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El barrio de Santa Cruz no puede más: los vecinos acusan al Ayuntamiento de no actuar contra el ruido

Los residentes estudian la posibilidad de emprender acciones legales masivas y convocar manifestaciones de diversa índole ante una situación “insoportable”

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Problemas con los turistas en el barrio de Santa Cruz / D. S.

La Asociación de Vecinos “Amigos del Barrio de Santa Cruz” levanta la voz de alarma ante lo que describen como una contaminación acústica "insoportable" y generalizada en el histórico barrio, directamente vinculada al incesante incremento del turismo. La situación ha llevado a la asociación a estudiar la posibilidad de emprender acciones legales masivas y convocar manifestaciones vecinales de diversa índole.

La problemática del ruido, que los vecinos señalan como una situación generalizada desde hace años, vivió un momento exponencial el pasado domingo con vandálico en la fuente de la Plaza de la Alianza. Un grupo de turistas se pasó buena parte de la jornada bailando en el interior de la fuente. Por todo ello, la asociación decidió crear una Comisión de Ruido el pasado mes de marzo con el objetivo de presionar al Consistorio para encontrar soluciones.

A pesar de reiteradas reuniones con el Ayuntamiento de Sevilla, en las que han estado presentes representantes del distrito Casco Antiguo, de las delegaciones de Turismo, Urbanismo y Movilidad, así como de Lipasam y la Policía Local, el cumplimiento y control de las ordenanzas "no ha mejorado lo más mínimo", según advirtió la presidenta de la asociación, María José del Rey.

Veladores instalados en la Plaza de la Alianza. / Juan Carlos Vázquez

Los vecinos denuncian diversas fuentes de contaminación acústica que perturban gravemente su vida diaria:

La asociación de vecinos subraya que la reclamación principal es el "cumplimiento de las ordenanzas ya aprobadas por el Consistorio", pero sobre todo, "su control efectivo con la presencia de agentes de la Policía Local". No cabe duda de que el número de visitantes al barrio de Santa Cruz es considerablemente mayor que el de cualquier otro barrio de Sevilla, lo que agrava la situación.

Sin noticias de la Policía el pasado domingo en la Plaza de la Alianza

La bucólica Plaza de la Alianza, una de las entradas a Santa Cruz. / Juan Carlos Vázquez

Por su parte, los propios vecinos de la Plaza de la Alianza han denunciado el incumplimiento reiterado y diario de las ordenanzas municipales en materia de ruidos y exceso de veladores. Según han señalado los residentes en un escrito enviado a este periódico, el descanso en esta zona es prácticamente imposible, lo que les está generando "problemas de salud". Exigen al Ayuntamiento de Sevilla el cumplimiento de las ordenanzas vigentes, que establecen que el Consistorio es el encargado de velar por su aplicación en cuanto a ruidos, vibraciones y uso de la vía pública. "Para ello, sería esencial la vigilancia, control y sanción por parte del Consistorio de las actividades ilícitas que se generan constantemente en la plaza".

Las denuncias reiteradas por la contaminación acústica y el exceso de veladores "caen, una tras otra, en saco roto". Los vecinos relatan que el impacto sonoro comienza temprano, alrededor de las 7:30, con la llegada del camión de recogida de vidrios que vuelca contenedores repletos de residuos de los bares. A partir de ese momento, el ruido es incesante:

A la problemática del ruido se suma la ocupación ilegal de la vía pública por parte de los establecimientos hosteleros. "Aunque existen dos locales con licencia para cuatro veladores cada uno, ninguno la cumple. Uno de ellos llega a colocar hasta 28 mesas, algunas a menos de dos metros de la muralla del Alcázar, un monumento BIC y Patrimonio de la Humanidad. Esta situación se convierte en un atractivo irresistible para la sucesión ininterrumpida de espectáculos que generan ruido".

Los residentes, "hartos de no poder descansar en horario de especial protección", aseguran que cuando llaman a la Policía Local, "nunca llega" porque, según ellos, tienen otros avisos. "A pesar de que la ciudad prohíbe expresamente ciertos ruidos, la falta de vigilancia y sanción persiste". Los vecinos lamentan que de nada sirve que se coloquen placas indicando las prohibiciones acústicas si no hay supervisión y obligación de cumplimiento.

Los afectados advierten que el deterioro del barrio de Santa Cruz avanza "a pasos agigantados". No solo han sufrido la "pérdida de la identidad del barrio por la proliferación de bares, tiendas de recuerdos, hoteles o apartamentos turísticos, sino que ahora deben soportar el ruido generado por estos establecimientos sin la debida vigilancia y sanción por parte del Ayuntamiento".

Por su parte, otro grupo de vecinos de la calle Mateos Gago y su entorno van a registrar un escrito en el distrito Casco Antiguo y en la Gerencia de Urbanismo, en el que piden a la Policía Local que “aumente los controles en la zona para garantizar el derecho al descanso del vecindario”, que vigile con regularidad que los bares y restaurantes “no coloquen más mesas de las que permite su licencia”; que vele para que el paso de los peatones y de los vehículos de emergencia “esté garantizado”; que vigile que a la hora del cierre de los establecimientos hosteleros “el ruido antes descrito no sobrepase los límites establecidos para esa franja horaria de la noche”; y que vigile el horario de carga y descarga “y el ruido que produce”.

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