Sevilla

El conductor que causó la muerte de Nadia iba "distraído" y a 115 por hora

  • El atestado de la Guardia Civil refleja que podría haber evitado la muerte de la joven si hubiera circulado a menos de 100 y hubiera atendido a las señales que indicaban una retención.

El ciudadano estadounidense que causó la muerte de la joven de 20 años Nadia Mechaala Gordillo en un accidente de tráfico en la A-4 circulaba "distraído" y por encima del límite de velocidad de la vía. Así lo acredita el atestado de la Guardia Civil sobre el siniestro, que fija en 115 kilómetros por hora la velocidad a la que se produjo el impacto. En ese tramo, situado a la entrada de Sevilla, muy cerca de Palmas Altas, el límite de velocidad es de 100 kilómetros por hora. Donald A. L, de 74 años, sostuvo en su primera declaración ante la Guardia Civil que circulaba a una velocidad aproximada de 80 kilómetros por hora, es decir, 35 menos de lo que fija el informe del equipo de atestados del instituto armado.

El vehículo conducido por el estadounidense, un BMW 218 que había alquilado días antes en Lisboa, embistió por detrás a gran velocidad al Volkswagen Polo en el que viajaba la víctima y su novio. El accidente ocurrió sobre las dos y media de la tarde del 18 de julio. La Guardia Civil aprecia dos infracciones contra la ley y el reglamento general de circulación, como son la velocidad excesiva y la distracción, ya que el americano iba "sin mantener la atención permanente a la conducción".

En el atestado, al que ha tenido acceso este periódico, la Guardia Civil expone que no se observan huellas de frenada en el lugar del accidente, ni tampoco marcas de fricción lateral. Se cita además a un testigo del siniestro que asegura que viajaba en la A4 sentido Sevilla a una velocidad aproximada de 120 kilómetros hora y, poco antes del accidente, fue adelantado a gran velocidad por el BMW del americano. El informe indica que en un panel luminoso situado unos kliómetros antes se avisaba a los conductores de la retención que había a la entrada de Sevilla, en la que ya estaba el vehículo de Nadia.

Los instructores del atestado califican la conducción de Donald A. L. de "negligente e imprudente", porque "ignora las señales previas al lugar del accidente que le indicaban circulación lenta y limitación de velocidad, circulando con exceso de velocidad y totalmente distraído en su conducción".

Los guardias hacen referencia también a la edad del americano, 74 años, y la obligación del mismo de adecuar la velocidad a su propia capacidad al volante. El atestado también expone que BMW Ibérica ha certificado, tras la lectura de la centralita del coche, que el vehículo "no registró ninguna anomalía mecánica y/o electrónica previa al accidente".

Por todo ello, la Guardia Civil concluye lo siguiente: "De haber atendido a la señalización previa y si hubiera adecuado la velocidad por debajo de los 100 kilómetros por hora, tal y como reclamaba la situación del tráfico, además de haber disminuido con ello las consecuencias del accidente, habría tenido más tiempo para poder percatarse de la retención y poder así realizar una maniobra que evitara el accidente o, cuanto menos, redujera su gravedad, pudiéndose de ese modo haber evitado el fallecimiento de Nadia Mec haala".

En la misma declaración en la que aseguró que iba a 80 kilómetros por hora, Donald A. L. dijo que se había despistado al leer unos carteles de dirección, hecho que le impidió ver la retención que tenía delante y frenar a tiempo de evitar la colisión con el coche de Nadia. También dijo que había estado conduciendo todo el día, en compañía de su pareja, con la que regresaba de Marruecos. El americano y su mujer habían alquilado el coche días antes en Lisboa y se encontraban en España de vacaciones.

El conductor fue sometido a la prueba de alcoholemia y drogas, en la que arrojó en un primer momento un falso positivo por anfetaminas. Fue detenido y enviado a prisión preventiva, de la que salió cuando el Instituto Nacional de Toxicología confirmó que no había ingerido ninguna sustancia estupefaciente. El juez le impuso una serie de medidas cautelares, entre las que estaban la retirada del pasaporte y la obligación de comparecer periódicamente en los juzgados, que se levantaron unos días después. La familia ha recurrido el levantamiento de estas medidas cautelares, mientras que el conductor ha solicitado permiso para poder salir de España y regresar a su casa en EEUU hasta que se celebre el juicio.

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