El dentista del Porvenir denunciado fue suspendido 2 meses por el Colegio

Pendiente de juicio la denuncia penal de una paciente. El despido de la plantilla fue "improcedente".

A. S. Ameneiro · N. Márquez

28 de septiembre 2015 - 05:03

El reciente caso de la clínica Caredent de Triana recuerda al que tuvo lugar a finales de 2012 con la clínica del Porvenir del doctor Mariano S. B., cuyo caso fue resuelto finalmente por el Colegio de Médicos con una sanción por "falta grave" de dos meses de suspensión temporal de la profesión.

El dentista cerró el negocio tras incendiarse la clínica y dejó sin atención a 26 pacientes que lo denunciaron en el Colegio de Médicos de Sevilla por no facilitar la continuidad de los tratamientos dentales prescritos comenzados a abonar o abonados en su totalidad, por no facilitar copia de sus historias clínicas, por reclamación de cantidades económicas y por no prestar una atención médica de calidad, según el expediente consultado por este periódico.

El Colegio cerró el 30 de junio de 2014 el expediente disciplinario abierto a este estomatólogo desestimando las denuncias médicas de las 26 pacientes afectadas. La sanción fue únicamente por descalificar a otro médico en un escrito que envió a una paciente, concretamente al entonces decano de la Facultad de Odontología, Pedro B. F., según el expediente consultado. El expedientado es colegiado en esta institución y no en el colegio de Odontología.

El Colegio afirma como hechos probados "que no es cierto que el expedientado haya estado ejerciendo su profesión en Málaga" tras cerrar la clínica, pese a que en octubre de 2013 aparecía entre los profesionales de la malagueña Prodentis, que así lo confirmó a este periódico, y pese al aviso dado entonces por el Colegio de Médicos de Málaga.

En los tribunales, aún no se ha resuelto la denuncia penal contra este cirujano maxilofacial por una paciente a la que dejó sin dientes, un caso que está en fase preparatoria para el juicio que se celebrará en 2016, según explicó a este periódico la abogada María José González, que defiende también a la plantilla despedida. Las cinco empleadas que fueron despedidas días antes del incendio de la clínica han ganado los juicios por "despido improcedente" en los Juzgados de lo Social de Sevilla, aunque no han podido cobrar por la insolvencia de la empresa.

Las denuncias desestimadas de las 26 pacientes se refieren a hechos que la norma colegial considera infracciones "muy graves" por reiteración sancionables con la suspensión de la profesión por un tiempo superior a un año e inferior a dos.

Pero finalmente el Colegio asumió los argumentos de defensa del denunciado. El dentista alegó que no pudo continuar los tratamientos abonados porque de mayo de 2012 a mayo de 2013 estuvo de baja médica, que despidió al personal el 13 julio de 2012, que le quemaron el coche esa noche y que un incendio quemó la clínica del 21 a 22 julio de 2012. Defendió que colgó carteles para que las pacientes fueran atendidas por otra profesional, pero las denunciantes no fueron atendidas por ella. En septiembre de 2012 un informe clínico certifica que Mariano S. B. presenta "trastorno de adaptación con alteración mixta de las emociones y de conducta disocial y trastorno específico de la personalidad".

A las denuncias por no entregar las historias médicas respondió que no pudo darlas porque la mayoría se pidieron tras el incendio, según reza en el expediente consultado. A la reclamación de cantidades económicas dice que cobró los honorarios debidos y el Colegio aclara que no le competen las reclamaciones de cantidad.

A las denuncias por no prestar una atención médica de calidad responde "haber guardado una cálida relación con la mayoría de sus pacientes y que a todos ellos se les hacía entrega de su consentimiento informado, en el que se hacía saber que serían atendidos tanto por él como por alguno de sus colaboradores".

La institución sólo sancionó su conducta con otro médico

El asesor jurídico del Colegio de Médicos de Sevilla, Santiago P. Campo, asegura que el dentista Mariano S. B. fue sancionado a "dos meses de inhabilitación por falta grave de los artículos 37 y 38, una sanción disciplinaria por motivos exclusivamente éticos". Campo insiste en explicar que durante el proceso disciplinario que se abrió en el Colegio de Médicos "se tuvieron en cuenta todas las denuncias si bien sólo se pudo valorar parcialmente el expediente", concretamente lo referido a "su actitud con un compañero", de modo que en la actualidad Mariano S. B. puede seguir ejerciendo como dentista. El asesor jurídico de la institución colegial recuerda que Mariano S. B., tras el aluvión de denuncias, se instaló en Francia y en otros puntos de Europa. "Para tramitar la notificación del expediente lo tuvimos que realizar a través del colegio de médicos francés", recuerda. Campo mantiene que en el expediente, que se resolvió el 30 de junio de 2014, no se tuvo en cuenta las denuncias de pacientes bien "porque los propios afectados desistieron de continuar con el proceso, o bien porque los hechos prescribieron". En su perfil profesional de Facebook Mariano S. B. cita el Hospital Virgen del Rocío, pero tanto el Hospital como el Colegio niegan que tenga plaza o esté allí trabajando.

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