Fatima Amiri, de sobrevivir a un atentado en Kabul a la Universidad de Sevilla: "Estudiar aquí es vivir un sueño"

El 30 de septiembre de 2022, un terrorista suicida se inmoló en la escuela en la que estudiaba, causándole heridas muy graves

Perdió un ojo y un oído, lo que no le impidió conseguir una plaza para cursar Ingeniería Informática en la Hispalense

España es el refugio de más de 4.000 afganos desde la caída de Kabul

Fatima Amiri, refugiada afgana: "Las mujeres en Afganistán no pueden hacer nada" / Antonio Pizarro

Fatima Amiri es una refugiada afgana que está cursando estudios de Ingeniería Informática en la Universidad de Sevilla. Tiene 20 años. Su vida cambió por completo hace tres, el 30 de septiembre de 2022, cuando sobrevivió a un atentado suicida en Kabul. Amiri preparaba su acceso a la Universidad en una escuela privada, donde un ataque talibán mató a al menos 54 personas y causó heridas a otras 114. "En Afganistán, la situación de seguridad es muy mala, especialmente si eres mujer. No puedes hacer nada. Nosotros estábamos en nuestra clase, igual que puedo estar ahora en Sevilla, estudiando normalmente como otros días. Alguien vino e hizo un ataque. Perdí a muchas de mis amigas. No me queda ninguna de la escuela, porque todas murieron. Yo perdí mi ojo y mi oído izquierdos. Tuve dolores en otras partes de mi cuerpo (una lesión en la mandíbula le impedía comer correctamente y se le quedó metralla incrustada en la cara). Ese día perdí muchas cosas, porque la escuela era una segunda casa para nosotros".

Antes del atentado, ya era una activista de los derechos de las mujeres, pero a partir de entonces se convirtió en un referente, especialmente en lo relativo a la educación. "Las mujeres no podemos estudiar ni trabajar en Afganistán, no podemos hacer nada, sólo por ser mujeres. Yo empecé mi activismo en 2021, cuando los talibanes llegaron al poder y cerraron nuestras escuelas. Di muchas charlas, hablé en diferentes lugares, participé en protestas, y sigo con esta lucha por los derechos de las mujeres en Afganistán". Tanto es así que la BBC la incluyó en el año 2022 en su listado de las cien mujeres más inspiradoras del mundo.

Fatima Amiri, en el centro de Sevilla.
Fatima Amiri, en el centro de Sevilla. / Antonio Pizarro

Tras el ataque, vino un largo y complejo proceso de recuperación. Necesitaba una operación para retirar la metralla, reparar la mandíbula y restaurar el tejido interno del oído. Para ello tenía que viajar al extranjero, pues en Afganistán era imposible realizar esta cirugía. La familia de Fatima no podía costear el viaje, que se logró mediante distintas campañas de recaudación emprendidas por afganos. Fatima fue operada en Ankara, aunque ya no pudo recuperar la visión de su ojo.

"Fue muy difícil, yo no viajaba de turismo o para visitar lugares. Viajé de Afganistán a Turquía para mis tratamientos del ojo y el oído. En Afganistán no era posible hacerlo. No podía viajar porque los talibanes no lo permitieron por ser una activista, me consideraban peligrosa, no querían que saliera del país y pudiera hablar mal de ellos. Tuve que esperar tres meses para viajar a Turquía, y allí me dijeron que ya era tarde. Si hubiera podido ir antes, pudiera haber recuperado la visión. Pero ya no", relata.

Tuvo que empezar su vida "de cero" y se empeñó en continuar sus estudios. "He estudiado mucho para poder entrar en la Universidad, a la vez que sigo con mi activismo porque es una responsabilidad para mí. Muchas chicas que están en Afganistán me envían mensajes, me lloran y me dicen que no tienen a nadie y que yo puedo hablar al mundo sobre su situación. Esto le ha podido causar problemas a mi familia en Afganistán, de ahí que haya sido muy difícil".

