El aviso naranja se queda en Sevilla capital en un par de intensos chaparrones
La ciudad sólo registra 12 incidencias, todas ellas relacionadas con el viento
Las recomendaciones de la Policía Local de Sevilla por el viento
El aviso naranja que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) había activado para este miércoles se quedó en Sevilla capital en un par de chaparrones, intensos pero breves, que apenas provocaron incidencia alguna en el normal desarrollo de la ciudad. Sí sopló con fuerza desde última hora de la mañana el viento, sin que tampoco hubiera que lamentar daños más allá de alguna caída de rama, como es ya habitual cada vez que la ciudad afronta una jornada de este tipo. Pero este miércoles poco o nada tuvo que ver con el de hace siete días, el 29 de octubre, cuando la capital andaluza colapsó ante una tromba de agua que cayó durante unas seis horas, inundando decenas de calles y cientos de casas, garajes, locales, carreteras, autobuses urbanos y hasta los sótanos de los hospitales.
Los datos lo dejan claro. Si hace una semana se contabilizaron medio millar de incidencias en Sevilla capital, este miércoles el servicio de emergencias 112 de la Junta sólo registró 12 a lo largo de todo el día. Y todas ellas fueron por el viento, ninguna por la lluvia. Fueron diez caídas de ramas y dos árboles, que se desplomaron en la calle Darro (en la barriada del Carmen, en Triana) y en la calle Dobla (en las inmediaciones de la barriada de Santa Aurelia). En ninguno de los casos hubo que lamentar daños personales. La previsión apuntaba a rachas de viento superiores a 70 kilómetros por hora, de ahí que el Ayuntamiento de Sevilla decidiera cerrar los parques desde primera hora de la mañana, para así minimizar riesgos.
En las redes sociales, la Policía Local pedía precaución, sobre todo a los conductores, a los que recordaba que el viento podía provocar un efecto pantalla cuando se cruzaran con otros vehículos. Igualmente, pedían a todos los ciudadanos que retiraran de sus balcones y ventanas cualquier objeto que pudiera caerse a la calle, mientras que a los peatones les recordaba el peligro de transitar por las zonas de arbolado o junto a estructuras metálicas.
Las previsiones fueron mucho peores de lo que luego ocurrió, quizás influidas por el caos generalizado del pasado 29 de octubre y la polémica posterior. El alcalde, José Luis Sanz, criticó a la Aemet por no activar el aviso rojo, mientras que el subdelegado del Gobierno le respondió explicándole que no se superaron los umbrales para pasar del naranja. Cayeron ese día 99,5 litros por metro cuadrado en doce horas según los pluviómetros de la Aemet, que los de Emasesa elevaron a 115 en 15 horas. Una de las cifras más elevadas de los últimos años, que coincidió con las primeras lluvias, provocó inundaciones en prácticamente toda la ciudad y sorprendió a los servicios de emergencias con unos dispositivos que no eran acordes con la enorme tromba de agua que cayó.
Este miércoles no iba a ser así. De acuerdo con los avisos de la Aemet, el Ayuntamiento activó el nivel 1 del plan de emergencia, ante la posibilidad de que cayeran 30 litros en una hora, que las precipitaciones vinieran cargadas de granizo y acompañadas de tormentas y que el viento terminara de complicar la situación. A medida que evolucionaba la jornada, se vio que no se iban a cumplir las previsiones. Llovió sí, pero en dos chaparrones intensos, sin llegar a más. Según la web de la Aemet, se recogieron 1,4 litros en el observatorio del aeropuerto. En Morón fueron 12. El frente descargó más en otras zonas de la provincia de Sevilla, y también en otras de España, que sí se inundaron, como Cáceres.
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