La gripe aviar ha causado la muerte de los patos en los parques de Sevilla

El Ayuntamiento está a la espera del resultado definitivo que determinará si se trata de una variante de alta o baja virulencia

Ecologistas en Acción apunta a la falta de gestión municipal e insiste en que la mortandad de animales en estanques y parques de Sevilla no son "hechos aislados o sobrevenidos.

El Ayuntamiento eleva a 62 la cifra de gansos muertos en el Parque del Tamarguillo

Aves enfermas en los parques de Sevilla / Ecologistas en Acción

02 de septiembre 2025 - 11:38 Actualizado: 02 de septiembre 2025 - 12:46

El Ayuntamiento de Sevilla ha informado este martes de que los resultados de las pruebas realizadas tras la aparición de aves muertas en el Parque del Tamarguillo confirman la presencia de gripe aviar (Influenza Aviar). La Consejería de Agricultura ha trasladado estos resultados después de enviar las muestras al laboratorio de referencia de Algete (Madrid), dependiente del Ministerio de Agricultura. En este momento se está a la espera del resultado definitivo que determinará el nivel de patogeneicidad, es decir, si se trata de una variante de alta o baja virulencia. El Ayuntamiento mantiene un contacto permanente con la Junta de Andalucía a través de las consejerías de Medio Ambiente, Salud y Agricultura, para coordinar todas las actuaciones necesarias.

Durante la jornada de hoy han aparecido otros seis gansos muertos en las mismas circunstancias que en días anteriores. Desde el pasado martes se han contabilizado 68 aves fallecidas en el parque.

El Ayuntamiento ha ido adoptado distintas medidas de forma inmediata desde la aparición de los primeros cadáveres. La principal fue el cierre del Parque del Tamarguillo por "precaución" mientras se esclarecían las causas de lo ocurrido. También solicitó análisis de agua y necropsias en laboratorios especializados, dependientes de organismos oficiales y universidades. Los resultados preliminares ya descartaron que el agua fuese la causa porque no se detectaron metales pesados, residuos de pesticidas ni productos fitosanitarios multirresiduo. Tampoco se han observado, a priori, indicios de cianobacterias y el nivel de materia orgánica se encuentra en valores adecuados. En todo caso, el Ayuntamiento continúa a la espera de la necropsia que tardará unos veinte días.

Por supuesto también existe un "seguimiento del protocolo oficial" mientras llegan los resultados finales que determinen el nivel de virulencia de la gripe aviar. "Estamos a la espera de los resultados definitivos sobre el nivel de virulencia de la gripe aviar y a continuación seguir el protocolo de actuación que nos indiquen desde la Junta de Andalucía", explican fuentes municipales.

El área de Arbolado, Parques y Jardines, Espacio Público, Consumo, Cementerio y Protección Animal, por su parte, está trabjajando en la puesta en marcha de un contrato específico para la gestión de la fauna urbana en todos los parques de la ciudad, que "nunca había estado regulada", según las mismas fuentes. "A partir de ahora se incorporará a la planificación municipal de la misma forma que ya se hace con el arbolado y las zonas verdes", ha indicado el Ayuntamiento.

La denuncia de Ecologistas en Acción

La noticia se ha conocido poco después de que la organización Ecologistas en Acción denunciase el "deplorable estado" en el que se encuentran los estanques y los parques de Sevilla, "convirtiéndose en focos de enfermedades que afectan a una fauna ya debilitada por el deterioro ecológico. Si la salud ambiental de los parques y jardines es deficiente, la biodiversidad —ya disminuida por múltiples causas— no logra amortiguar los impactos. Aves, peces y anfibios lo acusan directamente, llegando a desembocar en mortandades masivas o incluso en episodios de zoonosis”, han señalado.

Según la Federación de Ecologistas, el estado de los estanques "se debe a la deficitaria gestión y al irregular mantenimiento que tienen los cuerpos de agua en la ciudad", algo que los ecologistas consideran que ha convertido muchos de ellos "en un criadero de enfermedades para una fauna acuciada por el grave deterioro ecológico".

