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Puerto de Sevilla

Astilleros de Sevilla en el recuerdo

  • Hace 65 años se realizó la primera botadura en las atarazanas del Guadalquivir, que echaron el cierre en 2011 y que han vuelto a renacer hace seis años. Ésta es su historia

Un buque en el dique seco.

Un buque en el dique seco.

Este año se cumplen 65 años de la primera botadura de un barco en los desaparecidos Astilleros de Sevilla y 75 años del inicio de la construcción de los mismos. Aunque ya hace nueve años que la factoría, como tal, echó el cierre, sus instalaciones han sabido reconvertirse para no dejar de ser uno de los espacios más dinámicos de no sólo el puerto, sino de toda la ciudad. Hagamos un breve repaso histórico sobre ellas.

Todo se remonta al 7 de junio de 1943, cuando el presidente del Instituto Nacional de Industria dio a conocer la intención de que el Gobierno iba a construir un astillero en la capital andaluza. ¿Por qué? Para industrializar una zona eminentemente agraria, reducir la tasa de paro y, por supuesto, renovar la maltrecha flota mercante española.

Publicada su aprobación en el Boletín Oficial del Estado, el 12 de abril de 1945 la atarazana se empezó a construir, entrando en funcionamiento solo cinco años después. Aun sin haber terminado las obras, algunos talleres ya empezaron a construir escotillas y otros aparejos náuticos, además de acoger reparaciones a flote en el muelle de Armamento. Por fin, el 18 de febrero de 1953 tuvo lugar la firma del primer contrato para la construcción de un buque. Mientras tanto, apenas mes y medio después se estrenó el varadero.

Botadura del 'Astene Tercero' en 1955. Botadura del 'Astene Tercero' en 1955.

Botadura del 'Astene Tercero' en 1955.

Mientras dicho barco se construía, el 29 de septiembre de 1954 se llevó a cabo la primera botadura, aunque sólo fue un artefacto flotante. Finalmente, el 19 de febrero de 1955 el astillero se estrenó con el Astene Tercero, aunque empezó con uno muy modesto dedicado al transporte de fruta por el Levante. Otra buena noticia llegó en noviembre de 1955, cuando para la factoría entró en funcionamiento un dique flotante que se había reparado.

Con la producción de varios barcos en marcha, y la construcción y ampliación de más espacios en paralelo (dique seco), el 24 de abril de 1956, el general Franco oficialmente inauguró Astilleros de Sevilla, quedando aquella jornada como un trascendental día en la historia industrial de nuestra ciudad.

Las últimas noticias reseñables sobre las instalaciones se produjeron el 31 de agosto de 1957, cuando se terminó de construir el muelle de la Esclusa para la descarga de material, y el 1 de febrero de 1960, que se terminó de construir la cuarta grada, la más grande de la factoría y donde han tenido lugar el 58% de todas las botaduras.

Botadura del 'Lago Llanquihue', en julio de 1969. Botadura del 'Lago Llanquihue', en julio de 1969.

Botadura del 'Lago Llanquihue', en julio de 1969.

La historia de la atarazana hispalense está llena de éxitos productivos (triple botadura con espacio de unas horas el 25/01/1958), tecnológicos (creación de un modelo de bote salvavidas totalmente cerrado que pudiera lanzarse al mar por gravedad y que hoy día se ve instalado en gran número de buques, 1969), industriales (botadura el 19/11/1960 del que fuera, en su momento, el mayor buque de carga seca construido en España; Minas Conjuro, de 180 metros de eslora por 22,5 metros de manga y 21.300 tns de capacidad), reconocimientos internacionales (en 1973 fue el astillero más productivo del mundo, con 12 barcos entregados que superaron las 140.000 tns), pero también tristes (fue protagonista del incendio con más víctimas en la historia de Sevilla, seis, del que este agosto se cumplieron 40 años).

En cuanto a su organización, en 1966 dejó de depender de la Empresa Nacional Elcano para integrarse en Astilleros de Cádiz, que, a su vez, en 1969 se unió al gigante AESA (Astilleros Españoles). Esta situación duró hasta 1984, año en el cual se llevó a cabo una dura reconversión que hasta 1987 provocó numerosas huelgas, luchas callejeras y despidos entre sus miles de trabajadores.

Trabajadores de Izar. Trabajadores de Izar.

Trabajadores de Izar.

La última década del siglo XX se caracterizó por el estreno de sus gradas en la construcción de ferries y buques ro-ro de avanzada tecnología. En el año 2000 una nueva fusión integró los astilleros civiles y militares públicos en la sociedad IZAR, hasta que el sevillano fue privatizado y comprado en 2006 por los onubenses. Los últimos cuatro años de actividad estuvieron protagonizados por siete botaduras y una larga agonía financiera y económica. Finalmente, el 22 de octubre de 2010 la factoría entró en concurso voluntario de acreedores, echando el cierre el 31 de diciembre de 2011 con dos buques a medio terminar.

En resumen, durante sus 56 años de actividad en los Astilleros de Sevilla se han botado 212 buques y artefactos flotantes. De todos ellos, 14 fueron ferries, tres petroleros, tres quimiqueros, un cementero, un butanero, 16 frigoríficos, 14 remolcadores, 2 pesqueros, 4 portacontenedores, 63 bulk carriers, 44 mineraleros, dos azufreros, 40 cargueros de diversos tipos, 14 artefactos flotantes, uno de apoyo a plataformas petrolíferas, cinco dragas, seis fruteros, 11 ganguiles y 12 costeros. En cuanto a los clientes, el 51% de los mismos fueron navieras españolas.

Sin embargo, la actividad naval volvió a renacer en sus antiguas instalaciones, primero, en febrero de 2014 cuando Tecade definitivamente se estableció en una de las gradas y, segundo, en enero de 2015 cuando en el dique seco se creó Astilleros Guadalquivir, empresa joven, pero con experiencia, que ha mantenido viva la reparación de barcos en el corazón de Andalucía.

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