El embrión de un futuro museo

La capilla de Santa María de Jesús acoge desde ayer una de las ofertas culturales más interesantes de estas fechas navideñas en la ciudad: la muestra de una amplia selección de los fondos arqueológicos que, desde mediados del siglo XIX, atesora la Universidad de Sevilla.

Un museo en la Universidad. Colecciones arqueológicas de la Universidad de Sevilla (Siglos XIX y XX), que permanecerá abierta hasta el próximo 26 de enero, conjuga el evidente interés del contenido -más de 130 piezas que van desde el Paleolítico hasta la Tardoantigüedad- con el encanto del continente, la pequeña iglesia gótico-mudéjar de la Puerta de Jerez que, precisamente, fue el primer templo de la Universidad de Sevilla. Todo un acierto que no pasó por alto para los comisarios de la muestra, José Beltrán Fortes y Rosario Huarte Cambra, quienes recordaron que el que fundador de la Hispalense, maese Rodrigo Fernández de Santaella, sale retratado en la pieza central del retablo pintado por Alejo Fernández hacia 1520 entregando una maqueta del edificio a la Virgen de la Antigua. Como anfitrión del acto, el Consejo General de Hermandades y Cofradías, actual titular del templo.

El recorrido de la muestra tiene dos bloques de interés. En el primera se explica con documentos originales la formación de una colección que tuvo dos núcleos fundacionales: el Gabinete de Historia Natural fundado en 1850 por Antonio Machado y Núñez, introductor del darwinismo en Sevilla; y las piezas del Museo de la Facultad de Filosofía y Letras creado por el rector Adolfo Morís y Fernández-Vallín en 1898. Este museo, que estaba en una dependencia anexa a la biblioteca de la antigua sede de Filosofía y Letras de la calle Laraña, desapareció con el traslado de la Hispalense a su actual sede de la Fábrica de Tabacos. El profesor José Beltrán Fortes no dudó ayer en pedir tanto al rector Antonio Ramírez de Arellano como a la directora del Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla, Concha Fernández, ambos presentes, la formación de un nuevo museo permanente de la Hispalense que permita a los ciudadanos disfrutar de su rico patrimonio.

El segundo bloque es el compuesto por las vitrinas con las piezas arqueológicas ordenadas por un criterio cronológico e histórico que describe un itinerario desde la Prehistoria hasta la Tardoantigüedad del siglo VII d. C. Independientemente del criterio profesional de los arqueólogos, que buscan más el valor científico de las piezas que su belleza, lo cierto es que este conjunto contiene cerámicas, esculturas, amuletos, etc. de un gran valor estético. En concreto, resaltan objetos como el Kalpis de figuras rojas de origen greco-itálico, los amuletos y divinidades egipcios, la escultura romana figura oriental encontrada en Alcolea del Río, las cerámicas ibéricas decoradas con semicírculos concéntricos, o los platos negros de cerámica romana.

Como curiosidad, también se exponen algunas piezas de loza quebrada que se usaron en la construcción de la bóveda de la capilla en el siglo XVI y que aparecieron durante su restauración a principio de la década de los 70.