LOS niños que nacieron entonces, en las finales de Eindhoven (2006) y Glasgow (2007), se preparan para hacer la primera comunión. Han querido el destino y el azar que estas albricias sacramentales coincidan con otra final continental del equipo de Nervión. En la tienda del Sevilla en la calle Francos se anuncia el Especial Comuniones. "Los niños no hacen la comunión con el traje del Sevilla", explica una de las dependientas. Es una oferta que reduce casi a la mitad un pack formado por un miniset de la temporada a punto de finalizar, unas botas y un balón.

"Se han vendido muchísimos, porque las comuniones han coincidido con la buena racha del equipo en la Liga y en Europa", añade la vendedora. Lee el mensaje de un familiar. "Ya estoy en tierras italianas. El tiempo, espectacular". En el salón de celebraciones de Robles en las antiguas tiendas Peyré se ha visto salir a niños en traje de primera comunión con botas de fútbol. "Piden las camisetas de Bacca o de Rakitic y en cuanto termina la ceremonia religiosa se la ponen". "Una comunión el día 17 quieren una tarta de chuches del Sevilla", le dice a la compañera.

El Especial Comuniones ha coincidido con esta comunión tan especial con el equipo. "Pusimos a la venta las camisetas para la final y se agotaron en 48 horas". En el escaparate, héroes de pretéritas batallas como Luis Fabiano, Diego Capel, Jesús Navas o Palop. La tienda del Sevilla en Francos da por un lado a la calle Pajaritos, meandro que termina en las oficinas municipales; por el otro con Reyes Peleteros, nada que ver con el futbolista de Utrera que ha jugado en los cuatro equipos que intervienen en las dos finales europeas.

Calle de locales señeros, algunos tan centenarios como el propio equipo de Nervión. La guantería Pino abrió en 1938, en plena posguerra. Su género parece un guiño al meta Palop, que colgó las botas en el Bayer Leverkusen. Cordonería Alba es de 1904, un año antes de la fundación del equipo; Iruzubieta, de 1927. En Velasco hay descuentos para familias numerosas. Las que se multiplican en cada comunión. Cerca arranca la calle San Isidoro, donde tiene la casa-galería Fausto Velázquez, que hizo el cartel de Semana Santa de la muy futbolera villa de La Algaba, que dio un Pichichi en el Deportivo de la Coruña, Diego Tristán.

Ha empezado la Feria de Jerez y la Puerta de Jerez parecía una Feria. Por la mañana, un camión de Postigo. Obras y Servicios colocaba las vallas en torno a la fuente para evitar otras decapitaciones. Una grúa evacuaba un bloque de alambradas de un camión de la Gerencia de Urbanismo, epígrafe Alumbrado Público. La Puerta Jerez tiene estación de Metro y de un tranvía nada lisboeta, un hotel de cinco estrellas (Alfonso XIII), un palacio donde nació un Nobel de Literatura (Vicente Aleixandre, Pichichi de las Letras en 1977, el año que el Betis ganó la Copa del Rey) y una casa con el apellido Guardiola.

Colas de turistas en el Alcázar y en la Catedral. 12.000 sevillanos hacían turismo en Turín, en la catedral laica donde jugó al fútbol Luis del Sol, el genio de Arcos del Jalón que conoció la hegemonía europea del Benfica en la primera mitad de los años 60. Guiños italianos en el callejero de Sevilla: hostal Leonardo da Vinci, antigua calle de Génova, nombre primigenio de la Avenida de la Constitución.

Los niños béticos también hacen la primera comunión con tartas de chuches verdiblancas. En ese equipo el sacramento de moda es la confirmación.