Calle Rioja

Un cura sin iglesia, una iglesia sin cura

  • Celebración. Emilio Calderón celebra sus bodas de oro sacerdotales y José Carlos Carmona las bodas de plata de la Orquesta y Coro de la Universidad

José Carlos Carmona y Emilio Calderón.

José Carlos Carmona y Emilio Calderón.

El cura no va a estar en la iglesia y el laico sí. El cura, Emilio Calderón (Écija, 1942) celebra sus bodas de oro sacerdotales. El laico, José Carlos Carmona (Málaga, 1963), sus dobles bodas de plata al frente del Coro de la Universidad y de la Orquesta Sinfónica Hispalense que le acompaña con antiguos alumnos del Conservatorio.

Hoy es el gran día para ambos, unidos por la música sacra. Emilio Calderón ha vivido a salto de décadas. Nace en Écija en 1942; hace la comunión en 1952; entra en el Seminario en 1962; se ordena sacerdote en 1972 "y ahora en 2022 me han hecho una escabechina", decía ayer en el hospital donde estaba ingresado en plena convalecencia superando una doble complicación. Eso le va a impedir celebrar hoy sus bodas de oro en la misma iglesia, San Pío X, barrio de las Letanías del Polígono Sur, donde fue ordenado sacerdote por Antonio Montero, obispo auxiliar, recientemente fallecido. "Nos ordenó a Emilio Clemens y a mí. A los demás curas los ordenó por la mañana el cardenal Bueno Monreal en la Catedral".

José Carlos Carmona nunca profesó votos ni tomó hábitos, pero hoy sí estará en la iglesia. Dirigió por primera vez al Coro de la Universidad y a la Orquesta Sinfónica Hispalense el 22 de mayo de 1997 en la iglesia de la Anunciación. Hoy cambia de templo, la de Santa Cruz (21:00), para estas bodas de plata. Mantiene en el repertorio el Magnificat, de Johann Sebastian Bach, que dirigió hace un cuarto de siglo, y cambia el Gloria de Vivaldi por un estreno absoluto, el Réquiem de Marco Mosquera, pianista, subdirector de la orquesta. Un Réquiem lleno de vida.

Unas bodas de oro sacerdotales y dos bodas de plata musicales en dos iglesias

Al cura Emilio Calderón lo vimos hace poco saludar a Rafael Gordillo en el homenaje a Pascual González en el Centro Cívico Ranilla, junto a la antigua cárcel de Sevilla que tantas veces visitó este sacerdote. "Estaba predestinado. Nací en Écija un 24 de septiembre, día de la Merced, patrona de las prisiones. Nazco en la calle Cárcel y llevo para 27 años como capellán penitenciario". En San Pío X sustituyó como párroco a Santos Juliá, que se secularizó, estudió en la Sorbona y volvió a España como uno de los más prestigiosos historiadores. Emilio Calderón pertenece a esa estirpe de los curas obreros.

"Trabajé en los oficios que me salían, hasta que entré de rectificador en la Sidero Metalúrgica que ahora está en el Polígono Aeropuerto".

Carmona no es capellán penitenciario, pero durante una celebración literaria en la prisión de Sevilla 2 encandiló a numerosos internos con la lectura de uno de los relatos de su libro Cuentos para después de hacer el amor. Es un músico polifacético. Es profesor de Historia de la Música y de un Master de Creación Literaria en la Facultad de Comunicación. Dirige el Coro de la Universidad desde 1997. Con un grupo de alumnos del Conservatorio, donde durante quince años fue profesor de dirección de orquesta, formó la Sinfónica Hispalense.

Calderón nace en plena posguerra y Carmona el año que muere Juan XXIII, el Papa que convocó el Concilio Vaticano II al que tan unido generacional y espiritualmente está el párroco de las Letanías. El director del Coro de la Universidad estudió Derecho pero por medio inició estudios de Filosofía. La estudió por la UNED entre Málaga y Estados Unidos, salvo quinto curso, que hace en Sevilla. Allí llevó sus inquietudes musicales, que llegaron al decano, José Luis López, y a la vicerrectora Piedad Bolaños. Unió ambas disciplinas, música y filosofía, en una tesis doctoral que le dirigió su decano.

El párroco Emilio Calderón pospondrá la celebración de sus bodas de oro sacerdotales. Es de la quinta de Santos Juliá y Mallofré. Siempre volcado con los más desfavorecidos, con ese Polígono Sur donde convivieron desplazados de los refugios de Triana o desterrados por la fiebre especulativa y una importante población gitana que es uña y carne con su programa pastoral.

En la ficha técnica de la Orquesta Sinfónica Hispalense están Belén Quirós (soprano); José Carrión (alto); Vicente Bujalance (tenor); y Javier Barea (bajo). Marco Mosquera, autor del Réquiem que se estrena esta noche, nació en México en el seno de una familia ecuatoriana. Con 17 años se fue a completar sus estudios musicales en San Petersburgo, ciudad rusa de la que fue deportado a una cárcel en mitad de la estepa. Después de muchas vicisitudes, encontró acomodo en la Orquesta Sinfónica Hispalense.

Unas bodas de oro sacerdotales y dos bodas de plata musicales en dos iglesias de la ciudad, la parroquia de las Letanías y la iglesia de Santa Cruz, en la calle Mateos Gago. Como en la vida misma y en el repertorio del programa, un pulso entre el Magnificat y el Réquiem. Lección de Teología… y de pura Biología. En la parroquia de San Pío X donde fue ordenado sacerdote Emilio Calderón y donde sigue siendo párroco medio siglo después, ha sonado la música de Juana la del Revuelo, Chiquetete, Esperanza Fernández o Alfonso de Miguel. En los dominios de los Costaleros para un Cristo Vivo que encarnaba Leonardo Castillo, otro de esos curas valientes, irrepetibles.

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