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Nuevo modelo de teléfono móvil Pocas unidades para decenas de aspirantes apasionados

Ese delgado objeto del deseo

  • Unas 60 personas esperaron durante varias horas para obtener alguno de los 20 iPhone que se dispensaron en la tienda de Telefónica en la Plaza Nueva

Aunque la crisis ecónomica aceche en cada esquina, haciendo temblar los bolsillos de los consumidores, y la semana llegue a su fin, el deseo por hacerse con el nuevo móvil de Apple, el iPhone, ganó la batalla ayer viernes en Sevilla. Y eso que sólo había una treintena de aparatos disponibles en la ciudad, en un par de puntos de venta al público.

Para estos madrugadores clientes las horas que pudieran pasar en la cola, a la espera de ser los primeros en ronear de nuevo teléfono, eran una nimiedad. La satisfacción emocional de ser pionero lo es todo para un fanático de las nuevas tecnologías. Unas 60 personas se concentraban a las diez de la mañana a las puertas del establecimiento que Telefónica tiene en la Plaza Nueva. Alberto era uno de ellos: "La cola llegaba a la pared, cuando abrieron no cabíamos", relata este joven de 21 años que critica la falta de género: "Sólo han llegado a dos tiendas, y en San Juan de Aznalfarache hay que apuntarse a una lista de espera", aclara.

Le acompaña un amigo en esta mañana, y curiosamente también se llama Alberto. Van a ser los últimos en hacerse con uno de los 20 iPhone que se pusieron a la venta en este establecimiento. Los Albertos asumen su tardanza para llegar al trabajo, pero no les preocupa si pueden avisar a su jefe con su nuevo terminal.

Un hombre anónimo vocifera que lleva esperando más de cuatro horas. Pero es el único que no comprende la situación, ya que otro explica que "están tardando tanto porque hay que descargar un software específico". Aunque razón no le falta al que protesta, ya que a la explicada espera se le suma que un abuelo ha venido a comprarle el móvil a su nieto. Un tendero le intenta hacer ver al hombre que con el aparato se pueden almacenar miles de canciones. Hace efectivo el pago, con su tarjeta, y mete el preciado tesoro junto a dos cartones de tabaco en una bolsa de unos conocidos grandes almacenes.

Cambia el registro. Ahora le toca a Enrique González, un estudiante de 22 años, aunque su aspecto puede, a priori, dar a entender que conoce hasta el último detalle las características del iPhone, sorprende con su respuesta. "Vi mucha gente en la tienda y entré a por uno", comenta. Ha tenido suerte. Llegó, vió y compró.

Entre tantos tipos de tarifas, capacidad de almacenamiento y pijerías varias, lo que resulta bien raro es la normalidad con la que todo ha transcurrido. Se va acercando el mediodía y nadie se ha tenido que pegar el madrugón, ni ha habido polémica con la posición en la cola. Algunos llegaron tarde, asumiendo el riesgo de no adquirir nada, pero una dependienta va recogiéndolos y los va apuntando en una lista de espera. "No se preocupen, el lunes todo el mundo puede comprarlo en El Corte Inglés", recuerda la trabajadora. Sujeta varios folios escritos con nombres anónimos. No puede dar datos sobre las ventas, pero considera que: "para ser el primer día y haber tan pocos teléfonos, ha venido mucha gente". Pasa de nuevo entre los que esperan y le espeta a uno de ellos: "ya te queda menos para comprarlo".

Este último se llama Paco Romero, es empresario y tiene 25 años. Antes de preguntarle nada, muestra un modelo anterior del iPhone que adquirió en una visita a los Estados Unidos: "Lo compré a un precio buenísimo, me costó 150 euros" y adelanta que este nuevo le va a salir por cero euros. ¿Gratis? "Sí, porque voy a gastar los 145.000 puntos de mi saldo".

"El que venga para comprar un simple móvil, se va a llevar un chasco", señala uno de tantos, que aclara que lo que más le atrae del aparato es el diseño.

Juan es un empresario de 39 años, aunque parece rejuvenecer estando en la fila: "Esto me recuerda a los niños esperando la última aventura de Harry Potter". No se considera un friqui, pero se siente uno de ellos esta mañana. Lo utilizará más para el trabajo que para el ocio, debido a que siempre anda en su coche y necesita revisar el correo electrónico. La cola va desapareciendo y el lunes habrá móviles para todos.

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