Metrópolis | Calle Cuna

Todo empezó como un cuento de Dickens

  • Pasajes. Cuna se une en el espacio con Sierpes y Puente y Pellón por sendos pasajes y en el tiempo con una historia de niños expósitos acogidos a la beneficiencia en una casa instituida por el arzobispo Valdés a la que la calle le debe su nombre

La calle Cuna vista desde la plaza del Salvador.

La calle Cuna vista desde la plaza del Salvador. / Belén Vargas

OCCIDENTE estará pendiente mañana de una cuna de Oriente. Esta calle debe su nombre a otra Cuna cuya historia parece un cuento de Dickens. La sinopsis está detrás de la puerta con el número 17. “En el Solar de esta casa estuvo el antiguo Hospicio para Recogidos de Niños Expósitos puesto bajo la advocación de San José...”. Lo creó en 1558 el arzobispo Fernando Valdés y en 1627 se trasladó a este inmueble. En la entrada, junto a la cuna o recibo de los niños, se podía leer una leyenda en latín estremecedora: “Porque mi padre y mi madre me desampararon, el Señor me recogió”. En 1806 se abre una casa contigua “para que las ocupadas de ilegítimo concepto pudieran refugiarse en ella el tiempo del parto, sin peligro propio ni de sus hijos”. Eufemismo de las prostitutas que en el ejercicio de su oficio quedaban embarazadas y eran acogidas al amparo de Nuestra Señora del Refugio.

La calle Cuna es hoy una calle moderna, dinámica. Mantiene el espíritu comercial como un oasis entre franquicias y novelerías. Una calle donde manda el femenino singular en el timón de sus negocios de trajes de novia, fiesta o flamenco. Dolores Promesas, Aurora Gaviño, Valeria Valer, Ana Torres,Matilde Cano,Manuela Macías, Lola Azahares, Lupe, Loli Vera, Pepa Pozo, Silvia Navarro, Ángela Noguerol. Sonibel es el acróstico de Sonia Barco e Isabel Bizcocho, ambas de Coria del Río, instaladas en Cuna esquina con Rivero. Ya tienen sus modelos de traje de flamenco para Simof 19. También vende clasicismo Franc Sarabia, sevillano del mundo y de Amor de Dios.

Es una calle de pervivencia generacional. Cinco generaciones contemplan a La Colchona, firma de mantecados y polvorones de Estepa que fundó Micaela Ruiz Téllez. Llegaron a Cuna en 2010 en los impares y desde 2011 en los pares. Pilar Borrego dice que siguen fieles a la canela de Ceilán para sus productos. El color canela de las azafatas de Sri Lanka en la Expo 92. Enrique Ávila Carvajal abrió la tienda de marcos y cuadros Venecia en 1913. Su nieto político, Ignacio Mena, atiende en la calle Lagar. Su bisnieto en Cuna. La calle es un marco incomparable. En la esquina con el pasaje de Sierpes, está la tienda EntreArte de enmarcaciones.

Cuna es la prolongación de Orfila donde tiene su sede el Ateneo, que ultima los detalles de la Cabalgata y de su sede saldrá el Heraldo para recibir las llaves de la ciudad. Frente a la antigua Casa Cuna está la tienda Los Reyes Magos. Mantiene viva la estela el único juguetero de la estirpe, Joaquín Rodón. Nació en Santiago de Cuba en 1958, un año antes de la revolución cubana. Sus padres, cubanos de nacimiento, vinieron con sus tres hijos a España. Joaquín tenía tres años. “No he vuelto a Cuba, he ido a Miami”. Su hijo Joaquín sigue sus pasos. La tienda la puso en marcha su abuelo materno. “Era farmacéutico y la abrió por una distracción”. Los Reyes cada vez más están más cerca. “¿El juguete de moda? El que no está. Lo importante es que nadie lo tenga”. Juguetes y una tienda de decoración infantil para los inquilinos de las nuevas cunas como la de Pablo para su hijo Esteban.

Cuna se salva de la vulgaridad monopolística de los bares. Dos restaurantes de la cadena Baco, el primero Victoria Eugenia, frente al palacio de los marqueses de la Motilla; dos más, Pando y Bodega San Eloy, frente al palacio de la condesa de Lebrija.

Aunque el marquesado de la Motilla lo crea el rey Carlos II en 1679 para el caballero veinticuatro de Sevilla Francisco Fernández de Santillán, esta casa-palacio es muy posterior. Tiene un aire de edificio florentino. Las obras empezaron en 1921 y concluyeron una década después. El marqués contrató al arquitecto italiano Gino Coppedè con la dirección técnica de Vicente Traver, que sustituyó a Aníbal González como director de obras de la Expo 29. En esa casa-palacio nació José Fernández Santillán, conde de Casa Alegre y general de galeones que mandaba el San José, barco cargado de oro y plata para la Corona que naufragó frente a las costas de Cartagena de Indias, episodio que cita García Márquez en El amor en los tiempos del cólera. Del injusto olvido lo sacaron el maestrante Francisco Javier de Solís y la americanista Genoveva Enríquez en un libro sobre sus hazañas.

Regla Manjón y Mergelina, condesa de Lebrija, compró el edificio que hoy es su palacio en 1901 y lo fue reconstruyendo hasta 1914. Era, en sus palabras, “el relicario donde he guardado los venerables tesoros de mis abuelos”. Tiene mosaicos romanos y estatuas griegas y persas, artesonado árabe y azulejería. Está abierto al público. A su lado, donde estaba el restaurante San Marco donde un día entró a comer Madonna, la Casa de la Memoria del Flamenco.

Ecos de Coria en los diseños de Sonia e Isabel; de Marchena en el bacalao y sus derivados de Baco; de Estepa en las delicias de La Colchona; de Lebrija en el palacio de la condesa. Hace diez años cerró Padura, que no llegó al siglo por dos años. No hubo quinta generación. La cuarta recibió un mazazo tremendo cuando el 5 de septiembre de 1984 el empresario Rafael Padura fue asesinado por los Grapo. Cerró la tienda, pero se mantiene el premio con su nombre que reconoce la trayectoria empresarial. El año que cierra Padura abre el Teatro Quintero en el antiguo cine Pathé. Hay fotos del Loco de la Colina con Serrat y Julio Iglesias. El jueves, escolares entraban para ver Historia de una escalera, de Buero Vallejo. La historia de la calle se cuenta en el escaparate de Galerías Madrid, de 1965, que en 1975 viene de Imagen a Cuna. Sendos pasajes la unen a Sierpes y Puente y Pellón. A partir de Acetres, donde nació Cernuda, se llamaba Carpintería. Una placa recuerda al policía José Luis Luque, mortalmente herido en esta calle en acto de servicio.

Cuna nace en Laraña y desemboca en el Salvador, con la primera mezquita de la ciudad. La Macarena la atravesaba imperial camino de Francos. Y los Gitanos. “¡Angustias! / Del cielo tú eres la esencia, / no te pareces a ninguna / me llamo Pepe Valencia. / Te canto en calle Cuna / rezando y en penitencia”. En placa a la memoria de José García González.

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