La borrasca Aline ha dejado a su paso por Sevilla hasta 65 litros por metro cuadrados en algunos puntos de la provincia este jueves. Con más o menos intensidad, la borrasca ha azotado a toda la provincia, siendo la zona de la Sierra Norte donde más agua cayó.

En La Puebla de los Infantes se registraron 65,2 litros por metro cuadrado en 24 horas, de los cuales 37 de ellos se registraron a partir de las seis de la tarde, cuando las previsiones ya apuntaban que llegaría lo peor de la borrasca.

Este municipio de la Sierra Norte fue donde más llovió de la provincia de Sevilla, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), y el quinto de Andalucía. 

En otros puntos de la Sierra Norte como Almadén de la Plata o Cazalla de la Sierra se acumularon 65 y 64,6, respectivamente.

Destacan también los 42 litros por metro cuadrado de Tomares, los 41 de Morón, los 38,4 de Sevilla capital, los 35,4 de Osuna y los 29,6 de Écija.

En el resto de Andalucía, el punto donde más llovió de toda la comunidad fue Grazalema, en la sierra de Cádiz, donde se registraron este jueves 119 litros por metro cuadrado. Le siguieron Cardeña (Córdoba), con 84,6 litros; el embalse cordobés de Guadanuño, con 73,4 litros; y Santa Elena (Jaén), con 65,2 litros, los mismos que en La Puebla de los Infantes (Sevilla), según la Aemet.

Más de 1.000 incidencias en la provincia

La provincia registró más de 1.000 incidencias a causa del fuerte viento y la intensa lluvia, 600 de ellas en Sevilla capital. Caídas de ramas y árboles, cornisas y anegaciones de bajos, garajes y locales comerciales fueron las principales incidencias.

En Espartinas, un árbol cayó sobre una tubería de gas, aunque no provocó grandes daños.

En Sevilla capital se registraron unas 600 incidencias, según informó el Ayuntamiento de Sevilla. Siguiendo el guion previsto, se registraron rachas de viento superiores a los 70 kilómetros por hora.

El primer susto de la mañana se lo llevaron los vecinos de la calle Juan Ramón Jiménez con la avenida de Flota de Indias, en Los Remedios, cuando el viento tumbó un árbol de gran tamaño a las puertas del Colegio de los Padres Blancos sin que, afortunadamente, hubiera provocado daños personales.