Medio Ambiente

El diésel, un combustible en decadencia

  • La venta de vehículos de gasolina en Sevilla aumenta cinco veces más que la del gasoil

  • El Ayuntamiento no tiene planteada ninguna medida para gravar estos coches

Un surtidor de diésel de una gasolinera sevillana.

Un surtidor de diésel de una gasolinera sevillana. / Belén Vargas

“El diésel tiene los días contados”. Las palabras de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, han provocado la alarma en la industria automovilística española. El combustible por el que se decantaron fabricantes y conductores hace décadas está conociendo ya el fin de su apogeo. Un declive que no es nuevo, pues en la provincia de Sevilla las ventas de vehículos de gasoil crecen a una velocidad mucho más lenta que las de la gasolina, una tendencia opuesta a la que se registró hace una década. El Ayuntamiento de la capital andaluza, al contrario de lo que está ocurriendo ya en otras ciudades europeas, no contempla por ahora tributar el uso de este combustible por la contaminación que provoca en el aire.

El debate sobre el diésel no es nuevo. Comenzó hace años. Los ayuntamientos de ciudades europeas, como Berlín, París o Estocolmo, fueron los primeros en dar el paso con medidas que restringían el tránsito de vehículos que emplean este combustible por sus calles. El punto de inflexión llegó el pasado invierno. Los jueces alemanes daban permiso a los alcaldes para implantar medidas que contribuyeran a reducir la contaminación atmosférica. En este propósito se incluyen los planes que limitan el uso del gasoil. Tras el cambio que se ha producido en el Gobierno español, uno de los primeros anuncios más polémicos del Ejecutivo de Pedro Sánchez lo ha protagonizado esta semana la ministra Teresa Ribera. En palabras de la socialista, el diésel tiene un fin cercano. Afirmación que ha levantado las críticas y el estupor en el sector automovilístico español.

Evolución de las matriculaciones por combustible. Evolución de las matriculaciones por combustible.

Evolución de las matriculaciones por combustible. / FUENTE: Faconauto. GRÁFICO: Dpto. de Infografía

El presidente de Faconauto (patronal de los concesionarios de España), Gerardo Pérez, se ha mostrado muy crítico con las declaraciones de la ministra. “Resulta muy arriesgado hablar de la muerte de una tecnología que supone el 70% de nuestras ventas y que es esencial en los transportes. Sus palabras suponen un ataque a la economía del país”, asevera Pérez. Este empresario considera que la sustitución de los combustibles tradicionales por las energías renovables ha de ser un proceso “gradual”, no inmediato, entre otros motivos, porque, a su juicio, el país aún no está preparado para dicha transformación. Lejos de que los vehículos diésel se cambien por los eléctricos o híbridos, la realidad es bien distinta. “El mercado del gasoil simplemente está dando paso al de la gasolina”, afirma el presidente de Faconauto.

El 58% de las matriculaciones en Sevilla son de vehículos diésel

Un cambio que se evidencia en la provincia de Sevilla, según los datos que maneja la patronal de concesionarios. La provincia cerró 2014 con 14.156 matriculaciones de vehículos diésel. En el primer semestre de este año dichas ventas han alcanzado los 7.449 coches. Todo el acumulado durante este tiempo asciende a 79.982. Una cifra bastante superior a la obtenida en las matriculaciones de gasolina, el segundo combustible más usado por los sevillanos, que sumaron desde finales de 2014 a mediados del presente ejercicio 46.448. La diferencia resulta, por tanto, más que evidente. En el reparto total, los vehículos de gasoil suponen el 58,5% de las ventas en estos cuatro años y medio, mientras que los de gasolina el 37,2%. El resto se lo reparten los coches híbridos y eléctricos, un porcentaje del 4% al que se le puede calificar de residual.

Pese a que la hegemonía del diésel es, a todas luces, más que evidente en el parque móvil de Sevilla, este predominio empieza a menguar, a entrar en declive. Para ello, debe atenderse a los porcentajes de crecimiento que aporta la misma estadística. Durante el mencionado periodo las matriculaciones de gasoil aumentaron un 5,65% respecto al acumulado anterior (de 2013). Pues bien, esta cifra queda muy por debajo de la registrada en la gasolina, en la que la subida llegó al 27,23%, esto es, cinco veces más que el incremento del diésel. Unos datos que ratifican las palabras del presidente de la patronal de concesionarios. El aumento del mercado del gasoil empieza a frenarse. Su incremento es mucho más reducido que el de la gasolina, que cada vez tiene más adeptos entre los conductores sevillanos.

