Un corral de vecinos ‘rendido’ al turismo

El Corral del Conde es uno de esos espacios de Sevilla que permanece inalterable por el paso del tiempo. Un oasis enclavado en la calle de Santiago. Probablemente, el ejemplo más representativo de la arquitectura popular sevillana. Según los expertos, el más interesante y completo de todos los que existían, desaparecidos actualmente en gran parte. Pero, pese a esta autenticidad, buena parte de sus viviendas están ya rendidas al turismo. Basta con hacer una búsqueda en las plataformas de reserva más populares para comprobar cómo, al menos, una docena de sus estudios y apartamentos se ofrecen para el alquiler vacacional.

Actualmente, en el Corral del Conde conviven los vecinos con los turistas que acuden a Sevilla y no dejan escapar la oportunidad de alojarse en un espacio único, pintoresco y muy cuidado. El espacio, con varias alturas y unas características galerías porticadas, cuenta con más de 70 viviendas distribuidas en estudios y apartamentos de un dormitorio. La actividad turística en este espacio, propiciada por sus propietarios, es una ejemplo más de la pérdida de identidad de la ciudad y de la incidencia negativa que el turismo tiene para los residentes, que muchas veces son expulsados o no tienen opción de optar a una vivienda puesto que el alquiler vacacional es mucho más rentable.

El Corral del Conde es de origen musulmán, con una importante reestructuración mudéjar, aunque su disposición actual responde a la arquitectura popular del siglo XVIII, que respetó las morfologías tradicionales. El Ayuntamiento de Sevilla lo declaró en ruinas en 1969. En 1975 fue rehabilitado por el prestigioso arquitecto italiano Aldo Rossi. En la ejecución de ese proyecto fue muy importante la mano y la sensibilidad de Rafael Manzano, como él mismo recordó el pasado domingo en una entrevista en este periódico. Posteriormente a esta restauración, el Corral del Conde fue sometido entre 1981 y 1984 a importantes obras de reforma dirigidas por el arquitecto José Manuel Martínez Escribano para su adaptación a edificio de apartamentos.

El Corral del Conde fue declaro monumento histórico-artístico, de carácter nacional (BIC), el 16 de noviembre de 1979, siendo ministro de Cultura el recordado Manuel Clavero Arévalo. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en el informe emitido, con arreglo a las disposiciones sobre el expediente incoado por la Dirección General del Patrimonio Artístico, Archivos y Museos del Ministerio de Cultura, para la declaración de monumento histórico-artístico del Corral del Conde, señalaba que el edificio reunía los suficientes valores “para merecer la mencionada declaración”. En virtud de ese acuerdo, el Corral quedó bajo la tutela del Estado, beneficiándose de una rehabilitación, así como de la posterior exención del pago del IBI por parte de los propietarios al disfrutar de esa condición BIC. Con la llegada de las autonomías y la descentralización de las competencias, el edificio pasó a depender de la Junta de Andalucía.