Cierran una guardería en Sevilla con chinches y 40 niños se quedan en la calle: "He tenido que pedirme una semana de vacaciones"

Educación

Las trabajadoras llevan denunciando esta situación desde 2022

El centro, de convenio, contaba con dos expedientes abiertos por la Inspección Educativa

La Junta cierra un colegio en Sevilla por falta de niños

Escuela Infantil Hada Madrina, en el Polígono de San Pablo.
Escuela Infantil Hada Madrina, en el Polígono de San Pablo. / José Luis Montero

Chinches, sábanas sucias e instalaciones sin medidas de seguridad. Es el estado que, según las trabajadoras y familias de la Escuela Infantil (EI) Hada Madrina, en el Polígono de San Pablo de Sevilla, presentaba esta guardería de convenio con la Junta de Andalucía hasta su cierre, decidido por su gerente el pasado domingo, lo que ha provocado que más de 40 niños (con edades comprendidas entre las 16 semanas y los tres años) se queden sin este servicio en pleno curso. La Consejería de Desarrollo Educativo y FP ya ha recibido la solicitud para que se extinga su autorización, que se firmará este martes.

La situación no es nueva. Viene de lejos. Así lo afirman las trabajadoras y familias concentradas este martes a las puertas de la EI Hada Madrina, donde han exhibido pancartas ante la situación en la que se encuentran sus hijos, que se han quedado sin guardería. "He tenido que pedirme una semana de vacaciones", comenta una madre, que lamenta que la información del cierre la recibiera a través de un whatsapp de las empleadas la tarde del domingo.

Las trabajadoras empezaron a denunciar la situación de "abandono" que presentaba dicha guardería en 2022. Sus advertencias al gerente (el centro es de titularidad privada pero con convenio con la Junta) cayeron en saco roto. Cortes de luz y agua constantes, proliferación de hormigas, sábanas sucias, arquetas levantadas, muebles descolgados, niños con picaduras de chinches y un patio sin medidas de seguridad para los menores. La debacle iba en aumento, hasta el punto de que hace escasos meses llegó una orden de desahucio por parte del dueño del inmueble. A todo ello se unían las nóminas que el dueño de la guardería le debía a la plantilla.

Dos inspecciones

Fruto de este malestar, que las maestras y monitoras empezaron a comunicar a las familias, fue la primera inspección que se realizó en abril de 2024 en el centro. El funcionario encargado de tal cometido pidió prudencia a las empleadas para no alarmar demasiado a los padres. Los resultados de aquel trabajo tuvieron escaso efecto. Tras el parón vacacional de agosto, la escuela infantil volvió a abrir en septiembre. Nada había cambiado. Los problemas fueron a más.

En octubre se realizó otra inspección, en este caso por parte de un funcionario distinto. En esta revisión se detectaron arquetas levantadas, cuadro de luz mojado y hamacas dobladas. Semanas después, el Defensor del Menor se hizo eco de tal situación, que ha llevado al propietario de la guardería a decidir su cierre el pasado domingo, sin comunicárselo previamente a la consejería competente. Fuentes del departamento que dirige María del Carmen Castillo confirman que la empresa propieraria de la escuela ha presentado ya la solicitud de extinción de la autorización, que se firmará este martes.

Lo que dice el dueño

La dirección del centro, en declaraciones al programa Mañaneros de TVE, ha desvinculado las picaduras de chinches de los menores con la guardería. "¿Quién puede asegurar que vengan de dentro y no de fuera?", ha defendido. Ha asegurado que su centro pasaba controles de sanidad periódicos, pese "a no estar obligado a ello". También ha admitido las tres observaciones realizadas por la Inspección Educativa en octubre, que fueron "subsanadas". Ha justificado el impago de nóminas por la "tardanza" con la que la Junta abona las mensualidades a las escuelas de convenio.

"Es una cuantía irrisoria la que nos dan por atender a 42 niños", ha expresado el empresario, quien abundan en que su intención era no haber comenzado el curso en septiembre, dado la asfixia financiera que supone mantener una guardería de convenio. "Me pidieron que hiciera un esfuerzo por abrirla porque la escuela se iba a llenar", ha apostillado.

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