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Un pino de Castilla para el mástil de la nao Victoria

  • La Cabaña Real de Carreteros, que se creó en Castilla antes de la Vuelta al Mundo, ha seleccionado el árbol que viajará hasta Sanlúcar de Barrameda

Las dos vacas llevando el tronco de pino que servirá de mástil de la nao Victoria.

Las dos vacas llevando el tronco de pino que servirá de mástil de la nao Victoria. / D. S.

El quinto centenario de la Primera Vuelta al Mundo todavía no ha llegado a su fin. El sábado, desde el pueblo de Quintanar de la Sierra, primer pueblo de la provincia de Burgos en el límite con Soria, dos vacas negras serranas, de nombres Jarda y Payaso, iniciaron el traslado hasta Burgos capital de un pino de 25 metros de longitud que llegará en camión hasta Sanlúcar de Barrameda para ser el mástil de la nao Victoria al cumplirse cinco siglos de la gesta de la circunnavegación. Sanlúcar será el final de la ruta 24 del total que harán en este traslado.

Otro quinto centenario, el de la creación en 1497 de la Real Cabaña de Carreteros por Isabel la Católica, dio lugar a que en 1997 se constituyera como asociación la Cabaña Real de Carreteros, entidad legendaria, patrimonio histórico y cultural de Castilla, que es la que se encarga de llevar a cabo esta tradición que lleva hasta las entrañas el protagonismo que jugó Castilla en la historia de España.

Los carreteros burgaleses y sorianos esperan a que el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda dé fecha para “pingar el mayo”. “Al mástil le llaman mayo porque a primeros de mayo se pone en pie el pino en la plaza mayor del pueblo correspondiente. Tradicionalmente lo hacían los mozos del reemplazo antes de ir a la mili”, dice Emilio Romera. El 10 de mayo de este año se seleccionó el pino elegido. Los encargados de tumbarlo fueron José Luis Marcos y Ángel Mediavilla, ambos de la Real Cabaña de Carreteros, en presencia del guarda forestal de Quintanar de la Sierra. Se les sumó Zacarías Izcara con su pareja de vacas, una raza en peligro de extinción que esta semana serán los grandes protagonistas al paso por los diferentes pueblos camino de la capital burgalesa: Palacios de la Sierra, Campolara, Revilla del Campo, Modúbar de la Emparedada.

Los orígenes

“Es algo muy sentimental”, dice Romera. Los orígenes de la Cabaña Real de Carreteros se remontan a años antes de la toma de Granada, en la que estos vehículos de tracción tuvieron un protagonismo fundamental. Llegaron a existir cuatro Cabañas de Carreteros: la de Burgos-Soria, que era la mayor; la de Cuenca-Guadalajara; la de Granada y Murcia, que decayó con la expulsión de los moriscos; y la de Navarredonda de Gredos, en la provincia de Ávila.

El pino que viajará desde Quintanar de la Sierra hasta Sanlúcar de Barrameda repite viajes castellanos con primicias del Atlántico: el que hicieron desde Valladolid Magallanes y Rui Faleiro, su cartógrafo, con el visto bueno del rey Carlos V para la expedición a las Molucas; o el traslado de miles de legajos en carretas de bueyes desde Simancas al Archivo de Indias en Sevilla.

Tradicionalmente existía una vinculación entre la Cabaña Real de Carreteros y la Armada Española, tanto para los mástiles, que procedían de madera de pino castellano, como para la pez de los barcos, la sustancia que mitigaba los efectos de la podredumbre en las embarcaciones. “La Cabaña Real de Carreteros tenía convenios con todos los astilleros, incluido el de la Carraca de San Fernando”.

Un ritual entre provincias

Antonio Martín Chicote preside la Asociación de la Cabaña Real de Carreteros que este año ha recibido en Sanlúcar de Barrameda el premio Capitán de Galeones. El ritual del pino tiene lugar en la confluencia de las provincias de Burgos, Soria y Logroño, esta última en la zona de Cameros, de la que procedía la familia del poeta de Moguer Juan Ramón Jiménez. La zona donde se iniciaba la trashumancia del ganado lanar con destino a los descansaderos de Extremadura y Andalucía.

La difícil orografía del terreno obligó a que las vacas negras serranas tuvieran que contar con el apoyo de medios mecánicos para el traslado del futuro mástil de la nao Victoria. Un ritual lleno de tradición y de pasión en una zona muy evocada por dos de los grandes de la poesía sevillana. Antonio Machado describe algunos de esos parajes (Picos de Urbión, Laguna Negra) en los versos de La Tierra de Alvargonzález. Se hizo soriano simbólico cuando en 1907 tomó posesión de la cátedra de Francés en un instituto de la capital y soriano consorte dos años después al casarse con Leonor Izquierdo, de 16 años, de la que enviudó tres años después. Una zona también visitada y evocada por Gustavo Adolfo Bécquer. Casado con soriana, como el Machado de Dueñas, y autor de leyendas nacidas en esos territorios con los que soñaba en el Monasterio de Veruela.

Las vacas negras de la serranía sorianoburgalesa son como bóvidos argonautas conducidos por un nuevo Jasón para que no se apague la luminaria de la gesta de la Primera Vuelta al Mundo, que nació en Castilla y a Castilla ha vuelto.

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