“Si la salud ambiental es deficiente en los parques y jardines, la biodiversidad, que se encuentra disminuida por diferentes causas, no consigue amortiguar los impactos y tanto aves, peces y anfibios lo acusan, pudiendo desembocar en mortandades masivas o en casos de zoonosis” es la declaración de Ecologistas en Acción al respecto del último episodio de muerte de aves en distintas partes de la ciudad de Sevilla. Esto es evidente, especialmente, en los ecosistemas cerrados que constituyen los estanques públicos de los parques urbanos de María Luisa, Tamarguillo y Miraflores, donde han aparecido un centenar de aves muertas en los últimos días. “Cuando esto ocurre se apresuran a anunciar investigaciones para aclarar las causas, pero en pocas ocasiones se hacen públicos los resultados” sentencia la ONG. La ordenanza de arbolado señala expresamente que corresponde al Ayuntamiento de Sevilla la responsabilidad de proteger el patrimonio natural de la ciudad y velar por la “buena conservación y mantenimiento de las diferentes especies animales existentes en los parques, jardines y estanques públicos municipales”. Desde la organización recuerdan que los ayuntamientos están obligados a cumplir la Ley de Transparencia que asegura el derecho de acceso a la información, de participación pública y de justicia en materia de medio ambiente (Ley 27/2006 y Ley 19/2013).

El año pasado la mortandad masiva en el Parque de María Luisa se achacó a una posible pelea entre aves, que ocasionó la muerte de varias anátidas y once cisnes, algunos juveniles. Tanto la ordenanza como los compromisos que se adquirieron hace un año tras este suceso, han resultado papel mojado. Las primeras hipótesis este verano hablaban de colonias felinas salvajes. "El número de animales encontrados muertos en el Parque del Tamarguillo se acerca ya al centenar y se ha procedido a clausurar el parque de manera preventiva, algo que, en cambio, no ha ocurrido en el Parque de Miraflores" donde las masas de agua estancada se encuentran en un estado lamentable a escasos metros de un bar, “una absoluta irresponsabilidad” para los ecologistas. "Si realmente no se trata de ocultar lo que está pasando en el parque del Tamarguillo ¿por qué no se han cerrado el resto de parques donde está ocurriendo lo mismo? En el parque de Miraflores, los veladores se encuentran a escasos metros de las aves muertas, mientras en el Parque de María Luisa las personas pasean junto a pollitos moribundos. Según la organización “es evidente que no se trata de gatos, ni de peleas entre aves lo que está detrás de estas muertes masivas, sino del grave deterioro ecológico fruto de diversos factores” que trataremos de enumerar a continuación.

Es cierto que las colonias felinas impactan severamente en la fauna silvestre, no obstante, la salud ambiental de una zona verde empieza por parámetros que intervienen desde el ciclo de nutrientes, el aumento de temperatura, la falta de aireación y aporte de agua limpia en los estanques, a la aparición de enfermedades emergentes y la mala calidad del entorno, en general, a causa de la contaminación y los vertidos sin tratar. "El exceso de nutrientes es una de las causas por las que se producen episodios de eutrofización y anoxia de las aguas estancas que llevan a las recurrentes mortandades masivas de peces. Los fertilizantes, pesticidas y otros productos que se usan para controlar el crecimiento de hierbas se disuelven con facilidad y terminan en las masas de agua. Herbicidas a base de glifosato que conviene recordar, es altamente tóxico para el medio ambiente y potencialmente cancerígeno en seres humanos, a pesar de ser usados con asiduidad en calles y parcelas públicas. Todo ello va deteriorando el hábitat que en muchas ocasiones afecta a la reproducción de las especies", afirman los ecologistas.

