fuera de las siglas del PSOE. Una alcaldía que equivale a siete Venidas, que es el término con el que los almonteños denominan el traslado de la Virgen del Rocío desde la aldea hasta Almonte cada siete años. La próxima Venida será en 2026. Una cronología que viene de los tiempos de Napoleón.

Entre 1998 y 2022 presidió la comunidad de propietarios de El Delfín, en Matalascañas

Almonte es un pueblo blanco, limpio, que se asoma al mar por Matalascañas y al cielo por la aldea del Rocío. Paramos a merendar y nos encontramos con la sorpresa de que nos acababa de invitar Fran, uno de los diez santeros de la Virgen del Rocío. Son como fareros espirituales. Javier Coronel nos muestra las maravillas del Museo de la Casa de la Villa en lo que fue un Molino de Aceite. Van recuperando el patrimonio porque, en palabras del alcalde, “Almonte es un pueblo con mucha historia, pero muy pocos vestigios”. Se han documentado hasta asentamientos de Neandertales.

Cualquiera de las imágenes de María del Pópulo Antolín Espino podría figurar en la galería de personajes que aparecen en el Museo junto a las maquetas de las diferentes Venidas, un prodigio de filigranería artesanal hecho por almonteñas. Paco Bella, el alcalde, se doctoró como rociero en la aldea global de la que hablaba Marshall MacLuhan. La historia local es muchas veces un correlato de la historia universal. Con ejemplos como el de Domingo Castellanos, que fue espía de Fernando VII y propietario de los terrenos de Doñana tras la marcha de los franceses. Precursor de Antonio Machado Núñez, el abuelo de los poetas, introdujo monos de Gibraltar, camellos del Sáhara y pájaros de Guatemala. Fernando de Toro era varilarguero. Un torero al que inmortalizó Goya, que pintó 33 cuadros en Doñana.

El Ayuntamiento le encargó a Luis Moreno Cutando, escultor bilbilitano (de Calatayud) tres estatuas del lince, animal que es blasón en la comarca, para Almonte, El Rocío y Matalascañas. Esta última fue vandalizada. También es autor de un conjunto monumental dedicado a la saca de yeguas. María del Pópulo era afiliada de Comisiones Obreras, como los del Proceso 1001. Amante de la Lengua Española, veraneó en un paraíso que tiene sendos bloques dedicados al Fidalgo y al Sancho. El Molino de Viento de Almonte está lleno de Gigantes.

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