Previsión El tiempo en Sevilla para este Viernes Santo

calle rioja

"Había un árbol y lo abracé"

  • Testigos. 'Diario de Vida', escrito por Juan Ramón Lucas, recoge vivencias de 27 personas que sobrevivieron al cáncer, campeones que tutearon a la muerte y reivindican la vida

Juan Ramón Lucas, autor del libro, junto a Sandra Ibarra, de la Fundación que lo patrocina.

Juan Ramón Lucas, autor del libro, junto a Sandra Ibarra, de la Fundación que lo patrocina.

Aángel Luis Anarte, 17 años, estudiante de Sevilla, le permitió conocer Irlanda, los Pirineos y las Canarias. Karen Gajate, 44 años, peruana, gracias a esa peripecia vital pudo dedicarse a su gran pasión: la fotografía. Cualquiera diría que el viajero y la fotógrafa, complemento perfecto para la mejor aventura, están hablando del cáncer. "El cáncer me ha dado cosas que no tenía, sentimientos de personas hacia mí que desconocía", confiesa Jesús Campo, cirujano ortopédico y traumatólogo. Elías Martínez, profesional del marketing de Alcalá de Henares, llama ángeles a los médicos que le cuidaron y curaron y abunda en lo mismo: "No sé por qué, no soy capaz de verbalizarlo, pero este paréntesis no lo cambiaría por nada".

Son algunos de los 27 testimonios del libro Diario de Vida (Alienta Editorial), la punta del iceberg de los cien mil nuevos supervivientes de cáncer que hay cada año en España. Como la generación de los poetas del 27, este grupo de valientes también se hizo la foto en el Ateneo de Sevilla, donde presentaron el libro el periodista Juan Ramón Lucas, que se recorrió España entera buscando testimonios, y Sandra Ibarra, cuya Fundación lo patrocina. También superviviente, ella escribe el prólogo y sugiere algunas algunas recetas infalibles: "Una conversación con Emilio Lledó, una canción de Joaquín Sabina, una interpretación de Nuria Espert, la historia de Nelson Mandela, el silencio y el olor a eucalipto del Valle Oscuro de Asturias cuando lo recorro a caballo".

A uno el cáncer le permitió viajar a Irlanda, a otra la pasión por la fotografía

Catorce sonrisas en la portada. Lo suyo ha sido mucho más importante que ganar el Oscar, el Nobel o una medalla en los Juegos Olímpicos. Le han hablado de tú a la muerte y la han derrotado en el campo de batalla de la esperanza y la tenacidad. Aquí sí que no hay enemigo pequeño, como reza el tópico. Y ha dejado estragos. Los padres de Laura Calvo se separaron cuando les comunicó que tenía leucemia. Leonor Encina Acosta, auxiliar de Geriatría ya jubilada, sevillana, en el proceso de su cáncer de mama perdió a su marido, pero ganó una manera nueva de afrontar la vida. "Ahora valoro una puesta de sol, mis nietos, levantarme cada día. Cumplí el sueño de ir a Cuba".

Hay desempleados y empresarias. "La mente juega un papel importantísimo y las palmeras de chocolate también", bromea Ana Olivo, 35 años, escritora. Tuvo su medicina alternativa "aparte de los abrazos de seis segundos (mínimo) en la actitud positiva".

A Manuel Parra Castillo, 56 años, peluquero estilista nacido en Bruselas, hijo de emigrantes, le diagnosticaron leucemia. Estuvo tres años con quimioterapia. Cuando antes hablaba de cáncer "era una sentencia de muerte". Como no creía en los verdugos, fue a una notaría "para desvincular al médico de la responsabilidad por si me pasaba algo". Salió del hospital después de seis meses encerrado en una habitación estéril sin contacto con nadie. "Había un árbol y lo abracé...". Como hace el protagonista de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, y contó Saramago en su discurso del Nobel que hizo su abuelo en señal de gratitud.

El subtítulo del libro es La fuerza inspiradora de los supervivientes de cáncer. Algunos convirtieron su calvario en acicate. Begoña Barragán, empresaria madrileña, se curó de un linfoma y es presidenta del Gepac (Grupo Español de Pacientes con Cáncer). Dice que no hay que hacerle caso a quien te dice "Lucha, sé fuerte" que suena a libro de autoayuda "porque no pasa nada si un día no eres fuerte". A Víctor Rodríguez, murciano, le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin. Es cofundador de Más que Ideas, fundación que pretende mejorar la vida de las personas que han pasado por una enfermedad, y no sólo el cáncer. En su página web tiene una frase de Groucho Marx: "Estuve tan ocupado escribiendo la crítica que nunca pude sentarme a leer el libro".

La historia de este libro surge en un viaje en tren de Madrid a Alicante, donde Juan Ramón Lucas iba a presentar la gala de la entrega del premio Azorín de Novela. En el viaje coincidió con Rubén Fernández, de Grupoidex. El plan se completó con Sandra Ibarra tomando un café en la estación de Atocha. Un tren de vida. Las ilustraciones son de Gallego y Rey, las fotografías de Luis Malibrán. A los supervivientes los encontraron Marta Fernández, Marta García Sanjosé y Yolanda Vielba. Una historia de campeones de verdad con el trabajo entre bastidores de La Boutique, de los sevillanos Juan Eduardo Peso y Antonio Campos, y el director de cine australiano Ivan Emery.

Cristina Inés perdió a su hija con cuatro meses y "le juré que no perdería la sonrisa". El cáncer no avisa. A Hortensia Sardá le llegó con 35 años y embarazada. A Patricia Choya con 16. Sonia Carrillo, 40 años, hizo dos cosas: sacar el reloj de su vida, el día a día no sabe de horas, y llevar un lookhippie cuando se rapó el pelo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios