Un colegio de Sevilla cumple la Ley de Memoria Histórica sin quitar a Calvo Sotelo

Educación

La Gerencia de Urbanismo aprueba este miércoles la nueva denominación: CEIP Presidente Calvo Sotelo

La asociación de familias se opuso a la nueva denominación por "blanquear el franquismo"

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Actividad por el Día de la Paz en el CEIP Calvo Sotelo.
Actividad por el Día de la Paz en el CEIP Calvo Sotelo. / Redacción Sevilla

Pocas veces antes el cambio del nombre de un colegio en Sevilla había dado tantos titulares. Es lo que ocurre con el CEIP Calvo Sotelo, para el que se propone –con el fin de no contravenir la Ley de Memoria Histórica– añadirle, por delante, una tercera palabra (presidente) para que no guarde reminiscencias franquistas. El cambio, del que informará favorablemente la Gerencia de Urbanismo este miércoles, viene precedido de años de polémica que provocaron en su día la ruptura de relaciones entre la dirección del centro educativo y las familias del alumnado.

Para entender el origen de esta polémica hay que retroceder al nacimiento de la propia escuela. El Colegio Calvo Sotelo se planificó en 1935, el último año pleno de la II República. Eran dos edificios –uno para niños y otro para niñas– agrupados bajo el nombre de Grupo Escolar Huerta de los Granados, en referencia al lugar donde se levantaría, en la calle Arroyo. Su inauguración se demoró dos años, por lo que no tuvo lugar hasta 1937, en plena guerra civil y cuando el bando nacional ya se había hecho con Sevilla.

Fue entonces cuando desapareció tal denominación y se le llamó Calvo Sotelo, como homenaje al ministro de Hacienda durante la dictadura de Primo de Rivera y quien fue asesinado días antes del estallido de la guerra civil. Tras este crimen, el Gobierno de Franco exaltaría su figura, motivo por el que le dedicaron calles, plazas y centros educativos.

Sin consenso

Este nombre que se ha mantenido desde la creación del colegio contraviene, sin embargo, la Ley de Memoria Histórica, lo que ha provocado intensos debates en el seno de la comunidad educativa del centro público, que han dado lugar a la ruptura de relaciones entre el equipo directivo del mismo y la Asociación de Familias de Alumnos (AFA) La Graná a la hora de proponer la nueva titulación.

El Consejo Escolar (máxima representación de la comunidad educativa del colegio), para acatar la referida ley y a propuesta del equipo directivo, aprobó el nombre de Presidente Calvo Sotelo. Con esta tercera palabra, que se coloca por delante, apenas se cambia nada pero no se atenta contra la Memoria Histórica. El homenajeado en el título no es la figura política exaltada por el franquismo (José Calvo Sotelo), sino el sobrino del mismo (Leopoldo Calvo Sotelo), quien fuera ministro durante los gobiernos de Arias Navarro (ya fallecido Franco), Adolfo Suárez y, finalmente, presidente del Gobierno democrático entre febrero de 1981 y diciembre de 1982. Con él se cerró el ciclo de la Transición.

La asociación de familias, sin embargo, no está conforme con este “simple” cambio, al entender que "se blanquea el franquismo”. Por esta razón, propusieron que el colegio recibiera el nombre planteado durante la II República, Huerta de los Granados, en referencia a su ubicación.

Del colegio a la política

La polémica ha traspasado estos años los muros del colegio y ha llegado al propio Ayuntamiento de Sevilla, donde IU ha pedido al gobierno de José Luis Sanz que “en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica y en aras a la dignificación de la democracia”, rechace la propuesta de la dirección, al considerar que “burla la Ley”. “De ser así, estaríamos hablando de un fraude democrático, de un maltrato a la Ley de Memoria Histórica y de un blanqueamiento del fascismo”, criticaba en 2024 en un comunicado el concejal de la confluencia Podemos-IU, Ismael Sánchez.

Después de años de debate y tensiones en la comunidad educativa, el cambio de nombre llega a la Gerencia de Urbanismo según lo aprobado por el Consejo Escolar: CEIP Presidente Calvo Sotelo. Modificación incluida en un expediente del que este ente informará favorablemente mañana miércoles. Una sola palabra será suficiente para cumplir la Ley de Memoria Histórica. El título que en su día pretendió el Gobierno de la II República y que quiso recuperar la asociación de familias seguirá en el cajón. Para algunos, se actúa correctamente; para otros, se “blanquea” el franquismo.

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