Medio Ambiente

La captura de cotorras con jaulas se expande a toda la ciudad

Un ejemplar de cotorra de Kramer posado en la rama de un árbol.

Un ejemplar de cotorra de Kramer posado en la rama de un árbol. / Juan Carlos Muñoz

La delegación de Salud y Protección Animal ha aprobado un nuevo plan de control integral de las especies exóticas invasoras cotorra de Kramer y cotorra Argentina que traslada al ámbito de toda la ciudad la experiencia piloto acometida entre 2019 y 2020 en el Parque de María Luisa. De esta última se extraen las prácticas de mayor éxito realizadas entonces para configurar los pliegos de un nuevo contrato que, ejecutado por un equipo de especialistas, cuenta con un presupuesto de 290.400 euros hasta 2024.

El adjudicatario del contrato deberá elaborar mapas de la ciudad que recojan las zonas de anidamiento, recreo, alimentación y dormidero de ambas especies de cotorras; las rutas que realizan en sus desplazamientos; las zonas de captura mediante trampeo (con jaulas), y las zonas de sustitución de huevos. Con esa información, además de confeccionar un nuevo censo de los dos tipos de aves invasoras y un mapa de densidad poblacional, detallará su plan de actuación integral.

La sustitución de puestas se desarrollará durante el primer semestre de cada año en las oquedades identificadas como nidos tanto en árboles como en las fachadas de edificios, extrayendo los huevos localizados con cámara mediante aspiración y colocando en su lugar otros falsos. El adjudicatario deberá tener en cuenta los modelos de jaulas que resultaron más efectivos en la experiencia piloto desplegada en el Parque de María Luisa, efectuándose este trabajo desde el 1 de agosto de un año hasta el 15 de febrero del siguiente.

A lo largo de las últimas dos décadas se han convertido en un problema

Para las que se instalen en los árboles, sobre los que no podrán causar daños, las jaulas serán de tipo tejado invertido con apertura regulable y doble sistema de sujeción, proponiéndose para su colocación un sistema de parihuelas. Periódicamente, estas jaulas serán revisadas para retirar las cotorras capturadas y liberar otras aves que hayan entrado en las mismas, así como para reponer el agua y la comida.

A lo largo de las últimas dos décadas, ambas especies de cotorras se han ido convirtiendo en un problema para la conservación de la biodiversidad de Sevilla y en un agente de riesgo para la ciudadanía por caída de nidos y ramas, la contaminación acústica que generan las colonias y el deterioro que pueden causar en algunos edificios antiguos.

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