Las demoras se disparan en los grandes hospitales

Al crecimiento 'natural' de las listas de espera por el envejecimiento se suman desde hace meses recortes en el SAS con un impacto directo en la puerta de los quirófanos

Pacientes y personal médico en el acceso al Hospital Virgen Macarena.
Pacientes y personal médico en el acceso al Hospital Virgen Macarena.
Noelia Márquez

25 de noviembre 2012 - 05:03

Los continuos recortes en el SAS y la creciente demanda asistencial provocada por el envejecimiento de la población tienen un impacto directo en las listas de espera para las intervenciones quirúrgicas, principalmente en los grandes hospitales. Es el caso, por ejemplo del Hospital Virgen Macarena, donde cada año desde 2010, alrededor de mil enfermos engrosan la cola para una operación, hasta sumar las 8.134 personas que, en estos momentos, esperan para entrar en quirófano. Esta cifra giraba en torno a los 6.000 pacientes en 2010; y en torno a las 7.000 personas en 2011. Oftalmología y Traumatología son las especialidades que acumulan más demora en el Macarena hasta alcanzar los 300 días, según datos facilitados por el Sindicato Médico.

El aumento natural de las listas de espera, que es lento e inexorable, está provocado por múltiples causas: la incorporación de las nuevas técnicas quirúrgicas en los hospitales, junto a otros avances logrados en Medicina; el crecimiento demográfico, así como el envejecimiento progresivo de la población. A este aumento natural de las listas de espera se añaden ahora otros factores: los continuos recortes en la asistencia.

La pérdida de personal por la reducción de la jornada a los profesionales eventuales, así como el malestar general en todas las plantillas sanitarias, que se ha traducido en paros y en huelgas del personal médico, hacen mella a la asistencia. Los enfermos sufren así una pérdida continua en la calidad de la atención sanitaria que reciben y un retraso a la hora de los diagnósticos, pruebas y tratamientos. Esta situación, que deteriora gravemente la Sanidad Pública, conlleva que el aumento natural de las listas de espera se dispare, desde hace meses.

Los últimos datos publicados por la Consejería de Salud, que datan de diciembre de 2011, apuntan a una espera media que gira entre los 26 y los 82 días en el área hospitalaria Macarena para el conjunto de las intervenciones quirúrgicas con garantía de 180 días como máximo de demora. Pero más allá de las cifras, fuentes médicas en los hospitales constatan que las esperas se están alargando desde hace tres años, cuando comenzaron los primeros recortes a los profesionales y los contratos precarios, mes a mes, a los especialistas.

A los ajustes en el capítulo de personal se añaden los recortes en material médico y de enfermería, lo cual acumula aún más esperas ya que los profesionales tienen que aguardar ahora por instrumental o medicamentos que antes estaban listos de inmediato. Las víctimas de todos estos recortes en la asistencia del SAS son los pacientes.

Otro de los problemas que crece son las denominadas altas precoces, un problema generalizado en los hospitales. Los especialistas se suelen sentir obligados en un creciente número de casos a dar de alta a los pacientes de manera prematura para así reducir gastos y desocupar camas de hospitalización. Las órdenes de dar altas precoces proceden de autoridades sanitarias o de responsables de servicios hospitalarios. Los casos son muy variados: por ejemplo, el caso de un proceso infeccioso en el que un día el paciente deja de tener fiebre. En lugar de esperar al menos un día más para comprobar la evolución y constatar que la fiebre no reaparece, el médico procede a dar el alta médica. O por ejemplo, cuando un facultativo observa una radiografía de un paciente y sospecha que una mancha podría ser un posible tumor, en lugar de mantener al enfermo ingresado una semana más para someterlo a las pruebas y tratamientos oportunos, el médico se ve obligado a derivarlo a consultas externas. El paciente inicia así un circuito con cita previa, consulta y prueba diagnóstica de alrededor de un mes para que los profesionales sanitarios comprueben un problema que podría haberse solucionado en una semana con un ingreso hospitalario más prolongado. Son casos anónimos pero que se registran en los hospitales públicos.

Desde las centrales sindicales como Satse y Sindicato Médico y desde la plataforma MIR se ha reclamado en múltiples ocasiones a la Junta que excluya la asistencia al enfermo de los recortes y que los aplique en aquéllas áreas de la Administración -agencias o empresas públicas- que no atienden directamente a los enfermos para evitar esta pérdida de Salud.

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