¿A qué se debe este cambio de tendencia? Por un lado, a la fabricación de motores más eficientes de gasolina que reducen el gasto en este combustible. Y por otro, a las medidas fiscales que imponen con mayor frecuencia los países para restringir los vehículos diésel, a los que, con el paso del tiempo y en contra de lo que se pensó en su origen, tienen un alto poder contaminante. En este último aspecto las administraciones pioneras han sido las que gobiernan las ciudades europeas.París, en este sentido, es todo un ejemplo. Su alcaldesa, Anne Hidalgo, ya anunció el año pasado que en 2025 el gasoil estará prohibido en la ciudad. Una aplicación que no será inmediata, ya que forma parte de un proceso que se puso en marcha en 2017, cuando se prohibió la entrada a la ciudad de vehículos fabricados entre 1997 y 2000. Aquellos conductores que incumplan la normativa han de afrontar sanciones de 22 euros. En Berlín se aplica un sistema de pegatinas que deben llevar todos los coches. Sólo pueden acceder a la capital alemana los que tengan el distintivo verde, al ser los menos contaminantes.

En otras ciudades se ha optado por el copago. Este tributo busca reducir el tráfico rodado en los cascos urbanos. Estocolmo fue la primera en dar el paso. Lo hizo en 1996. Hace 11 años fue a más. Después de que los vecinos lo aprobaran en referéndum, las entradas y salidas del centro están vigiladas con cámaras de control que graban las matrículas de los vehículos que acceden a dicha zona. Para circular por ella han de pagar una tasa. Los de diésel y gasolina que no empleen catalizador tienen prohibida la circulación por determinados enclaves. En Londres, por ejemplo, conducir por el centro supone un abono diario de 10 libras, cantidad de la que están exentos los coches eléctricos.

También se han establecido zonas de baja emisión en varias capitales europeas. En ellas sólo tienen acceso los vehículos más ecológicos. En el Reino Unido, de hecho, se ha generado un amplio debate, ya que muchos padres exigen que se elimine de contaminación los entornos más cercanos a los colegios, debido a los problemas que la emisión de los combustibles tradicionales puede provocar en la salud de los niños a largo plazo.

Tráfico en la Ronda Histórica de Sevilla. Tráfico en la Ronda Histórica de Sevilla.

Tráfico en la Ronda Histórica de Sevilla. / Belén Vargas

En España varios gobiernos autonómicos han anunciado medidas similares. Uno de ellos ha sido Mallorca, a la que acuden numerosos turistas durante todo el año. En las Islas Baleares se ha puesto una fecha límite para que por sus ciudades sólo circulen vehículos eléctricos: 2050. Previamente se irá reduciendo la circulación de coches que funcionan con combustibles fósiles. Los primeros, en 2025, serán los diésel (sólo se permitirán los que ya estén matriculados en el archipiélago, no así los que procedan de la península). En 2030 tal medida se aplicará a los de gasolina.

Más inmediata aún será la restricción aprobada por el Ayuntamiento de Madrid, gobernado por Manuela Carmena. En noviembre no podrán circular por el centro los coches de diésel matriculados antes de 2006. Tampoco podrán hacerlo los de gasolina que lo estén antes de 2000.

Todos los regidores municipales se basan para impulsar estas iniciativas en los Acuerdos de París que luchan contra el cambio climático. En Sevilla, pese a aplicarse los últimos años importantes políticas de carácter medioambiental, el gobierno que dirige Juan Espadas aún no se ha planteado ninguna restricción de los motores diésel en el casco urbano. La medida más cercana al respecto fue la que se llevó a cabo durante el mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín con el Plan Centro, que reducía de forma drástica la circulación por el casco antiguo. Esta polémica iniciativa fue derogada por Juan Ignacio Zoido al hacerse con la Alcaldía en 2011.

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