Muchos conocerán a Manolo Mayo por el restaurante y hotel que este empresario de la hostelería gestiona, junto a su hermano Fernando, a las afueras de Los Palacios y Villafranca, "aunque fue mi padre quien fundó la venta Manolo Mayo", cuenta. En su casa la especialidad es el arroz, "estamos en una zona de cultivo extraordinaria", y como no podía ser menos presume del plato que bien le ha dado fama. Su pasión por la cocina andaluza le llevó a formar parte de un selecto club, que no hermético, que concentra a veinte restaurantes andaluces cuyos gerentes comparten el interés por "conservar todo lo que se refiere a la cocina de nuestra tierra, a su tradición". Para ser miembro del Club de Oro de la Mesa Andaluza, creado en 1988, el requisito imprescindible es "que el cliente no salga defraudado", explica su presidente desde hace un año. Para pertenecer a esta organización -de Sevilla están integrados, además del Restaurante Manolo Mayo, Becerrita, Casa Robles, El Espigón y Sevilla Bahía- el club realiza una selección, un estudio y posterior evaluación de su calidad y servicio. Mayo insiste en que "la cocina moderna tiene que tener su base en la tradición y que la cocina andaluza ha bebido de otras culturas como la árabe y que es importante conservarla". Para que no se pierda, el empresario anima a los jóvenes cocineros, "cuyo ingenio va a poner a nuestra gastronomía, seguro, en un primer nivel".