Fatima Amiri, refugiada y activista afgana, superviviente de un atentado en el que perdió el ojo izquierdo.
Fatima Amiri, refugiada y activista afgana, superviviente de un atentado en el que perdió el ojo izquierdo. / Antonio Pizarro

Para poder acceder en la Universidad tuvo muchos problemas. "Después del ataque y las pérdidas de mi ojos, mi oído y mis amigas, fui a presentarme al examen de ingreso a la Universidad de Kabul. No había pasado ni una semana desde el ataque cuando, herida, me presenté al examen para protestar contra quienes nos habían arrebatado nuestro derecho a la educación. Era la primera vez que me levantaba de la cama enferma para ir a la prueba. Todavía me sangraba el ojo y lo teníamos vendado. Aún no tenía suficiente energía para hacer el examen porque tenía el estómago revuelto y no podía comer. A pesar de ello, aprobé con una nota muy alta y fui admitida en la carrera que quería estudiar, en la mejor universidad de Afganistán, en Kabul. Pero después de graduarme, los talibanes cerraron las universidades".

Después, intentó entrar en la Universidad de Ankara, pero no pudo por motivos de seguridad. Llegó a España a través del sistema de inmigración y atravesando rutas migratorias muy complicadas, vivió durante mucho tiempo en un campamento. También tuvo muchas dificultades. "Estudiar en España era al principio algo imposible, y ahora es como si estuviera viviendo un sueño. Primero necesitaba estudiar el idioma y luego tuve que pasar varios exámenes y convalidar mis títulos en España. Finalmente lo conseguí, gracias a muchas personas que me ayudaron". Fatima logró una plaza en la Universidad de Sevilla gracias al cupo de discapacitados, pues no hay para refugiados.

En este punto quiere agradecer la ayuda de Adela Muñoz Paez, profesora en la Facultad de Química; de Mónica Bernabé, periodista que fue durante muchos años corresponsal en Afganistán; de Francisco Rivera, director de la Oficina de Cooperación de la Universidad de Sevilla; de Carmen Gallardo, vicerrectora de estudiantes; de Carmen Romero, directora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática; y de la asociación Netwomening.

Fatima se ha adaptado bien a la vida en Sevilla, ciudad que le gusta mucho y de la que destaca su temperatura. "Me gusta toda España, sobre todo por la amabilidad de las personas y su carácter abierto. Si necesito algo y lo pregunto, todas las personas son muy amables". Explica que le gusta mucho la facultad, aunque tiene algunas dificultades con el idioma y por eso necesita "trabajar más que otros compañeros". Ahora, busca un empleo para poder traerse a Sevilla a su padre, que vino con ella a España y reside actualmente en Salamanca.

Sonríe cuando se le pregunta si se considera un ejemplo para las mujeres afganas y para los refugiados. "Cuando hablo sobre la situación de las mujeres en Afganistán y lo que yo he perdido, hablo sobre todas las mujeres en Afganistán, no sólo sobre mi historia. Esto lo están sufriendo todas ellas. Cuando hablo como refugiada y los problemas que tuve para entrar en la Universidad, no hablo sólo sobre mí, sino por todos los refugiados. Por esto sí me puedo considerar un ejemplo".

Desde la lejanía sigue atenta la situación en Afganistán y quiere hacer algo por ayudar a las mujeres de su país. "Tengo contactos allí. Enseño idiomas como inglés y un poco de español a chicas en Afganistán, estoy en contacto con ellas y les pregunto por la situación, porque los talibanes no permiten a los periodistas que cuenten cómo es la vida allí. Pero a mí estas personas me dicen la verdad, la situación es muy mala, especialmente para las mujeres. No pueden entrar en la escuela ni en la Universidad, no pueden trabajar, sólo estar en sus casas sin hacer nada. Para los hombres tampoco es buena la situación. Pueden estudiar, pero sólo hacer lo que quieren los talibanes".

Cuenta que es "un sueño" volver a su país, porque hay muchos lugares que no ha visto aún. "Hay ciudades que quiero visitar, pero en la situación actual no es apropiado que regrese a Afganistán". Por el momento, su vida está en España. "Es mi segunda casa. Tengo responsabilidades aquí también, al igual que en mi país. Cuando estoy estudiando, pienso en poder trabajar. Tengo muchos sueños, como ayudar a otras personas y devolver de alguna forma la ayuda que yo he recibido. Mi gran sueño es ayudar a otras personas. Aunque tengo poca experiencia en la vida, puedo enseñar inglés y español".

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