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Sevilla

Los cultivos del huerto urbano del Parque de Miraflores reducen los niveles de plomo en el suelo

  • Así lo certifica una investigación de campo de estudiantes del IES Hípalis de Sevilla impulsada por la Fundación Descubre

Imagen de archivo del huerto urbano del Parque de Miraflores.

Imagen de archivo del huerto urbano del Parque de Miraflores. / José Ángel García

El proyecto de ciencia ciudadana Planta Bienestar, donde estudiantes del IES Híspalis de Sevilla han medido los niveles de plomo en una parcela de cultivo del Parque de Miraflores, al norte de la capital, presentó sus resultados, donde se concluye que los cultivos de los huertos urbanos permiten reducir los niveles de este metal en el suelo. La iniciativa integrada en el programa regional Andalucía, mejor con ciencia, impulsado por la Fundación Descubre, y en el que colabora activamente la Diputación de Sevilla a través de su Área de Servicios Públicos Supramunicipales, supone la implicación activa de una comunidad para dar respuesta a un problema cercano.

En este tipo de proyectos, el conocimiento científico se produce con la participación activa de la ciudadanía, que aporta su esfuerzo intelectual, el conocimiento de su entorno o sus propias herramientas y recursos. En el acto de clausura participaron los agentes implicados en el proyecto. Asistieron al acto, por parte de la Diputación, la asesora del Área de Servicios Públicos Supramunicipales, Amanda Copete; la directora de la Fundación Descubre, Teresa Cruz; el teniente de alcalde delegado del Área de Juventud, Ciencia y Universidades y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Sevilla, Jose Antonio Barrionuevo; el investigador del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS-CSIC) y asesor científico del proyecto, Rafael López; el presidente de la asociación de hortelanos del huerto urbano de Miraflores, Manuel Fernández y la coordinadora de la iniciativa en el centro, Cristina de la Rosa.

Esta iniciativa se enmarca dentro de la denominada ciencia ciudadana. "Esta nueva forma de generar conocimiento científico involucra a la sociedad en el proceso científico. Este proyecto es un buen ejemplo, donde han trabajado de forma coordinada comunidad educativa y científica, junto con agentes sociales", destacó la directora de la Fundación Descubre, Teresa Cruz.

Conclusiones del proyecto en el Parque de Miraflores

En concreto las conclusiones de este proyecto, donde los estudiantes se han convertido en científicos-ciudadanos, apuntan a que la concentración inicial de plomo en el suelo era moderada. Sin embargo, el cultivo tanto de especies de invierno como de verano han reducido los niveles de este compuesto. En cuanto al tipo de cultivos, las lechugas han extraído más metales que los brócolis. No obstante, todas las hortalizas son seguras y comestibles.

"No se han encontrado en los frutos cantidades peligrosas de plomo ni de otro metal pesado. Por tanto, la fitorremediación del suelo ha sido efectiva. Sin embargo, se necesitaría un periodo de tiempo más largo, ya que la extracción de metales por las plantas resulta lenta", precisa el investigador del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS-CSIC), Rafael López, que asesoró al alumnado y a los docentes del centro para garantizar el rigor de los resultados.

Además del análisis de datos, los participantes del proyecto trasladaron algunas recomendaciones a los hortelanos de la asociación del Huerto Urbano de Miraflores que han participado de forma activa en el proyecto. La materia orgánica del suelo contrarresta la disponibilidad de plomo. De esta forma, se recomienda aumentar la capa de suelo orgánico sobre las parcelas con mayores concentraciones de plomo, para evitar que las plantas accedan a los terrenos más contaminados.

Asimismo, las conclusiones del proyecto desaconsejan prácticas como la utilización de restos orgánicos de la cosecha de las parcelas contaminadas para elaborar compost. Esta estrategia habitual recircula los metales pesados, de forma que no se llegan a eliminar y se devuelven de forma más concentrada al suelo.

Presentación de los resultados del proyecto 'Planta Bienestar' del IES Hispalis de Sevilla. Presentación de los resultados del proyecto 'Planta Bienestar' del IES Hispalis de Sevilla.

