La demolición del psiquiátrico se iniciará en breve y estará para mayo

La Diputación Provincial de Sevilla ha adjudicado a la empresa Herri Berri S.L. las obras de demolición del viejo hospital psiquiátrico de Miraflores, que está en desuso desde los años 90, cuando tras la reforma psiquiátrica dejaron de producirse nuevos ingresos de pacientes. La actuación se licitó a finales del pasado mes de agosto por casi 573.000 euros y por ella pujaron un total de 21 sociedades. La gestión del todo el proceso se encomendó a la sociedad de la Diputación Sevilla Activa.

Según han informado ahora fuentes del organismo, el contrato con la empresa está firmado desde el pasado 15 de diciembre. A partir de ese momento, la adjudicataria tiene una serie de plazos marcados por el procedimiento administrativo para que se inicie la ejecución de la obra, algo que ocurrirá en breve, y terminarla. La previsión es que el edificio esté demolido del todo para el próximo mes de mayo, algo más tarde de lo que la Diputación estimó en un principio.

Una vez demolidos, los 5.000 metros cuadrados que ocupa el inmueble se quedarán acondicionados como un solar, ya que no hay previsto que el terreno se use para algún otro proyecto a "corto y medio plazo". No obstante, y dentro del complejo de Miraflores, de unas 30 hectáreas y en el que se ubica el hospital, hay otros pabellones y edificios en uso que albergan, entre otros servicios de la Diputación, la residencia San Ramón, para enfermos de alzhéimer, y dos unidades de discapacitados psíquicos, una de adultos (en las que siguen algunos de los últimos residentes del psiquiátrico) y otra de gravemente afectados. Otros edificios están cedidos también a organizaciones sin ánimo de lucro.

Según se explicó desde la Diputación cuando se confirmó que el histórico hospital sería demolido, el inmueble sufre un grave deterioro que hace que cualquier rehabilitación resulte más cara que construir un inmueble nuevo adaptado al uso que se estime, y más teniendo en cuenta que no cumple ninguno de los requisitos constructivos que se exigen en la actualidad. Ha sufrido actos de vandalismo e, incluso, un incendio en su interior.

Prácticamente, no ha tenido un uso destacado desde hace más de 25 años. Los últimos 16 residentes salieron en 1999. Desde 1984, cuando se aprobó la reforma psiquiátrica, dejaron de producirse nuevos ingresos, aunque el hospital, con 24.000 metros cuadrados construidos, llegó a albergar a 1.500 personas cuando funcionaba incluso por encima de sus posibilidades.

En los años 80, cuando ya se habían incorporado nuevos profesionales de la psiquiatría al centro, imbuidos de los cambios sociales que estaba experimentando el país, fueron muy celebrados en Sevilla los festivales de Salta la tapia, que incluían actuaciones musicales y exposiciones en el recinto, en un intento por abrirlo a la sociedad sevillana e intentar romper el estigma y los prejuicios en torno a las enfermedades mentales.