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Infraestructuras

La avenida San Francisco Javier renace con muy poco tráfico y circulación fluida

Reapertura al tráfico de San Francisco Javier. / José Ángel García

Sevilla ha recuperado este viernes una de sus arterias más importantes, la avenida San Francisco Javier, después de casi dos años de cierre obligado por las obras para la ampliación del Metrocentro desde el cruce de esta vía con Diego Martínez Barrio hasta la confluencia de Luis de Morales y Luis Montoto. La nueva avenida, con aceras más amplias y un corredor verde central por el que discurrirá el tranvía, ha renacido casi con olor a nuevo, como quien dice, y muy muy poco tráfico, al menos en las primeras horas de la mañana.

Las 9 o 9.30 de la mañana suele ser hora punta de tráfico en esa parte de Nervión que opera casi como un segundo centro de Sevilla por su febril actividad comercial, empresarial y estudiantil (al margen de la residencial). Sin embargo, en la nueva avenida era difícil ver pasar dos coches seguidos, sobre todo en dirección desde Eduardo Dato hacia Diego Martínez Barrio. Eso ha sido precisamente lo más llamativo de la reapertura: la escasez de circulación y, en consecuencia, la enorme fluidez con la que se podía conducir por una zona generalmente convulsa. Ni siquiera en dirección hacia la rotonda de Eduardo Dato había un tráfico especialmente intenso a pesar de que en algunos tramos se ha perdido un carril respecto a la anterior configuración: ahora hay dos para el tráfico general y uno para los autobuses.

Durante el tiempo que ha permanecido cerrada la avenida, desde el 9 de marzo de 2022, la mayor parte de los coches y autobuses eligió la avenida de la Buhaira como alternativa. Diríase que esa costumbre se va a mantener en el tiempo porque a la misma hora en la que en San Francisco Javier se veía más asfalto que chasis, en la Buhaira había una mayor cantidad de tránsito rodado. Eso sí, sin la enorme congestión que marcó muchos de los meses posteriores al rediseño de la circulación en la zona. Por ejemplo, la inmensa mayoría de la masa de tráfico que baja desde la Gran Plaza por Eduardo Dato pasaba de largo por la rotonda ubicada en el cruce con San Francisco Javier, aun con el giro a la izquierda ya habilitado, y seguía en dirección al puente de los bomberos para desviarse a la altura de la Buhaira. 

Por San Francisco Javier, además, todavía no han vuelto a pasar las líneas circulares de Tussam, lo que libera bastante espacio. Por ahora transitan por allí el 22 y la Línea Este, ambas provenientes o dirigidas hacia Sevilla Este, el B4 (Torreblanca-San Bernardo), el 29 (Torreblanca-Prado) y el 52 (Palmete-San Bernardo). Y bien puede decirse que en las primeras horas desde su 'resurrección', por la avenida pasaban más autobuses que vehículos privados.

Según la responsable de una zapatería ubicada junto al cruce de San Francisco Javier, Diego Martínez Barrio y Ramón y Cajal, la situación es "más o menos igual que antes". Ni siquiera el cierre provisional de la calle Santa Joaquina de Vedruna, lo que obliga a girar hacia San Francisco Javier sí o sí (ya sea hacia la derecha o hacia la izquierda) a quienes vienen de la calle Camilo José Cela, ha provocado saturación en un cruce especialmente delicado, en teoría. En este punto, donde hay una de las dos paradas del tranvía que funcionarán en toda la avenida, se ha suprimido el giro a la izquierda hacia Camilo José Cela desde San Francisco Javier (viniendo desde Diego Martínez Barrio).

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