Por el contrario, los ecologistas argumentan que esta mortandad "es algo que no suele ocurrir en parques bien gestionados, como el Alamillo, y en áreas semi-naturalizadas con aguas temporales, como las lagunas del Sapo, donde el estiaje en verano permite la limpieza natural de los fondos que nutren a la vegetación antes de las lluvias. Los estanques que se mantienen con sistemas de depuración y control químico, inevitablemente, tienden a acumular residuos en el fondo, máxime cuando el alimento se dispensa dentro del agua, sea por las personas encargadas del mantenimiento o por quienes hacen uso de los parques. Restos que hay que eliminar físicamente con cierta frecuencia. Si no se hace o se hace a destiempo, el resultado puede ser dramático, como ocurrió en julio de este año en el estanque de los Lotos del Parque de María Luisa; precisamente en el momento que más avifauna hacía uso del agua a causa del calor, el estanque era una masa de fango con animales muertos a escasos metros de la puerta principal de los macroconciertos".

Las soluciones no hay que ir a buscarlas muy lejos. Existen experiencias que han demostrado la eficacia de medidas de gestión natural de las masas de agua estancada que no requieren excesivo mantenimiento, como el programa del Jardín Botánico de Córdoba o los trabajos de ingeniería ambiental de Julián Lebrato en el Parque de los Príncipes y en Torreblanca. Aquí, como en el Parque del Alamillo, se utilizan las llamadas “soluciones basadas en la naturaleza” que permiten pasar del “cloro a la biodiversidad”, como hace en Córdoba Mónica López, sin necesidad de realizar limpiezas del fondo exhaustivas, evitando episodios de mortandad de animales como los citados y asegurando, en definitiva, garantizar la seguridad y el bienestar de los animales en un entorno saludable.

"Las muertes masivas no son gratuitas, van de la mano de factores que alteran el equilibrio del ecosistema acuático", advierten desde la organización. "Cuando no funciona de manera natural y aumenta la carga de nutrientes, por ejemplo, se produce un incremento de algas. Esto va alterando el ecosistema y basta que llegue una bacteria oportunista o un parásito que sea vector de una enfermedad, para que ocurran situaciones como esta. Prevenir los cambios bruscos en los niveles de agua evita la muerte de invertebrados y vertebrados, como los peces, aumentando así la cantidad de materia orgánica en descomposición. El incremento de restos orgánicos también puede ser causado por factores como la presencia de aguas residuales, aumentando el riesgo de proliferación bacteriana en el ambiente. A menor volumen de agua, más frágil y sensible se vuelve el ecosistema: por ejemplo, una pequeña diferencia de temperatura le afecta más. Evitar los vertidos y detectar fechas de riesgo podría ser el primer paso para que no vuelvan a ocurrir, ni debamos lamentar casos de zoonosis en el futuro", insisten.

La conclusión es que lo ocurrido no es algo sobrevenido, ni casual, sino que las mortandades masivas son el resultado de una deficiente gestión de los estanques, cuerpos de agua y humedales urbanos, especialmente si son permanentes. Si hacemos inventario de los casos pasados (ver referencias abajo) comprobaremos cómo cada año ha ido empeorando la salubridad y el estado de la calidad de las aguas en Sevilla, con el aumento en la frecuencia de episodios de este tipo. Y no es necesario esperar una elevada mortandad de animales: se produce constantemente un goteo de animales muertos en todos los espacios referidos. “El Área de Parques y Jardines comente los mismos errores desde hace años y la realidad del Zoosanitario es tercermundista. Se trata de una situación heredada de anteriores corporaciones que ha ido empeorando con el tiempo”.

Y por último, los ecologistas señalan que una cuestión importante es "la falta de transparencia. El procedimiento es abrir investigaciones y hacer públicos los resultados, genera desconfianza. “No conocemos las conclusiones de las mismas, algo que sería muy útil para mejorar la gestión futura. No son únicamente los gansos del Tamarguillo, también son pollos de anátidas y gaviotas. Es dantesco. Sea cual sea la causa de la mortandad masiva, se ha roto la barrera interespecífica y no está afectando solamente a gansos, sino a especies que suelen vivir asociadas a aguas paradas”.

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