Presentación de los resultados del proyecto 'Planta Bienestar' del IES Hispalis de Sevilla. / M. G.

Método científico

El Parque de Miraflores de Sevilla, el huerto urbano más antiguo de España, cercano al centro educativo, ha sido el laboratorio al aire libre para los estudiantes de segundo de Bachillerato, 3º de ESO y del programa de mejora del aprendizaje y rendimiento. Allí han trabajado día a día con los hortelanos para mantener los cultivos de las parcelas.

El alumnado partió de estudios anteriores que apuntaban que las concentraciones de plomo en el suelo y los vegetales se encontraban en niveles elevados. Sin embargo, la causa de esa presencia no está probada. De ahí que los participantes hayan acometido una tarea de documentación para determinar la procedencia de este compuesto, mediante fuentes documentales y entrevistas a los vecinos próximos al parque y usuarios del huerto. "En nuestra encuesta, descubrimos que el problema del plomo es conocido en todos los huertos. Incluso han tomado medidas para arreglarlo, pues en todas las parcelas se han realizado análisis de la tierra para conocer sus concentraciones", relata la coordinadora de la iniciativa en el centro, Cristina de la Rosa.

En cuanto al origen de este metal se apuntan varias hipótesis que tienen en común los compuestos presentes en las pinturas, ya fuesen adheridas a los escombros que había en la zona, ya sea por vertido directo de estos líquidos sobre el terreno. En paralelo al análisis documental, y con las orientaciones del asesor científico, el alumnado dividió la parcela experimental en distintos sectores. En el primero, que sirve de control, no aplicaron ninguna enmienda, sólo el cultivo de hortalizas en dos épocas: invierno y verano. En la segunda, añadieron cenizas al suelo, así cambia el pH y se bloquea la absorción del metal. En la tercera zona, plantaron especies que absorben plomo como, coles, coliflores o brócoli.

Una vez puesta en cultivo la parcela con la orientación de los hortelanos, se recogieron muestras del suelo y de las plantas, tanto en su parte comestible como de las hojas, para analizar los niveles de contaminación por plomo antes y después del proyecto. A los suelos se les aplicó fluorescencia de rayos X. Esta técnica analiza los elementos químicos presentes, no sólo el plomo, también otros como cobre, zinc, manganeso o hierro. En el caso de las plantas, se ha usado Plasma de Acoplamiento inductivo con espectrometría de masas ICP-MS. En esta técnica los elementos químicos se miden con gran precisión para determinar la composición de las hojas y partes comestibles, que contienen cantidades normalmente muy pequeñas.

Proyecto intergeneracional

El proyecto supone una colaboración intergeneracional donde los jóvenes se han implicado junto con personas mayores para aprender sobre técnicas y tipos de cultivo o tareas de desbroce e instalación de riego. Esta tutorización de los hortelanos ha hecho que el alumnado valore un espacio singular del barrio y lo considere suyo.

"Valoramos el trabajo continuado del alumnado que ha venido con muchas ganas e ilusión. Nos gustaría que se mantuviera esta colaboración en el futuro con nuevas iniciativas que mejoren nuestros huertos. Para ello, van a seguir manteniendo esta parcela experimental", adelanta el presidente de la asociación de hortelanos del huerto urbano de Miraflores, Manuel Fernández. Asimismo, los estudiantes han participado en experiencias divulgativas como un Café con Ciencia en la Universidad Pablo de Olavide y han llevado sus conclusiones a las Feria de la Ciencia de Sevilla.

Planta Bienestar forma parte del programa de la Fundación Descubre Andalucía, mejor con ciencia, cofinanciado por la consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades de la Junta de Andalucía. Esta iniciativa de ciencia ciudadana ha sido seleccionada como práctica inspiradora por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). Hasta el momento, el programa ha contado con 22 proyectos de mejora del entorno en comunidad, 3 de ellos desarrollados en la provincia de Sevilla.

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