El bar Santa Marta, en pleno centro de Sevilla y famoso por la elaboración del flamenquín y la tortilla de patatas, está cerrado desde hace días. Un cartel avisa en su puerta de que la situación obedece a "una avería". Sin embargo, según ha podido saber este periódico por fuentes oficiales, el cese de la actividad viene impuesto por la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente, tras haberse ampliado hace años el negocio con un salón, para el que no se cursó el trámite establecido. 

"Alteración sustancial del establecimiento o actividad sin haber tramitado dicha modificación". Así reza el expediente abierto en la inspección realizada en este famoso bar en 2021 y que se ha ejecutado recientemente, dos años después. En dicho documento, al que ha tenido acceso Diario de Sevilla, se explica que tales hechos suponen una "infracción" del artículo 84.3 de la ordenanza reguladora de obras y actividades (ORA). 

En concreto, se sanciona la unión de dos locales, mediante la que se han "anexionado" dos actividades "sin previa legalización de la modificación descrita". Es decir, al establecimiento tradicional, junto al Pasaje Los Azahares, se añadió un salón para comensales sentados en mesas bajas (que se comunica con la barra mediante una ventana interior por la que se entrega la comida), sin que se informara previamente a la Gerencia de Medio Ambiente de este cambio. La citada ordenanza obliga a cualquier comercio o negocio hostelero a comunicar este tipo de alteraciones y a no habilitarlas hasta recibir los permisos oportunos. 

La Plaza de Fernando de Herrera, sin los veladores del bar Santa Marta.

La inspección se efectuó en 2021 y es ahora -debido a la lentitud burocrática- cuando se ha ejecutado, lo que ha llevado al cierre de este emblemático establecimiento, que posee una de las terrazas de veladores más amplias y concurridas del centro de Sevilla. Un espacio para el que hace uso de gran parte de la Plaza de Fernando de Herrera. 

Muchos de sus clientes habituales se han sorprendido al encontrarse cerrado este bar, que reúne tanto a sevillanos como a turistas, que buscan degustar platos propios de su cocina, como el famoso flamenquín, la tortilla de patatas, el pollo frito o la ensaladilla. 

Este establecimiento se abrió hace más de 30 años por parte de una familia. Da empleo a una decena de trabajadores. Ofrece un amplio horario de servicio. Encontrar un velador en su cotizada terraza es sumamente difícil en horas punta y cualquier día (incluido los laborables). Al menos, estos días de lluvia harán menguar las pérdidas por el cierre obligado. 

El titular del negocio se ha puesto en contacto con este periódico para informar de que el bar se reabrirá en unos 10 o 15 días, por lo que de nuevo se podrá disfrutar de su carta antes de las fiestas navideñas.